El País Digital
Martes
17 junio
1997 - Nº 410

Inmigrantes en alza

Los cubanos y los 'espaldas mojadas', los que tienen peor imagen en EE UU

JOSÉ M. CALVO , Washington
Los balseros están mal vistos en Estados Unidos. Además de los cubanos que se echan a la mar para intentar llegar a de Florida, los espaldas mojadas que proceden de México, de ciertos países del Caribe y de Oriente Próximo sufren también esa visión negativa, a pesar de que la mayoría de los norteamericanos creen que los inmigrantes son buenos para EE UU, según un sondeo del Miami Herald.

La encuesta de The Herald indica que sólo una tercera parte de los ciudadanos de EE UU tiene opiniones desfavorables sobre grupos determinados de inmigrantes y que el 42% cree que la inmigración hace daño al país, frente al 45% que afirma que la llegada de gente del exterior es positiva. Estas cifras indican una mejora en la apreciación de los extranjeros con respecto a 1993, cuando el 60% afirmaron que la influencia de inmigrantes era mala para EE UU.

La buena situación económica, apuntan los expertos citados por The New Herald, contribuye a que se suavicen los sentimientos de xenofobia, que están basados en la creencia -según el 71% de los encuestados- de que los extranjeros reciben demasiada ayuda pública. El resto de las opiniones contrarias descansan en prejuicios como que los inmigrantes quitan puestos de trabajo, introducen idiomas diferentes y son pobres en su mayoría.

En el caso concreto de los cubanos, que recogen un 35% de desaprobación y un 18% de opiniones favorables, el rechazo se justifica por los efectos de las imágenes en televisión de las crisis de los balseros, que se ven como invasiones, y por los problemas de criminalidad provocados por los marielitos, los delincuentes comunes cubanos que llegaron a EE UU mezclados con las 125.000 personas que abandonaron la isla en 1980.

Después de los cubanos, los inmigrantes peor juzgados en el sondeo de The Miami Herald son los mexicanos (34% de opiniones negativas), los ciudadanos de Oriente Próximo (30%) y los haitianos (29%).

La otra cara de la moneda, por lo que se refiere a la comunidad hispana en Estados Unidos, la ofrece la revista Hispanic Business, que en su último número señala que la bonanza económica de EE UU ha hecho que los ingresos de las 500 principales empresas que son propiedad de hispanos aumentaran en un 16,3% en 1996.

Según la revista, el ejecutivo latino necesita dedicar un mínimo de 57 horas a la semana a su trabajo y no puede tomar más de dos semanas de vacaciones al año. Hay un millón y medio de empresas en EE UU en manos de latinos, con unos ingresos que superan los 160.000 millones de dólares y una presencia geográfica que desborda los mercados tradicionales de California, Florida y Tejas para extenderse por Georgia o Michigan.

Mientras tanto, los latinos que no son empresarios o que se mantienen en el limbo legal en cuanto a su documentación tienen de nuevo motivo para estar preocupados. El pasado fin de semana llegaron a Managua los dos primeros nicaragüenses deportados en virtud de las nuevas leyes de inmigración, en vigor desde el 1 de abril. Las deportaciones no deberían ser el preludio de expulsiones masivas, según ha asegurado un portavoz del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), pero las decisiones están en manos de la Administración después de que el juez federal de Miami James King, que en mayo paralizó provisionalmente la entrada en vigor de las nuevas normas para estudiar la demanda colectiva presentada en nombre de 40.000 nicaragüenses, dijera el jueves que le resulta imposible adoptar una resolución definitiva.

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