Descertificado el Gobierno de Samper (II)

Posibles sanciones quedan en veremos. Para Washington, las autoridades colombianas siguen favoreciendo la acción de los jefes de los carteles desde las cárceles. México, en cambio, contó con mejor suerte.

Por ANDRES CAVELIER CASTRO
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington

Recordando que aún no confía en la rectitud del presidente Ernesto Samper, el gobierno de Estados Unidos volvió ayer a descertificar a Colombia y dijo que lo hace porque el país muestra corrupción en los más altos niveles del Poder Ejecutivo.

Acusó también a las autoridades de permitir que los líderes de los carteles de droga sigan operando desde las cárceles.

Pero a diferencia del año pasado, el presidente Bill Clinton dejó en claro que si la administración Samper cumple con una serie de exigencias en su lucha antidroga, entre ellas el restablecimiento de la extradición, el país podría ser recertificado en el transcurso de 1997.

De igual forma, Estados Unidos dijo que por el momento no le aplicará a este país sanciones económicas adicionales, en gran parte por el trabajo honesto y ejemplar de algunos gremios económicos colombianos, los cuales fueron prácticamente ovacionados ante el mundo por funcionarios del Departamento de Estado.

Sin embargo, Washington dijo que se reserva del derecho de aplicar sanciones en cualquier momento.

El esperado anuncio finalmente tuvo lugar a las 4:30 de la tarde, hora colombiana, desde el famoso +briefing room+ del Departamento de Estado, donde docenas de periodistas internacionales se agolparon para escuchar a la secretaria de Estado Madeleine Albright y a Robert Gelbard, subsecretario de Estados para Asuntos Antinarcóticos.

Vestida con un impecable vestido azul marino, y sin sonreír siquiera para despedirse, Albright abrió la sesión con una intervención de diez minutos en la que intentó explicar el razonamiento de la certificación de México -igualmente acusado de corrupción- y el castigo de Colombia.

-Este año, como el año pasado, la decisión del presidente de negarle la certificación a Colombia fue el resultado de nuestra preocupación de que la corrupción continúa rampante en los niveles más altos del gobierno colombiano+, dijo Albright. "Funcionarios de alto rango han fracasado por no cooperar con nosotros en la lucha contra las drogas+, agregó.

Sobre la aprobación a la lucha antidrogas mexicana, Albright aceptó que la corrupción es un problema tremendo en ese país, pero recalcó que el presidente Ernesto Zedillo ha actuando con transparencia al cooperar con Estados Unidos en contra de este flagelo.

"En México no ha habido intento de encubrimiento+, agregó.

La nueva secretaria de Estado explicó que la lucha contra el narcotráfico se ha vuelto una prioridad para el Departamento de Estado y dijo: -Ninguna nación por su cuenta puede derrotar esta amenaza. Necesitamos trabajar juntos para erradicar los cultivos, destruir los carteles y penalizar a aquellos que se enriquecen vendiendo veneno a nuestros hijos+.

Al citar las razones de la descertificación colombiana, el subsecretario Gelbard informó que en 1996 Colombia claramente sobrepasó a Bolivia como el segundo cultivador de coca en el mundo, en tanto que continúa siendo el máximo productor de cocaína y una de las fuentes más importantes de la heroína que llega a territorio estadounidense.

Pero para Estados Unidos, país que desde 1994 viene insistiendo en la necesidad de acabar con la narcocorrupción en la Presidencia colombiana, la corrupción en el gobierno de Samper continúa siendo la principal razón para descalificar los esfuerzos colombianos.

En este campo, Gelbard se quejó insistentemente de la falta de iniciativa del presidente Samper para ponerle fin a la delincuencia desde las prisiones. -La falta de acción del gobierno colombiano permitió a los hermanos Rodríguez Orejuela y a otros importantes narcotraficantes de Cali operar sus negocios desde las cárceles+, dijo.

-Quizás aún más grave, a medida que la Policía colombiana y los fiscales impulsaban las investigaciones y procesos de la mafia del cartel de Cali, el presidente Samper y el ministro de Interior (Horacio) Serpa socavaban sus esfuerzos, intentando lograr un acuerdo con los mismos criminales+.

Aunque Gelbard dio crédito a la firma de un acuerdo marítimo y a la aprobación en el Congreso de las leyes de confiscación de bienes, aumento de penas y lavado de dinero, se quejó con insistencia de cuán tarde actuó el presidente Samper en llevar esta legislación al Congreso. Advirtió, igualmente, que Estados Unidos está pendiente de la implementación de estas leyes.

Sin embargo, el subsecretario advirtió que la descertificación no tiene que ser una condición permanente. "Un progreso adecuado por parte de Colombia podría justificar una recertificación durante 1997, como lo permite la ley+, dijo.

Ante la advertencia de la canciller María Emma Mejía sobre una posible revaluación de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, Gelbard respondió: -sería un error muy serio de su parte pensar en disminuir la cooperación antinarcótica con Washington".

A lo largo de su intervención, Gelbard alabó las labores del Fiscal Alfonso Valdivieso, el general Rosso José Serrano, el ministro de Justicia Carlos Medellín, la canciller Mejía y la presidenta de Asocolflores, María Isabel Patiño. También mencionó los esfuerzos honestos de Asobancaria.

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