El País Digital
Domingo
8 marzo
1998 - Nº 674

Los vecinos de Treviño votan hoy 'sí' o 'no' al referéndum pese al veto del Gobierno

EDUARDO AZUMENDI, Vitoria
Los vecinos del condado de Treviño pueden acudir hoy a las dos urnas habilitadas para dar su o su no a la convocatoria de un referéndum sobre la integración de este enclave burgalés en la provincia de Álava. Las mesas electorales se instalarán en el centro social del pueblo de Albaina y en el colegio del mismo Treviño y permanecerán abiertas desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la tarde.

La desautorización del Gobierno a la consulta no ha impedido que se lleve a cabo, dado el empeño del alcalde de Treviño, Ernesto Argote (PP). Aunque no tiene un valor jurídico, el plebiscito si lleva consigo una gran fuerza política, sobre todo para las autoridades municipales y para la Diputación de Álava y el Gobierno vasco. Las Fuerzas de Seguridad del Estado no desplegarán un dispositivo especial de vigilancia, según anunció la Subdelegación del Gobierno en Álava.

El Ayuntamiento ya ha anunciado que acatará la voluntad de los vecinos. En el caso de que los treviñeses rechacen el referéndum, el alcalde, Argote, pedirá tanto a Álava como a Burgos que lleguen a un acuerdo sobre las infraestructuras que necesita el condado o que se haga cargo de ellas la Diputación de la provincia castellano-leonesa. De esta forma, políticamente, todo seguirá como ahora, con el territorio adscrito administrativamente a Burgos a pesar de hallarse en el corazón de Álava.

Si el voto es favorable al referéndum, la corporación solicitará de inmediato que se ponga en marcha el procedimiento previsto en la disposición adicional séptima del Estatuto de Castilla y León y en el artículo octavo del Estatuto de Gernika.

El procedimiento que fija la disposición del texto castellano es sustancialmente diferente a la del vasco y más desfavorable en el supuesto de que los treviñeses optasen por pasar a Álava. Así, establece que la segregación la deben pedir los ayuntamientos del enclave por mayoría absoluta.

Luego, la Junta de Castilla y León y la Diputación de Burgos tienen que emitir sendos informes, lo que les da opción a bloquear el proceso. De ser favorables a la desanexión, se convocaría el referéndum. Si ganase la integración en Álava por mayoría simple, la decisión tendría que ser refrendada por las Cortes Generales mediante ley orgánica.

Mayoría simple

El Estatuto vasco, por su parte, acepta la incorporación de municipios de otras autonomías si lo solicitan por mayoría y después de escuchar a la región a la que pertenezcan. Aprobada en referéndum por mayoría simple, la anexión debe obtener el visto bueno del Parlamento de Vitoria antes de pasar a las Cortes para su ratificación definitiva.

Según el último padrón, un total de 919 treviñeses tienen derecho a voto. El Ayuntamiento de Treviño ha remitido información y las correspondientes papeletas a cada vecino. Estas papeletas son de dos tipos: una con la leyenda «Referéndum SÍ» y otra con la de «Referéndum NO». Argote realizará el escrutinio de los votos a las nueve y media de la noche.

Por lo que respecta a los vecinos, y según algunos de ellos consultados por Europa Press, en los lugares públicos no se habla de la consulta popular «porque está mal visto». Incluso añaden que quienes están en contra de la segregación de Burgos tampoco lo dicen «por miedo». Argote ha remitido una carta a sus vecinos en la que les invita a participar y les anima a «no dejarse influenciar».

Muchos intentos fallidos

E. A., Vitoria
Los intentos de integración en Álava del condado de Treviño, un enclave burgalés de 221 kilómetros cuadrados y 1.100 habitantes situado en la provincia alavesa, se han sucedido a lo largo de los años. El territorio está dividido en dos municipios: La Puebla de Arganzón (tendente a la integración) y Treviño (partidario de seguir perteneciendo a Burgos).

La tentativa que estuvo más cerca de lograr la integración data de enero de 1980. La corporación de Treviño aprobó por unanimidad pasar a Álava. Pero la UCD de Burgos expedientó a sus concejales, que eran mayoría. Algunos días después, en La Puebla de Arganzón, cuatro de los siete corporativos -todos ellos de UCD- anunciaron su intención de presentar una moción similar. La dirección del partido les suspendió de su cargo. Finalmente, la moción se aprobó el 16 de octubre tras varios azarosos plenos, en los que no faltó incluso la intervención de la Guardia Civil. La documentación se remitió a Madrid para que se convocara el referéndum, pero sólo se obtuvo el silencio administrativo.

En 1983 se aprobó el Estatuto de Castilla y León y todos los intentos de segregación quedaron congelados al ser neutralizados por la disposición adicional séptima, que entra en contradicción con el Estatuto de Gernika, que es una norma anterior y del mismo rango. De esta manera, el Parlamento vasco interpuso un recurso de inconstitucionalidad del Estatuto de Castilla y León, pero el Tribunal Constitucional lo desestimó en 1986.

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