El País Digital
Jueves
6 marzo
1997 - Nº 307

La policía interviene en Cartagena un barco
con ocho toneladas de hachís

JOSÉ ROCAMORA, Cartagena
La denominada Operación Pájaro, contra una red de narcotraficantes, se saldó ayer con el apresamiento de un barco a la altura de Cabo de Palos, en las proximidades de Cartagena, en cuyas bodegas se amontonaban unas ocho toneladas de hachís. La operación llevó a la detención en Málaga y Tarragona de un total de 13 personas, todas extranjeras: los cuatro tripulantes del barco y otros nueve narcotraficantes, según informó la Delegación del Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas.

El barco, llamado Odisea II , de 20 metros de eslora y matriculado en Mallorca, procedía de Marruecos y navegaba rumbo a las costas catalanas. La Operación Pájaro, dirigida por la Jefatura Superior de Policía de Barcelona en colaboración con la Unidad Central de Estupefacientes en Madrid, se inició hace varios meses. Cuando el Odisea II navegaba, en la madrugada de ayer, a la altura de Cabo de Palos se decidió el apresamiento, que fue facilitado por la niebla reinante en la zona.

El asalto, realizado por una lancha del Servicio de Vigilancia Aduanera, fue todo un éxito y los funcionarios de Hacienda consiguieron que los cuatro tripulantes, sorprendidos por la rapidez de la operación, no pudieran lanzar al mar ningún fardo de droga, como es costumbre habitual en estas situaciones.

A las cuatro de la madrugada, el Odisea IIfue conducido, escoltado por dos lanchas de Aduanas, al puerto de Cartagena, donde a media mañana se inició la descarga de la droga. En total, en las bodegas había 300 fardos de hachís y la primera estimación sitúa la cantidad de droga intervenida en unos 8.000 kilos.

Simultáneamente a la detención del Odisea II , la policía inició una serie de registros domiciliarios, fruto de los cuales fue la detención de otras nueve personas en las provincias de Málaga y Tarragona. La policía intervino varios vehículos, una pistola, teléfonos celulares y varios escáneres (utilizados para la escucha de las frecuencias policiales), además de un millón de pesetas en efectivo.

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