VANGUARDIA
INTERNACIONAL
11/09/97

XURXO LOBATO
El empresario español Javier Ferreiro, en una foto de archivo



La aventura del empresario gallego Javier Ferreiro, detenido el pasado 1 de abril en EE.UU. por violar el embargo a Cuba, llega a su fin. La inminente resolución del caso servirá para cerrar uno de los capítulos más delicados en las relaciones entre Washington y el Gobierno de José María Aznar


Ferreiro se enfrenta a un aluvión de pruebas en su contra recogidas por la fiscalía durante más de tres años de investigación

El empresario español detenido en Miami se declarará culpable de violar el embargo a Cuba

Javier Ferreiro recibirá a cambio una condena reducida que podría cumplir en España

XAVIER MAS DE XAXÁS Corresponsal

WASHINGTON. -- La defensa del empresario español Javier Ferreiro, detenido en Miami acusado de violar el embargo comercial a Cuba, ultimó ayer un acuerdo con el fiscal y el juez para que su cliente se declare culpable de violar el el embargo. A cambio, se le retiran los cargos de lavado de dinero y de conspiración y sólo se le deja el de contrabando por el que recibirá una condena reducida --de entre 18 y 21 meses de cárcel como máximo--, que podría cumplir en España. Jeanne Mullernhoff, fiscal federal responsable del caso, dijo ayer que Ferreiro testificará "a favor del gobierno y en contra de otros cuatro acusados".
Este acuerdo servirá para cerrar uno de los casos más delicados que han enfrentado últimamente a Madrid con Washington. Javier Ferreiro fue detenido el pasado 1 de abril, en vísperas de la visita del presidente del Gobierno español, José María Aznar, a la capital norteamericana, lo que sentó muy mal en medios diplomáticos españoles.
La parte estadounidense se escudó en la independencia de la justicia y en el hecho de que la fiscalía de Miami había acumulado muchas pruebas contra Ferreiro.
Desde el día de su detención, el empresario español, nacido hace 44 años en La Coruña, defendió su inocencia. Contrató los servicios del abogado Nathan Diamond, que fue letrado de otro famoso español "exiliado" en Florida, Mesía-Figueroa, y rechazó cualquier trato de favor --como trasladarle de galería para que no compartiera celda con delincuentes comunes-- para que no se interpretara que estaba dispuesto a negociar.
Esta actitud quijotesca ha sido, sin embargo, imposible de mantener ante el aluvión de pruebas en su contra recogidas por la fiscalía durante más de tres años de investigación. La justicia le acusó de violar la ley de comercio con el enemigo, que data de 1963, de lavado de dinero y de confabulación, pues las exportaciones a Cuba se realizaban a través de Santo Domingo y Curaçao.
En la historia de Javier Ferreiro, se entremezclan negocios y asuntos amorosos desde que abandonó su Galicia natal. Antes de iniciar su aventura americana, era un modesto empresario afincado en Vigo y dedicado a la exportación, contando con varios contactos en varios países de Latinoamérica. En 1991 participó en la expedición empresarial que el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, realizó a La Habana.
Ese mismo año se instaló con su mujer y sus dos hijas en Miami para comerciar entre España y Estados Unidos. Poco después empezó a viajar a la capital cubana, lugar donde conoció a María Elena Torralba, viuda del coronel Tony de la Guardia, uno de los héroes de la revolución al que Fidel Castro mandó fusilar en 1989 junto al general Arnaldo Ochoa. Ferreiro se enamoró de Torralba --con quien ahora comparte una hija de tres años-- se instalaron en el barrio de Miramar y juntos crearon la compañía Multi-Import. Su contacto en Miami --además de su mujer y sus hijas, a las que visitaba regularmente-- era Irma Henneberg, una contrabandista que, a cambio de no ir a la cárcel, cooperó con los agentes estadounidenses.
Durante tres años, Henneber dejó que la policía grabara sus conversaciones con Ferreiro e interceptara los faxes con los pedidos y la ruta que debía seguir la mercancía. Ahora es una de las principales testigos contra Ferreiro.
Otro testigo importante es Rafael Fernández Mesa, empresario español que proporcionaba a Ferreiro parte de los productos que se exportaban. Este nunca le pagó y la deuda acumulada asciende a 160.000 dólares (unos 24 millones de pesetas). Fernández Mesa se ha declarado culpable a cambio de inmunidad parcial y ha testificado en contra de su ex socio deudor.



Copyright La Vanguardia 1997