El funcionario de prisiones es el secuestrado número 68, de los 76 que ha tenido en su poder ETA, que logra sobrevivir a un cautiverio de la banda terrorista.

La liberación de Ortega Lara se produjo cinco horas y media después de que recobrara su libertad el abogado vasco Cosme Declaux Zubiría, en las proximidades de Elorrio (Vizcaya), después de 232 días de cautiverio. Los Delclaux han pagado entre 900 y 1.000 millones de pesetas y, probablemente, se han comprometido a abonar otros 500.

La motivación económica no era, en cambio, la causa de la retención del funcionario de prisiones, sino que se convirtió en la vía utilizada por los terroristas para exigir que los presos etarras dispersos por las cárceles españolas se acercaran a los centros penitenciarios del País Vasco. Ortega Lara, de 38 años, está casado, milita en el Partido Popular y es padre de un hijo.

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, afirmó que "el destino ha querido que coincidieran en la misma noche" la liberación de Cosme Delclaux y de Ortega Lara, y agregó que para él la sorpresa ha sido la noticia de Cosme Delclaux, que le fue comunicada por Juan Maria Atutxa, consejero de Interior del Gobierno vasco.

En declaraciones a varias emisoras de radio, Mayor Oreja dijo que se ha producido una coincidencia entre una acción previsible como era la liberación del funcionario de prisiones, respecto a una acción no previsible como ha sido la decisión de ETA de liberar a Cosme Delclaux.

El ministro adelantó en conversación telefónica a Atutxa la posibilidad de que se produjera esta madrugada la liberación de Ortega Lara, informaron a Efe fuentes del Departamento vasco. Tras informar Atutxa al ministro de lo sucedido y localizar al abogado vizcaíno, Mayor Oreja dio a conocer al consejero que la Guardia Civil contemplaba la posibilidad de liberar esta madrugada a la segunda persona que permanecía secuestrada, según las citadas fuentes.

Tras anunciarse el rescate de Ortega Lara, el ministro explicó que desde hace varias semanas se había producido una aproximación, por parte de las fuerzas de seguridad, al lugar donde podría estar secuestrado el funcionario, aproximación que se había acentuado en las últimas 24 horas. Un centenar de efectivos participaba en la operación para liberar a Ortega Lara, que se inició esta madrugada con la detención en cuatro puntos distintos de cuatro etarras, que vigilaban al funcionario y que formaban parte de un comando.

Mayor Oreja describió la dificultad para acceder al zulo en el que se encontraba el funcionario, en una nave industrial en el centro de Mondragón próxima al río. Dijo que para acceder al zulo había un complicado mecanismo hidraúlico que costó dos horas desactivar. El ministro dijo que por la primera impresión visual, Ortega Lara se encuentra bien, al tiempo que felicitó a las fuerzas de seguridad del Estado por el exito de la operación.

"La constancia, no dejarse chantajear por muchas presiones políticas y el camino de la ley da resultados", agregó el ministro.

La liberación de José Antonio Ortega Lara "ha puesto fin a la pesadilla que él sufría y la de su familia", declaró a Efe un portavoz de los funcionarios de la prisión de Logroño, donde trabajaba el liberado el 17 de enero de 1996, cuando fue secuestrado por ETA.

Aldaya, el anterior

Al secuestro de Ortega Lara le precedió el del empresario vasco José María Aldaya, 341 días en poder de los terroristas, quienes lo liberaron el 14 de abril de 1996 tras cobrar 130 millones de pesetas.

También desembolsó 500 millones de pesetas la familia de Julio Iglesias Zamora en 1993, después de que ETA le tuviera secuestrado durante 116 días.

El secuestro que se saldó con el rescate más millonario fue el del empresario Emiliano Revilla, quien pagó 1.500 millones de pesetas por salvar su vida, seguido por el de Diego Pardo y Colón de Carvajal, que desmbolsó 700 millones de pesetas en 1983 tras más de dos meses de cautiverio.

Otros secuestrados que lograron conservar su vida mediante el pago de grandes sumas de dinero fueron el industrial Luis Súñer, secuestrado en Valencia y liberado al cabo de 90 días tras pagar 341 millones de pesetas en 1981, mientras que en 1990 el industrial Adolfo Villoslada pagó 300 millones de pesetas.

Por otra parte, otros retenidos fueron liberados por las fuerzas de seguridad, como Lucio Aguinagalde, rescatado por la Ertzaintza en 1986, Juan Pedro Guzmán por la Policía en 1985 o, entre otros, Saturnino Orbegozo, liberado por la Guardia Civil en 1982.