A José María Aznar no le podía ir mejor. Su primer debate sobre el estado de la nación como presidente no sólo lo ha ganado con claridad, sino que le sirve para afianzarse con el pleno respaldo de sus socios nacionalistas. La satisfacción que ayer transmitían la mayoría de los portavoces parlamentarios por la distensión en las intervenciones conectacon la opinión de los ciudadanos. Un sondeo flash elaborado por Demoscopia para EL PAÍS da a Aznar como claro vencedor frente a Felipe González.
|
El Consejo de Ministros aprovechará su reunión de hoy para hacer su balance del primer debate sobre el estado de la nación con un Gobierno del PP. A juzgar por las declaraciones que ayer hacían los dirigentes populares, la satisfacción es grande, no tanto porque se haya podido derrotar al líder del PSOE, Felipe González, que resistió bien el envite, sino por la consolidación de la alianza con Convergència i Unió (CiU) y los restantes socios de Aznar en el Parlamento.
El debate, celebrado ayer y anteayer, fue seguido con notable menor intensidad que los de años anteriores, según los datos del sondeo flash de Demoscopia, pero ha merecido, en cambio, una valoración más positiva por parte de los ciudadanos, probablemente gracias al tono moderado de los principales líderes. El propio portavoz socialista, Joaquín Almunia, se felicitaba ayer de la ausencia de crispación. En su opinión, el debate fue «positivo» porque se discutieron los problemas de España y se llegó a acuerdos -se aprobaron 56 resoluciones-, siempre dentro de un tono «sosegado».
A diferencia de lo sucedido en 1995, anterior debate de estas características, José María Aznar se ha impuesto con claridad a su principal adversario, Felipe González. Su intervención ha gustado a más gente que la del líder del PSOE y anterior presidente del Ejecutivo. Y aumenta el porcentaje de los que a raíz de los dos días de discusiones mejoran su opinión sobre el presidente del Partido Popular como inquilino de La Moncloa. De cualquier forma, y en su conjunto, el debate se ha percibido como más positivo que negativo, más sereno que crispado, dividiéndose casi a partes iguales quienes piensan que ha sido interesante y quienes lo valoran como aburrido.
El seguimiento directo del debate fue sensiblemente menor que el registrado en 1995 y, sobre todo, que el de 1994. Algo más del 10% de los entrevistados dice haber visto u oído al menos la mitad de las intervenciones, frente a un 18% en 1995 y un 27% en 1994. De hecho, el seguimiento completo dicen haberlo hecho en torno al 4% de los entrevistados, frente al 8% y al 14%, respectivamente, en los dos debates anteriores. Estos datos coinciden sustancialmente con los de audiencia de televisión, que revelan que el seguimiento en directo vino a ser en torno a un tercio del que se produjo hace tres años, y algo menos de la mitad que hace dos.
Como es lógico, al haber un menor seguimiento del debate, el recuerdo espontáneo de los líderes que han participado en él es sensiblemente menor que en años anteriores. Se separa significativamente la mención de José María Aznar (55%) de la de Felipe González (49%). A mayor distancia, recuerdan la intervención de Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida, el 29%; las de Joaquim Molins, portavoz de CiU, y de Iñaki Anasagasti, portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV), el 10%, y con porcentajes del 5% o inferiores a los demás intervinientes.
Aznar y González, en cabeza
El dirigente que más ha gustado es, con notable diferencia, José María Aznar (26%), frente a Felipe González (15%), Julio Anguita (6%) y, a mayor distancia, los restantes portavoces. En paralelo con esta apreciación, la opinión sobre el presidente del Gobierno ha mejorado para un 21% de los entrevistados, frente a un 5% que tiene ahora peor opinión, aunque la gran mayoría (40%) mantiene el criterio que ya tenía. Inversamente, en el caso del líder del principal partido de la oposición, González, sólo un 5% dice que ha mejorado su opinión sobre él, frente a un 12%, que la ha empeorado y un 46% que mantiene la que ya tenía.
En consonancia con lo anterior, la proporción de ciudadanos a quienes Aznar inspira más confianza que González asciende a un 36%, frente a un 20% que opina lo contrario. Para uno de cada cuatro entrevistados ninguno de los dos inspira confianza, mientras que para un 5% los dos la inspiran por igual. Esta comparación invierte la que resultaba en el debate anterior (1995) a favor de Felipe González (33% frente a 24% Aznar).
El debate se ha percibido como positivo y sereno, aunque algo más aburrido que interesante. Lo ha visto como positivo un 37% de los entrevistados, frente a un 8% que lo ha percibido como negativo. En la misma línea, un 42% lo califica como un debate sereno, frente a un 10% que lo definen como crispado. Una pauta de opinión diferente es la división, casi por partes iguales, entre quienes lo consideran aburrido (28%) y quienes lo han visto interesante (24%).
En los debates de años anteriores predominaba la opinión de que ni la intervención del presidente del Gobierno -entonces Felipe González- ni la del líder del principal partido de la oposición -entonces José María Aznar- reflejaban adecuadamente la situación del país. Ahora, en cambio, aumenta significativamente la opinión de que la intervención del jefe del Ejecutivo refleja adecuadamente lo que está pasando en España (28%), frente al 20% que opina que ha estado alejado de la realidad. El discurso de Felipe González se estima algo más alejado de la realidad (26%) que pegado a ella (15%).
Unos datos que justifican el entusiasmo del portavoz del PP, Luis de Grandes, que anoche ponía el colofón: los grandes favorecidos han sido, en su opinión, el Gobierno, los pactos con los nacionalistas y el consenso. Los populares llegaron a votar resoluciones conjuntas con el PSOE, IU-IC y Grupo Mixto.
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid