El País Digital
Lunes
9 febrero
1998 - Nº 647

El tránsito de 'ilegales' por España deja 20.000 detenidos y 1.000 ahogados en 5 años

JORGE A. RODRÍGUEZ, Sevilla
La estrecha franja de mar que separa África de Europa se traga cada año a cientos y cientos de africanos que sueñan con El Dorado. Nadie, absolutamente nadie en España, lleva una cuenta oficial de cuántos inmigrantes ilegales han muerto en el peligroso estrecho de Gibraltar. José Chamizo, defensor del pueblo andaluz, ha llevado por la prensa, a título personal, la cuenta: más de 1.000 cadáveres desde 1993. Pero esta estadística no incluye aquellos naufragios de los que no hay relato periodístico porque las corrientes de agua se llevaron los cuerpos al olvido del fondo del mar.


Uno de los miles grupos de africanos
que cruza el Estrecho en busca de
El Dorado en Europa (R. Aparicio)
Sólo el año pasado fueron detenidos en la frontera sur 7.438 ilegales, unos 300 menos que en 1996. ¿Pero cómo llegan estos ilegales desde sus pueblos hasta la muerte, la detención o su sueño? La Guardia Civil dispone de un informe sobre la «problemática general» de la inmigración africana en el propio corazón del continente negro.

Los vigilantes de la frontera sur constatan dos de sus principales dificultades para frenar los flujos de inmigración: una, que «la instauración de medidas de control, por rígidas y exhaustivas que éstas sean, no impedirán que sigan llegando (los inmigrantes)»; y dos, «las fuerzas de Seguridad de Marruecos (...) son fácilmente sobornables tanto en el tránsito por Marruecos (de los ilegales) como en el paso clandestino por Melilla».

Marruecos es país de emisión de ilegales y zona obligada de tránsito para los subsaharianos de paso hacia Europa. El férreo control de la frontera española ha permitido detener entre 1995 y el año pasado a 20.349 ilegales.

El gran salto en número de capturados se produjo en 1996, cuando se pasó de 5.287 ilegales a 7.741, lo que supone un incremento del 46,4%. De los inmigrantes detenidos el año pasado en Andalucía, Ceuta y Melilla, 5.911 procedían de Marruecos, 1.050 eran argelinos y 113 eran de otros países africanos.

El boca a boca lleva a los aventureros a caer en las redes mafiosas que trabajan en Marruecos, que tienen zonas de actuación concretas. «No se puede hablar de un modelo de organización ni de una mafia concreta. Las hay grandes y pequeñas, como las dos casi caseras que hemos desarticulado esta semana», confiesa un alto mando del instituto armado en Andalucía. Grandes o pequeñas, vacían los bolsillos de los inmigrantes, paguen en pesetas o en francos franceses.

57 puntos de desembarco

La Guardia Civil tiene constancia de que los cabecillas de las organizaciones delictivas suelen concentrarse en «el zoco chino de Tánger, en los cafetines de Beni-Enzar, cerca de Melilla, así como en lugares próximos a Ceuta». Un segundo escalón de «reclutadores» buscan a los aspirantes al gran salto, «facilitan el alojamiento en los puntos de reunión» y «suelen aleccionar e informar a los inmigrantes sobre pautas a seguir en las posibles situaciones a las que se enfrenten en su tránsito».

El siguiente paso es llegar a las zonas de embarque, donde las pateras están listas para hacinar inmigrantes. Los dos principales puntos de embarque se sitúan en los alrededores de Melilla, en la franja comprendida «entre el cabo Aguas y Beni-Enzar (Bocana, Kaiza, Azkeman y cabo Tres Focas». El otro gran punto de encuentro se sitúa en lo más estrecho del Estrecho, «la comprendida entre el cabo Espartel y Belionech, población cercana a Ceuta, (cabo Malabata, Norisa, Ksar Seghir, Diki y Daliya».

Es entonces cuando llega el momento de mayor peligro: el viaje en patera. El objetivo puede ser cualquiera de los 57 puntos de desembarco localizados en toda la costa, de Huelva a Almería, que incluye playas, acantilados, puertos... En este viaje han perdido la vida los 1.000 inmigrantes que ha recontado el defensor del pueblo andaluz o los 200 que, según la Asociación pro Derechos Humanos, han perecido sólo durante 1997.

Otro escalón de las mafias espera en la costa española, en puntos de encuentro prefijados, la mayoría situados en la carretera N-340 (Cádiz-Barcelona). Pero no sólo hay mafiosos. También hay miembros de entidades humanitarias que han llegado a recoger 4.000 firmas de ciudadanos autoinculpándose de haber ayudado a ilegales. Un toque de humanidad en el sombrío camino de la inmigración ilegal.

Una de estas ONG ha llegado a pedir que no se procese a aquellos de sus integrantes detenidos con inmigrantes «si han prestado ayuda sin ánimo de lucro». La Guardia Civil lo ve imposible: «Es como darles una patente de corso para introducir ilegales», señala un comandante del cuerpo.

Por Libia y Argel

La peripecia de los subsaharianos tiene su escala en Marruecos, pero los puntos de partida y concentración suelen estar en Camerún y Senegal. A Camerún suelen llegar los inmigrantes de Zaire, Ruanda, Congo, Nigeria, Ghana, Costa de Marfil y Liberia. «Una vez en Camerún, intentan obtener un pasaporte en dicho país, cosa que, al parecer, no entraña demasiada dificultad», subraya el informe de la Guardia Civil.

Con ese documento se traslada a través de Chad a Libia, donde «empiezan los primeros contactos con las mafias organizadas para introducirlos en Argelia», en cuya frontera con Libia «existen dos campamentos de concentración». Desde ese punto saltan a Argel, «ciudad donde se establecen los primeros contactos con las organizaciones marroquíes».

Senegal suele recibir a los procedentes de Guinea Bissau, Guinea, Gambia y los propios de Senegal, que son «trasladados en barco hasta las ciudades de Casablanca o Rabat».

Tanto los ilegales senegaleses como los cameruneses son llevados hasta Ceuta, Melilla o Nador. En estos puntos sólo les queda esperar a encontrar un punto poco vigilado de las fronteras de los territorios españoles en África.

Los viajes alternativos

J. A. R., Sevilla
El grueso de los inmigrantes ilegales intenta entrar en España en expediciones de pateras. Pero otros, muchos menos, escogen itinerarios y medios alternativos, «sin otro auxilio que los que el mismo inmigrante pueda conseguir», según el informe de la Guardia Civil, que tiene controlados los siguientes métodos alternativos:

Polizones. Han sido localizados polizones ocultos en contenedores en el puerto de Algeciras, especialmente en la Lonja Vieja, en Frigoríficos o en el Muelle Nuevo. También en Cádiz han sido controlados polizones en los barcos Fes, Anwal y Laude, que atracan periódicamente en el puerto de esa ciudad.

Turistas. «Poseen la documentación necesaria; incluido el visado, para pasar legalmente la frontera sólo precisan la obtención de un sello de entrada. Su intención no es la de ser un turista más, sino buscar un trabajo, para lo que espera ayuda de otros compatriotas u ONG».

Estudiantes. «Manifiestan que realizan su viaje por razones de estudio o de visita. Presentan la documentación en regla y suelen ser acompañados por jóvenes europeos, quienes inicialmente facilitan el alojamiento en sus propios domicilios».

Inmigrantes que han perdido la residencia. El motivo de su viaje es regresar a los países donde anteriormente han vivido hasta que se acabó el periodo de residencia legal. «Conocedores de los trámites burocráticos de los países europeos, son más difíciles de detectar».

Barco pesquero . «Algunos patrones de barcos pesqueros que faenan en la zona del Estrecho se ofrecen al traslado de inmigrantes en sus embarcaciones, cobrando por dicho servicio entre 100.000 y 150.000 pesetas, perteneciendo a los puertos de Ceuta y Algeciras los que actúan en la zona del Estrecho y a los de Almería desde la zona próxima a Melilla».

A pie . Son los que intentan entrar por los huecos menos cubiertos de las fronteras de Ceuta y Melilla. Generalmente, suelen contar con la colaboración de residentes en la zona, que indican qué pasos, todos sellados con alambradas de espino, están menos vigilados y las horas de los cambios de guardia.

Camiones . Existen dos modalidades: los que se enganchan a los bajos de los camiones para llegar hasta los distintos puertos españoles, con grave riesgo de sus vidas, y los que se introducen en transportes en régimen TIR antes de que se pongan los sellos de seguridad en los vehículos. El primer medio es generalmente utilizado por los inmigrantes más jóvenes.

Operación Paso del Estrecho. Es uno de los mayores flujos migratorios. Cientos de miles de trabajadores africanos en Europa van o vienen de vacaciones a sus países de origen. Los ilegales intentan mezclarse con el resto de pasajeros, «intentando superar los controles policiales, que en esas fechas (principio y final de verano) se ven desbordados y no pueden examinar con detalle todas la documentación que portan los pasajeros».

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