El País Digital
Martes
9 septiembre
1997 - Nº 494


ETA pone bombas bajo los coches del alcalde y un concejal del PP en un pueblo de Málaga

L. GARCÁ/E. PELÁEZ, Rincón de La Victoria
Dos meses después del asesinato del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, ETA intentó matar ayer a otros dos ediles del PP. Pero esta vez lo hizo en el extremo sur de España, donde menos se la esperaba. José María Gómez Muñoz y Francisco Robles, alcalde y concejal de Urbanismo, respectivamente, de Rincón de La Victoria (Málaga) escaparon milagrosamente a las bombas colocadas bajo sus vehículos. Los artefactos fueron explosionados por la Guardia Civil y sólo causaron daños materiales. «Todo apunta a que ha sido ETA», dijo el delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado.


El alcalde de Rincón de La Victoria habla tras
la explosión de su coche (R. Rico).
La primera explosión se produjo sobre las once de la mañana en la avenida de la Candelaria del Rincón de La Victoria, localidad turística de unos 18.000 habitantes, a 26 kilómetros de Málaga.

El concejal, charcutero de profesión, se dirigía a su furgoneta de reparto, una Nissan Vanette matrícula MA-4838-BZ, a las 8.25, cuando fue advertido por la cajera de un supermercado. «Había dos cajas de caudales pegadas a la rueda delantera izquierda con cinta adhesiva marrón. Nunca había visto algo así en un coche. Dos chavales que pasaban sugirieron que podía ser una bomba y, mientras yo llamaba a la policía, ellos fueron a avisar al concejal de que no cogiera la furgoneta», comentó la cajera.

La Policía Municipal avisó a la Guardia Civil, que desplazó a la zona un equipo de desactivación EDEX y un robot. La zona quedó acordonada y el autómata fue dirigido hacia el artefacto.

Nada más tocar una de la cajas de caudales, la bomba hizo explosión. Destruyó totalmente la parte delantera de la furgoneta, afectó a otros dos coches y dejó inservible el robot. El artefacto fue colocado después de la 1.30 de ayer, ya que el edil utilizó su furgoneta a esa hora de la madrugada para ir a su domicilio desde casa de su madre.

Media hora después de la primera explosión, un panadero descubría, a menos de un kilómetro de distancia, en la Calle Violeta de la Urbanización Cotomar, un segundo artefacto adherido a los bajos del Ford Escort del alcalde de El Rincón.

José María Gómez había comprado el coche hace sólo un mes pero, por la mañana, decidió no utilizarlo tras discutir con su mujer. «Habíamos tenido la típica discusión familiar, para mí el nuevo y para ti el viejo, y yo finalmente cogí el viejo, el Ford Fiesta de mi mujer. Los dos hemos vuelto a nacer», explicó más tarde al alcalde.

La destrucción del robot de la Guardia Civil obligó a mantener acordonada la zona hasta que el Cuerpo Nacional de Policía desplazó a la localidad un robot de sus equipos TEDAX. A las 13.50, se procedió a la voladura controlada del coche, que quedó reducido a chatarra en presencia de su propietario. «Ha sido una casualidad absoluta, un milagro que no haya pasado nada», repetía José María Gómez, abatido.

El alcalde comentó que disuadió a su esposa de coger el coche tras tener noticia del atentado sufrido por el concejal. «Estaba reunido en el Ayuntamiento cuando nos enteramos de todo. Llamé inmediatamente a mi mujer y le dije que no saliera de casa bajo ningún concepto. Por primera vez me ha hecho caso».

Las dos explosiones provocaron el terror en el pueblo. Poco después de la segunda detonación, corría el rumor de que había otro artefacto en un supermercado de una localidad vecina, La Cala del Moral. Una inspección permitió constatar que se trataba de una falsa alarma.

El Ministerio del Interior investigaba también la autoría de una llamada a la cuartel de la Guardia Civil que avisaba de la colocación de cinco bombas, aunque no le daba credibilidad.

El alcalde, muy emocionado aún, salió inmediatamente a tranquilizar a la población. «Esto es una canallada, pero no nos van a amedrentar ni a mí ni a los vecinos de El Rincón. Ahora más que nunca hay que solidarizarse con las otras víctimas del terrorismo y con el País Vasco y mantener la calma», comentó Gómez, que ha convocado para hoy un pleno extraordinario y una manifestación.

El alcalde explicó que la corporación de Rincón, como otras de la comarca de La Axarquía, en la costa oriental de Málaga, había sido alertada hace año y medio de la posibilidad de que estuviese en el punto de mira de ETA. «Incluso tuvimos escolta durante un tiempo, pero claro, luego pareció una falsa alarma», concluyó.

Los dos atentados fueron inmediatamente condenados por todos los partidos e instituciones democráticas. Ángel Acebes, coordinador general del PP, partido al que pertenecen los dos ediles, manifestó: «Con la misma firmeza con que condenamos este tipo de actos, manifestamos que el PP y sus cargos institucionales seguirán defendiendo esas creencias de paz, democracia y tolerancia por las que algunos han dado ya la vida».

La banda cuenta con una red de informadores en Andalucía

JORGE A. RODRÍGUEZ, Sevilla
Los dos artefactos colocados ayer en Rincón de La Victoria estaban compuestos por unos tres kilos de pólvora y azufre prensados (cloratita) y disponían de un sistema de detección de movimiento para que el detonador se activara con una mínima vibración.

Guardia Civil y policía investigaban ayer si ese dispositivo era de pinza (el circuito eléctrico se activa al moverse la rueda y cerrar la pinza) o de péndulo (la bomba explota al tocar un hierro, suspendido de un cable, el círculo de metal que lo rodea).

Este tipo de explosivo, de fácil fabricación, coincide con el utilizado por ETA en los cinco atentado que perpetró en Andalucía el año pasado. También fue empleado para atentar contra un funcionario de prisiones de Granada, el 3 de junio último, y en el artefacto que hizo explosión en Sevilla el 23 de abril, cuando un obrero de la construcción resultó herido grave tras patear una fiambrera.

Esta coincidencia llevó ayer a los portavoces del Ministerio del Interior a atribuir inicialmente a ETA la colocación de los artefactos.

El delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, que se desplazó a Rincón de La Victoria, dijo que «aunque no hay datos definitivos, todo apunta a que ha sido ETA la autora de estos atentados, en los que se ha puesto de manifiesto que la autoprotección ante la presencia de objetos sospechosos es muy importante».

Interior cree que ETA no dispone de un comando operativo estable en Andalucía, pero sí de informadores que habrían facilitado «datos recientes» a un comando itinerante, encargado de poner las bombas. La información era muy «caliente», ya que el alcalde se había comprado hace sólo un mes el Ford Escort bajo el que fue colocado el artefacto explosivo.

Fuentes de la lucha antiterrorista admitieron que no se tenía constancia de que la banda hubiera desplazado un comando a Andalucía, pero añadieron que ETA suele aprovechar los meses de junio a septiembre, en los que se produce una afluencia masiva de visitantes a la Costa del Sol y otras zonas turísticas, para perpetrar atentados, amparándose en la mayor facilidad de movimientos.

La opinión discrepante sobre la autoría del doble atentado la puso el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Romero. «El tipo de explosivo utilizado no es el que emplea ETA habitualmente», argumentó Romero, por lo que, a su juicio, las bombas podrían ser obra «de una mafia local, muy relacionada con temas de especulación de suelo, dada la condición de concejal de Urbanismo de la persona afectada».

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