El País Digital
Lunes 
28 abril 
1997 - Nº 360

 El 60% de los jóvenes con trabajo, entre 25 y 30 años, aún viven en el hogar familiar 

M. JOSÉ DÍAZ DE TUESTA , Madrid 
Para un 60% de los jóvenes españoles, de entre 25 y 30 años, tener trabajo no es una razón para despegar del hogar familiar. Dentro tienen la intendencia resuelta, pueden ahorrar y disfrutan de una familia más permisiva, con una fuerte complicidad entre padres e hijos, que les insufla seguridad. Fuera, tropiezan con un mercado laboral precario y difícil acceso a una vivienda. Las consecuencias son: caída de la natalidad y un porcentaje bajísimo de jóvenes disponibles para tener hijos. «Ni se casan ni se emparejan», según el demógrafo del CSIC, Juan Antonio Fernández Cordón. 
 
La bandera de aquellos padres de finales de los años 60, que en cuanto pudieron huyeron del hogar paterno, no ha sido recogida por la mayor parte de sus hijos. Según los datos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un 60% de los jóvenes españoles de entre 25 y 30 años, -que tienen un trabajo-, aún no se han despegado del hogar familiar.
 
 

Una tendencia que ha aumentado en la última década: entre 1985 y 1995 se ha elevado entre un 25-30% el porcentaje de jóvenes empleados que no se han emancipado. Si estas cifras se comparan con las de países como Francia, Reino Unido o Alemania, en el mejor de los casos España triplica el número de jóvenes empleados sin independizarse: en Francia sólo un 18% de los que tienen trabajo no han salido del paraguas familiar; en Alemania, un 25%; y en el Reino Unido, un 20%. Sólo los jóvenes griegos e italianos comparten una parecida actitud que los españoles.
 
 

«Cuando se les pregunta a los jóvenes, una parte contesta que se iría de casa si pudiera, pero en 10 años ha aumentado la tendencia contraria. Esto no se puede explicar por un rasgo cultural arcaico y sí de poca estabilidad en el trabajo y escasas perpectivas de solvencia económica. Ellos mismos no se creen estables y los que pueden darles créditos tampoco les consideran solventes», afirma Fernández Cordón, investigador del CSIC.
 
 

Causas de índole económica y otras que tienen que ver con la intendencia son a las que más recurren los expertos para explicar esta conducta: la incertidumbre del actual mercado laboral, salarios poco boyantes, pánico a independizarse y quedarse sin trabajo, familias más permisivas que no piden cuentas y comodidad. Las familias, que se constituyen como la última red de solidaridad, les facilita además llevar a la práctica una razón de tipo estratégico: poder ahorrar, otra explicación que abunda en por qué el promedio de emancipación real en España, -28 años-, «sea muy elevado si se compara con el resto de los países de nuestro entorno», según el investigador del Instituto de Estadísticas Sociales Avanzadas, Luis Moreno.
 
 

No se tiran a la selva
 
 

«La gente quiere ahorrar y si los padres son solidarios, y lo son mucho, en casa van ahorrando. Luego, hay también una cultura muy patrimonialista y es que, en general, se tiende a comprar la vivienda en lugar de alquilarla, debido a que hay poca cultura de arrendamientos», afirma Moreno.
 
 

El propio carácter precario del trabajo no hace sino cargarles de razones: la mayor parte de los contratos laborales temporales se concentran en los jóvenes. «Y éstos quieren tener las cosas muy claras antes de meterse en cuestiones más serias», añade. Sólo un 19% de los jóvenes ha conseguido vivir fuera del hogar, según los datos de la subcomisión del Congreso que la pasada semana aprobó el documento con 13 recomendaciones dirigidas al Gobierno para apoyar a la familia. De ese porcentaje, el 62% se independiza para casarse; el 10% porque cree que necesita autonomía; el 9% para estudiar fuera de su ciudad; y el otro 9% se traslada a trabajar fuera de su residencia.
 
 

También entra en juego un elemento de inseguridad muy subjetivo y psicológico de creer que el mercado laboral está peor de lo que está, lo cual les añade inseguridad. Dolores Sánchez, ponente de la subcomisión, opina que «hasta que no controlan la situación del mercado no se tiran a la selva, tienen trabajo y les cuesta dar el salto. Únicamente aquellos que ya tienen un empleo estable y bien pagado y que pueden contar con disfrutar de la misma calidad de vida de su hogar se van. Pero normalmente ellos mismos consideran que no pueden hacerlo hasta tener una situación muy consolidada».
 
 

Las consecuencias más inmediatas de este comportamiento, que se manifiesta de manera particular en España, son una caída importante de la nupcialidad y de la fertilidad durante la última década. «En España es bajísimo el porcentaje de jóvenes para tener hijos porque ni se casan ni se emparejan y tampoco tienen hijos fuera del matrimonio», afirma Fernández Cordón.
 
 

Poca vida de pareja
 
 

Según refleja la ponencia parlamentaria del Congreso, la familia es el eje que asegura el principio de la continuidad demográfica . Pero en España esta posibilidad se quiebra por «la situación de los jóvenes que no tienen trabajo, no tienen vivienda, no tienen pareja y no tienen hijos». En Suecia se producen más del 50% de nacimientos en parejas no casadas; en Francia, un 40%, y en España sólo alcanza un 11%. Según este demógrafo, no hay que apelar a razones de tipo ético o moral para explicar la diferencia, sino sencillamente «a que aquí no hay vida de pareja».
 
 

Entre los deseos de emparejamiento y la realidad se produce un abismo de hasta siete años en la vida de los jóvenes españoles. «Las chicas consideran que una buena edad para casarse son los 23 años y los chicos 24. Sin embargo, se retrasa de manera muy significativa la edad en la que contraen matrimonio, muy ligado a la independencia del hogar familiar, y que se sitúa a los 30 años», según Sánchez.
 
 

La incógnita para los expertos es qué va a ocurrir en adelante -en lo que algunos han llamado la II Transición Demográfica- con los jóvenes que ahora tienen 25 años. 

Las familias-colchón

El prototipo de familia de los países del Sur -que se configuran como un colchón, con un componente de complicidad más fuerte entre padres e hijos- y los cambios que han experimentado en los últimos años, -la familia actual es una de las más permisivas de la historia reciente-, desempeñan un papel clave en el futuro de sus hijos. «Las familias antes eran más represivas e impositivas, ahora son mucho más liberales y tienen bastantes ventajas. Luego hay padres que se quejan porque los hijos se eternizan en casa», opina el filósofo Fernando Savater. «Para tener libertad y, sobre todo, relaciones sexuales antes los jóvenes necesitaban salir fuera».
 
 

Para Dolores Sánchez, ponente de la subcomisión parlamentaria de la familia, ahora ésta es un espacio de convivencia mucho más abierto en el que cada individuo decide sus niveles de participación; es más democrático y, por tanto, más cómodo». «Con la sensación de los hijos de que no son nada prestado y que su estancia no tiene límite».
 
 

Juan Antonio Fernández Cordón, investigador del CSIC, defiende que, aunque en España es más fácil convivir con la familia, los hijos se quedan porque no tienen otro remedio y los padres lo asumen encantados. «Sin embargo, hay una tendencia que puede cambiar en el futuro y es que los padres empiecen a pensar que no es normal que uno a los 30 años siga en casa y les empujen a salir fuera, no por egoísmo, sino pensando en ellos», explica. «Es más fácil quedarse porque llegan tarde y encima tienen preparada la cena y planchada la camisa para el día siguiente», añade. Y concluye que, la familia en su papel económico y de refugio, «es lo que hace posible que el sistema funcione sin que la sociedad se rompa y sin que haya tensión social excesiva». 

© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid

Preguntas:
 

  1. ¿Qué porcentaje de jóvenes entre 25 y 30 años vive todavía con sus padres?
  2. ¿Es diferente esta situación de hace 35 años?
  3. ¿Cómo es la situación en otros países europeos en comparación con España?
  4. ¿Por qué no se independizan los jóvenes más temprano? ¿Cuáles son las causas?
  5. ¿Qué consecuencias tiene esta situación?
  6. ¿Cómo es el porcentaje de jóvenes no casados con niños en comparación con otros países?
  7. Explica la siguiente cita del texto: “la familia actual es una de las más permisivas de la historia reciente”.
  8. ¿A ti te gustaría seguir viviendo con tus padres? ¿Cuándo quieres salir completamente de la casa de tus padres? ¿Cuándo piensas casarte?