INTERNACIONAL
09/02/97

MERCÉ GILI
Emigrantes orientales pasean por una de las calles comerciales de Andorra



Andorra, hacia la diversificación económica

El principado debe plantearse un futuro fuera del turismo y el comercio, su fuente de ingresos tradicional

MYRIAM JOSA
Andorra. Enviada especial

E stamos en una encrucijada. Hemos terminado una época de expansión económica y empezamos otra, en la que el país debe dibujar qué es lo que quiere para el futuro... Ocurre que no ganamos tanto como antes", afirma el presidente de la Cambra de Comerç, Indústria i Serveis d'Andorra, Jordi Marquet. En la misma línea, Pere Roquet, consejero delegado de la primera entidad bancaria del país, Crèdit Andorrà, comenta: "Estábamos demasiado bien acostumbrados... ahora la economía no va tan bien como antes". Son análisis que, con diversos matices, comparten gran parte de los políticos y agentes económicos andorranos. También hay una cierta coincidencia en el enunciado de las alternativas: apoyo a los sectores tradicionales --turismo y comercio-- junto a la diversificación de la economía.

Apoyar sectores tradicionales

P ero aquí, al concretar, aparecen divergencias, como en la propuesta de creación de nuevos bancos. Para hacer realidad las alternativas citadas es necesario aplicar unas medidas --nuevas leyes, redes viarias, revisión de la fiscalidad...-- sobre las que tampoco hay unanimidad. La leve disminución de la población en 1994 y 1995; la aparición del paro y el descenso en el sector de la construcción son algunos indicadores de ese lento desarrollo económico.
Jordi Marquet opina que "Andorra, debido a su situación geográfica, a su tradición comercial, a la fama adquirida gracias al esfuerzo turístico... tiene un gran futuro en la calidad y, manteniendo el comercio como eje vertebrador y el turismo, debe apostar por una economía diversificada". En este sentido, defiende la apertura de empresas extranjeras con el cambio de la legislación que sólo permite un 33 % de capital extranjero en una sociedad andorrana. En esto coincide prácticamente todo el mundo, excluyendo las empresas bancarias.

Dependencia económica

O tra constatación generalizada es el viraje que se da en el comercio hacia la venta de productos con mayores ventajas fiscales respecto a los países vecinos como perfumería, joyas... además del tradicional tabaco y alcohol, en un país dependiente económicamente de sus vecinos.
En el terreno de la infraestructura, Marquet defiende con uñas y dientes la necesidad de un aeropuerto para prestar mejores servicios o captar clientes "más lejanos o de mayor poder adquisitivo". "Sin abandonar nuestra actual clientela", añade. Además, cree indispensable un eje transversal en Andorra y la mejora de las comunicaciones con La Seu d'Urgell.
El banquero Roquet insiste también en la diversificación económica y pide soluciones imaginativas y profesionalización. En una conversación con "La Vanguardia", enumera algunas: captar sectores de la tercera edad, rutas turísticas, formación y enseñanza para extranjeros, apertura de sociedades que ofrezcan servicios al exterior... Respecto a la apertura bancaria es muy claro. "No podemos --asegura-- entrar en terreno conflictivo con nuestros vecinos por la creación de nuevos bancos. ¿De dónde vendrían los clientes? La reacción de los vecinos podría ser negativa. Luxemburgo ya tiene problemas con Alemania y Bélgica por la evasión fiscal..." "Yo hablaría con Francia y España, les diría que queremos diversificar nuestra economía en una línea que no les perjudique y que a cambio nos ayuden directamente o a través de Bruselas", propone.
Los cuatro partidos presentes en la campaña electoral defienden con distintos acentos los dos pilares de la economía tradicional, comercio y turismo. Un 78 % de los asalariados trabaja en el sector terciario, que globalmente dio cifras positivas en 1995. Pero, las importaciones para el comercio son casi un 10 % inferiores a las de 1991. Los políticos piden estudiar la rebaja del impuesto sobre la entrada de mercancías para que la fiscalidad no recaiga especialmente en el comercio. Paralelamente, hablan de la diversificación con sociedades de servicios asentados en Andorra, pequeñas fábricas... Las formaciones en liza aceptan la apertura de nuevos bancos con condiciones, y diferentes grados de predisposición. La actual banca andorrana --con seis entidades-- registró un crecimiento de un 7,8 % en 1995 superando el 1,7 % del año anterior, pero sin alcanzar el 20 % de principios de los noventa.
Para garantizar la diversificación económica, son necesarias nuevas infraestructuras y nuevos fondos para un Estado que ya tiene una deuda de unos 23.000 millones. Los grupos políticos plantean, con diversas modalidades, discutir una posible aplicación de impuestos indirectos similar a los del comercio a otros sectores y se comprometen a no imponer los directos, que nunca han existido.


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