REVISTA
14/05/97



Doña Sofía dirigió los preparativos, realizados en colaboración por la Casa del Rey y el Ayuntamiento

El enlace de Elena también se conoció por etapas

JOSÉ BEJARANO Sevilla. Corresponsal

E l anuncio de la boda de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin ha removido en los sevillanos el recuerdo del enlace de la primogénita del Rey el 18 de marzo de 1994. Con cuatro meses de antelación se comunicó la boda de la infanta Elena con Jaime de Marichalar. La Casa del Rey confirmó que habría boda el 23 de noviembre de 1994. Ese día, Elena estaba ¿casualmente? en Sevilla invitada a una feria del caballo.
Como ha ocurrido ahora con Barcelona, muchos supusieron que el enlace tendría lugar en Sevilla por los vínculos de Elena con esta ciudad y por el viaje que realizó a la capital andaluza el mismo día en que se anunciaba la boda. Pero oficialmente no se habló de ello hasta el 3 de diciembre. Quedaba luego por decidir el templo y el oficiante de la ceremonia. Respecto al templo, como ocurre ahora, cabían pocas dudas. Sería la catedral. Poco después se comunicó que la ceremonia la oficiaría el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo.
La organización del acontecimiento de Sevilla ofrecía menos dificultades que el de Barcelona porque todos los edificios están muy cercanos entre sí. Catedral, Reales Alcázares y hotel Alfonso XIII, los tres puntos claves, son contiguos. Sólo la iglesia de El Salvador queda apenas a un kilómetro de la catedral. Una distancia adecuada para propiciar la participación del pueblo en el recorrido del cortejo nupcial.
Sevilla se volcó con el acontecimiento. Incluso por encima de lo deseado por algunos. El arzobispo Carlos Amigo tuvo que hacer un llamamiento para que la boda no acabara en mero espectáculo. El 30 de diciembre de 1994, tres meses antes del enlace, el Ayuntamiento nombró a la infanta Elena hija adoptiva de Sevilla. No hubo que hacer grandes inversiones en remozar el escenario porque la ciudad estaba recién salida de la Expo y la catedral había recibido 800 millones para su rehabilitación. El asfalto de las calles que unen la catedral, el alcázar y el hotel Alfonso XIII fue sustituido por losas de piedra o adoquines.
Los preparativos fueron realizados en colaboración por la Casa Real y el Ayuntamiento. La Reina en persona dirigió los preparativos. Dieciséis días antes de la ceremonia, el 2 de marzo, doña Sofía visitó por sorpresa la catedral y el alcázar, residencia oficial de los Reyes en Sevilla.


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