VANGUARDIA
POLÍTICA
11/09/97



Catalán básico para colgar el tricornio y quedarse en casa

Examen a 39 guardias civiles del nivel B de catalán para optar a la unidad de tráfico de los Mossos en Girona

MONTSE OLIVA
Parets del Vallès

D udo que el examen de catalán sirva para hacer una carnicería. Creo que era más sencillo de lo que se exige para el nivel B (el que deben acreditar los opositores a mossos o bomberos de la Generalitat)." Francisco, es uno de los 39 guardias civiles de Tráfico de Girona que ayer pasaron por las aulas de la Escola de Policia de Parets del Vallès. En total, de los 48 agentes que superaron la primera prueba, uno no se presentó y los ocho restantes acreditaron haber obtenido el certificado oficial de este nivel de catalán. Ni Francisco ni su compañero Manel tienen la impresión de que este examen, uno de los cinco "trances" por los que deben pasar para ingresar en el destacamento de Trànsit de los Mossos d'Esquadra, estuviera hecho "con mala leche. Te exigían lo más elemental: una redacción explicando a un superior que un compañero no acudiría al trabajo, unas cuantas frases donde se tenían que colocar los tiempos verbales correctos, acentuar algunas palabras, descubrir barbarismos, un pequeño test y cuatro dibujitos en los que se tenía que poner debajo: 'xiulet', 'rentadora', 'bústia' y 'vorera'".
La segunda parte del examen, la oral, apenas duró diez minutos. Era el tiempo en que cada agente tenía que explicar, por ejemplo, qué opinaba sobre el reciclaje selectivo de basuras, cómo pedir información para un cursillo de inglés o cómo se excusarían con un amigo para no ir a su despedida de soltero. "Nada, un poco de conversación para ver cómo nos expresamos en catalán", añadieron Francisco y Manel. Pero no todos los opositores rezumaban el mismo optimismo. Otro guardia, se quejaba de que una cosa es que "más o menos te defiendas hablando cuando ya llevas unos años en Girona, y otra muy distinta es que sepas escribir". Este agente llegó a Cataluña ya como guardia civil de Tráfico y, tal y como le ha ido este examen, "temo que antes de fin de año ya estaré fuera de aquí".
Y es que la idea de quedarse en Girona haciendo el trabajo que les gusta --"ir en moto y estar todo el día al aire libre"-- es por lo único que han accedido a optar por las 33 plazas de los Mossos reservadas a la Guardia Civil. "No tiene mucho sentido que nos tengamos que examinar de algo en lo que hemos estado trabajando durante años. ¿Es lógico que 14 agentes suspendieran el primer examen donde una de las principales materias eran temas de Tráfico? Pero la culpa no es de la Generalitat, sino de Interior, que debía haber exigido otro cupo cuando se negociaban los traspasos de competencias, o si no buscar otras salidas a los que nos queremos quedar." Lamentaciones aparte, la mayoría de agentes ayer ya se mentalizaban para las últimas pruebas: las físicas, las médicas y el psicotécnico que, de superarlas, en el caso de Francisco le evitará "tenerle que decir a mi hija que la echaron de su tierra porque su padre es guardia civil".



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