El País Digital
Viernes
17 octubre
1997 - Nº 532



Decenas de miles de personas se manifiestan en Bilbao en protesta por el asesinato de Aguirre

AITOR GUENAGA, Bilbao
Bilbao recogió ayer el testigo del espíritu de Ermua. Decenas de miles de personas salieron a la calle en repulsa por el asesinato del policía José María Aguirre y en apoyo a la Ertzaintza. Tras la pancarta con el lema Bakea behar dugu (Necesitamos la paz), desfiló Maite Mollinedo, viuda del ertzaina fallecido , del brazo del alcalde de Zalla, Leandro Capetillo, junto con todos los concejales de este municipio vizcaíno, salvo el de HB. Capetillo exigió a ETA que «acabe con esta estrategia de dolor y muerte». En la multitudinaria marcha estuvieron también el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, el lehendakari José Antonio Ardanza, los consejeros de su Gobierno y miembros de la Mesa de Ajuria Enea.


Las juventudes del PNV y ELA de Zalla portaron
ayer una ikurriña con un lazo negro (A. A.).
Más de 100.000 personas -250.000, según el jefe de la Policía Municipal de Bilbao- tomaron ayer las calles de la capital vizcaína. La convocatoria de la marcha la realizó el Ayuntamiento de Zalla, localidad de la que era vecino Aguirre, y a ella se sumaron la práctica totalidad de los partidos políticos y sindicatos, excepto los relacionados con el entorno de ETA. Entre los grupos que movilizaron a sus militantes estaban el PNV y la central sindical ELA-STV, organizaciones a las que estaba afiliado el agente asesinado, que enviaron a sus máximos responsables.

Recuerdo a las víctimas

El alcalde de Zalla, Leandro Capetillo, tuvo un recuerdo para todas las víctimas de ETA y para las personas que «han visto arrancados de su entorno a sus familiares» y proclamó que los habitantes de «Euskal Herria están hastiados de violencia» y que no quieren «ni violencia, ni intolerancia ni imposicion.

La marcha partió a las 19.30 de la plaza del Sagrado Corazón, encabezada por una pancarta con el lema Bakea behar dugu (Necesitamos paz ahora) y una ikurriña portada por un grupo de jóvenes del PNV y de ELA de Zalla. En la cabecera de la marcha estaban también los padres de Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina.

La sociedad vasca respaldó con su presencia el llamamiento realizado por todos los partidos del Pacto de Ajuria Enea. Ardanza ligó la manifestación de ayer con la que hubo meses atrás a raíz del asesinato del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco y mostró su esperanza de que sirva para «consolidar ese espíritu de nuestro pueblo que está gritando de forma muy clara en contra de la violencia, en contra de la intolerancia».

El vicepresidente Álvarez Cascos expresó el respaldo «sin fisuras ni matices» del Gobierno a la policía vasca «con la que nos sentimos plenamente identificados en su compromiso». El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, advirtió: «ETA mira a su mundo y no veo que vaya a haber una reflexión en ETA. Ella tiende a sus cálculos».

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, no asistió a la manifestación por estar en la clausura de una jornada sobre Inmigración y derechos humanos en Barcelona. «Asistí al funeral del ertzaina y, además, visité a la viuda para expresarle mi sentimiento», explicó.

Nada más conocerse la muerte del agente vasco, los líderes de los partidos del Pacto de Ajuria Enea mantuvieron las primeras conversaciones para dar continuidad al denominado espíritu de Ermua. Al día siguiente, el lehendakari cerró los contactos con las fuerzas políticas y sindicales para asegurar una respuesta unitaria al terrorismo.

La multitudinaria manifestación, al igual que sucedió en julio con la convocada para exigir la liberación del concejal Miguel Ángel Blanco, recorrió la Gran Vía entre aplausos de miles de personas que aguardaban para incorporarse a la marcha. Luego enfiló la calle de Buenos Aires hasta desembocar ante la escalinata de la fachada del Ayuntamiento.

Después de que una afiliada de ELA-STV leyera un comunicado en euskera, el alcalde de Zalla dijo: «Es el dolor y el sufrimiento por el asesinato de José María Aguirre el que nos ha movido para expresar la condena de un hecho tan demencial. ETA ha vuelto a asesinar a un ciudadano vasco, un ertzaina que por encima de cualquier otra condición, era un ser humano».

El alcalde glosó la figura del ertzaina fallecido, del que dijo que había contribuido «día a día, con su trabajo y su compromiso militante a forjar ese futuro de paz y progreso que todos anhelamos». Finalizado su discurso de claro apoyo a la Ertzaintza y duro con los terroristas, el alcalde dio por concluido el acto, tras guardarse un minuto de silencio.

José Elorrieta, secretario general de ELA-STV, anunció que este sindicato reflexionará sobre el pacto de unidad de acción que mantiene con LAB -sindicato en la órbita de HB- pero advirtió que «nunca siguiendo consignas del Ministerio del Interior».

Los etarras del 'comando Katu' trabajaban y nunca suscitaron sospechas

A. G., Bilbao
Los integrantes del comando Katu, implicado en el atentado del museo Guggenheim, formaban un grupo invisible . Pese a que fueron captados hace dos años y comenzaron su actividad terrorista hace un año, eran desconocidos la policía vasca. Gracias a su condición de legales (no fichados) y a su vida ordenada, no levantaron ninguna sospecha ni entre sus compañeros de trabajo ni entre los servicios policiales de Euskadi.

Los principales integrantes del comando Katu -el detenido Kepa Arronategi Azumendi, su hermano Jon Mikel Arronategi, y su primo Eneko Gogeaskoa Arronategi (estos dos últimos en paradero desconocido)- trabajan con normalidad. Eneko tenía un puesto en una empresa de servicios informáticos. Kepa, de 31 años, trabajaba en una droguería de Gernika. Jon Mikel es guitarrista del grupo de rock Exkixu , según informaron a Europa Press fuentes de la familia .

Durante los fines de semana, se trasladaban al caserío Olagorta, ubicado en el barrio de Natxitua, de la localidad vizcaína de Ea, cerca de Gernika. Allí se embutían en un mono y, en las últimas semanas, dedicaban buena parte de su tiempo a fabricar jardineras de cartón piedra, a embellecerlas con el escudo del Ayuntamiento de Bilbao, y a meter en su interior las 12 granadas que querían utilizar en el atentado contra el museo. El caserío era propiedad de los Arronategi. Está dividido en dos viviendas: en una residía Jon Mikel Arronategi Azumendi y en la otra su hermano Kepa.

Los lunes, Kepa Arronategi y Eneko Gogeaskoa volvían a sus respectivos puestos de trabajo. El consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, ha reconocido que la actividad del comando había pasado desapercibida.

La Ertzaintza no encontró dinero en efectivo en el caserío, que fue registrado minuciosamente durante el pasado martes. Fuentes de la Ertzaintza creen que los presuntos etarras no tenían problemas económicos, sobre todo Eneko, que cobraba en un buen sueldo.

La policía sigue el hilo

La policía investiga los hilos que pueden conducir hasta otros colaboradores del grupo terrorista, alguno de ellos ya identificado, según indicó el viceconsejero de Seguridad, José Manuel Martiarena.

La Ertzaintza estudia la ayuda que pudiera haber prestado al comando algún funcionario o empleado del Ayuntamiento de Bilbao para la falsificación del sello y el papel original del servicio de jardinería del consistorio empleados en el supuesto pedido de jardineras para embellecer los exteriores del museo.

Otra línea de investigación conduce a una floristería de Igorre. Los terroristas utilizaron albaranes de entrega del vivero Garden-Igorre, situado en la citada localidad vizcaína, cuyo logotipo comercial colocaron en la furgoneta Ford Transit en la que trasladaron los tres maceteros con sus cargas mortíferas.

Concentración silenciosa en la Puerta del Sol de Madrid

EL PAÍS, Madrid
Cerca de 2.000 personas se concentraron ayer en la Puerta del Sol de Madrid, respondiendo a la convocatoria de Jóvenes contra la Intolerancia, para expresar en silencio su rechazo al último asesinato de ETA.

En el acto estuvieron presentes el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, el delegado del Gobierno Pedro Núñez Morgades, y los portavoces del PSOE y del PP en el Congreso, Juan Manuel Eguiagaray y Luis de Grandes, respectivamente, además de otros dirigentes de ambos partidos.

Eguiagaray se refirió al atentado que mañana, sábado, pretendía perpetrar ETA durante la inauguración del museo Guggenheim de Bilbao, con asistencia de los Reyes y del lehendakari Ardanza. El diputado socialista calificó al nuevo museo de «ventana de aire fresco hacia el futuro», lejos de la «miseria de la violencia y del terrorismo».

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