VANGUARDIA
POLÍTICA
26/04/97



El Príncipe debe casarse con quien quiera

El 86,9% de españoles ve innecesario que la futura reina tenga sangre real y al 53,3% le da igual que sea extranjera

BARCELONA. Redacción

Si de los españoles dependiera, el principe Felipe y la infanta Cristina pueden casarse con quien quieran. No hace falta que sus futuros cónyuges pertenezcan a una familia real europea ni que corra sangre noble por sus venas. Ni siquiera es requisito que se trate de ciudadanos patrios; los contrayentes pueden ser extranjeros. Y, por si fuera poco, tampoco existe inconveniente alguno a que cualquier miembro de la familia real opte por divorciarse si esta es la única forma de recomponer su vida sentimental. Tal es el grado de tolerancia a este aspecto, que a los españoles no les importaría tener un rey separado. Así se pone de relieve en el barómetro de abril realizado por el Instituto Opina para "La Vanguardia", cuyos resultados en el ámbito estríctamente político serán publicados mañana domingo y el próximo lunes.
Los dos hijos solteros que aún les quedan a don Juan Carlos y a doña Sofía deberían tener, como la infanta Elena, plena libertad para casarse con quienes quieran, ignorando si sus futuros cónyuges tienen abolengo o no. Así lo entiende nada menos que el 92,1 % de los encuestados, frente a un reducido 4,7 % que considera que la pertenencia de don Felipe y de doña Cristina a la familia real debería condicionar su elección. Los vascos son quienes más proclives se muestran a la hora de conceder plena libertad a los hijos de los Reyes, ya que ningún encuestado de aquella comunidad cree que debe influir la condición social de los contrayentes. Por contra, Andalucía es donde existe un mayor porcentaje de ciudadanos (6,7 %) que entienden que la elección de cónyuge no puede ser libre en los casos planteados.
Traduciendo los resultados de la encuesta a la práctica, una hipotética boda entre la infanta Cristina y el jugador de balonmano del Barça Iñaki Urdangarin sería aplaudida por los españoles. Similar respaldo obtendría don Felipe si decidiera contraer matrimonio con una"plebeya", aunque su condición de heredero de la Corona atempera mínimamente el número de partidarios de que se case con quien quiera: 86,9 % de encuestados. En este caso, vuelven a ser los vascos quienes más manga ancha dan al Príncipe para elegir (94,4 %), mientras que es en Cataluña donde es superior el número de partidarios de que su futura esposa tenga sangre real: un 16 %, casi el doble de la media española (8,9 %).
Por segmentos ideológicos, son los encuestados que dicen haber votado IU los mayores defensores de dar libertad al heredero a la hora de buscar a su futura esposa (93,9 %), mientras que es el electorado de CiU donde hay más partidarios (14,3 %) de que don Felipe se case con alguien de sangre real.
Pero es a la hora de definir las preferencias sobre la nacionalidad que debe tener la futura reina donde la opinión se divide, aunque siempre dentro de unos parámetros notables en cuanto al dejar hacer. Así, a un 53,3 % de encuestados le resulta indiferente que la futura esposa de don Felipe sea española o extranjera. Y es de nuevo el País Vasco (64,8 %), seguido en este caso de Cataluña (64,1 %), donde mayor porcentaje de encuestados dan libertad de elección al Príncipe. Los partidarios de que sea una española la que suceda a doña Sofía en el trono (43,5 %) se concentran de forma especial en Andalucía, donde este porcentaje se eleva hasta los 53,6 puntos. Y por recuerdo de voto, son los electores del PP quienes más se inclinan por una española (48,3 %).

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