El País Digital
Jueves
6 noviembre
1997 - Nº 552

La violencia callejera fue en 1996 más destructiva que ETA, según la Fiscalía vasca

EP , Bilbao
La violencia callejera del entorno de ETA aumentó «considerablemente» durante el año pasado, tanto desde el punto de vista cuantitativo como desde el cualitativo, y fue «más destructiva que ETA con los bienes y más lesiva con las personas», según la Memoria de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco de 1996.

El texto precisa que este tipo de violencia, a la que califica de «paraterrorista», fue utilizada «generosamente» por los grupos afines a la banda armada para contrarrestar las movilizaciones de los pacifistas, impedir el normal funcionamiento de las instituciones, disputar el control de la calle a los partidos democráticos y apoyar reclamaciones como las relativas a los presos de la organización terrorista.

Los miembros de los grupos que participan en estas acciones, según la Fiscalía, causan «más destrucciones materiales» que ETA, su capacidad de interferir la actividad ordinaria de la vida colectiva es superior a la de la banda armada «e incluso ha causado lesiones a más personas».

El Ministerio Fiscal liga esta radicalización a la ya expresada en el documento Oldartzen de HB y precisa que, aunque es minoritaria, una parte de la juventud vasca la identifica con los postulados radicales y «es educada en la eficacia de la violencia para lograr objetivos políticos», entre los que cita «la intimidación social, la conquista de la calle, la obstaculización al funcionamiento de determinados ayuntamientos y el acoso permanente a la Ertzaintza».

El texto detalla que ha sido «especialmente significativo» el aumento de casos en los que se han utilizado medios incendiarios (un 59,6%), superando los daños materiales ampliamente a los registrados en 1995. La provincia con mayor índice de esta violencia sigue siendo Guipúzcoa, con 440 atentados (un incremento del 7,8% sobre el año precedente), seguida por Vizcaya, con 321 (un 12,6% más), y Álava, con 99, siete más que en 1995.

El objetivo número uno de los alborotadores fueron, según la Fiscalía, las oficinas bancarias, seguidas por los medios de transporte, los cuerpos de seguridad y las sedes, los coches y los militantes de partidos políticos. El valor de los daños materiales causados en el sector del transporte público superó los 1.200 millones de pesetas, cifra que triplica los 420 millones perdidos en 1995.

La Ertzaintza fue el cuerpo policial que sufrió un mayor número de ataques, 114, cuatro menos que en el año anterior. En Vizcaya bajaron de 64 a 50 mientras que en Guipúzcoa aumentaron de 46 a 53. En Álava se pasó de 8 a 10.

© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid