Martes 11 de febrero de 1997

Se destraba la crisis en Ecuador

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La presidenta Rosalía Arteaga, llamada ''al orden'' por las Fuerzas Armadas, acatará la designación de un Presidente Interino por parte del Congreso.

Por VICTOR MANUEL VARGAS
Editor Internacional de EL TIEMPO
Quito

''La doctora Rosalía Arteaga acatará la decisión del Congreso porque no es su intensión mantener al país en la incertidumbre''.

Esta declaración ante los medios de prensa de Fausto Jaramillo, vocero de la actual presidenta de Ecuador, despejó ayer el panorama para que hoy los ecuatorianos puedan ver muy cerca el fin de la peor crisis política que ha sucudido a su país desde el regreso de la democracia en 1979.

Arteaga, Presidenta desde el domingo por decisión del Congreso tras un pacto político que debía poner fin a la crisis institucional que desató la destitución de Abdalá Bucaram por incapacidad mental, se había atrincherado en el poder desconociendo un punto del acuerdo que la llevó al primer cargo de la nación, pero que la obligaba a dejar el Palacio de Carondelet en un lapso muy breve de tiempo.

La resolución del Congreso que convirtió a Arteaga (vicepresidenta de Bucaram) en la primera mujer en ocupar la Presidencia de este país, establece textualmente que su ascensión al poder es ''temporal'' y sólo mientras el Legislativo designa un Presidente Interino en sesión extraordinaria y por ''mayoría absoluta de sus miembros'', es decir por el voto de la mitad más uno de sus 82 diputados: 42 votos (ver gráfico al respecto).

Sin embargo, Arteaga, pocas horas después de instalarse en el Palacio de Carondelet el domingo, declaró que el Congreso no tiene la facultad constitucional de elegir un Presidente interino (hasta el 10 de agosto de 1998, según lo pactado) y que por tanto, el Legislativo debería tramitar una reforma constitucional antes de poder dar ese paso.

Con esa maniobra, la Presidenta pretendía permanecer por algo más que unos pocos días en el poder, ya que una reforma a la carta magna es un proceso lento que además, para ser aprobada, necesita el consenso de las dos terceras partes del Parlamento unicameral de 82 escaños y la firma del Presidente, que puede rechazarla.

Arteaga (40 años) y su ministro de Gobierno, el constitucionalista Gil Barragán, se mantuvieron firmes en esta tesis hasta ayer al mediodía, cuando recibieron una visita de lo más alto de la cúpula militar, encabezada por el ministro de la Defensa y héroe de la guerra con el Perú, Paco Moncayo.

Fuentes bien informadas confirmaron a EL TIEMPO que durante esa visita Arteaga fue 'llamada al orden'', ya que su decisión de no acatar el pacto político que había sellado con el Congreso tenía al Ecuador nuevamente en la zozobra, casi al nivel de los días en que este país llegó al triste récord de tener tres Presidentes al mismo tiempo.

Anoche Arteaga seguía insistiendo en que la elección de un Presidente Interino por el Congreso Nacional es un acto inconstitucional que no respalda y que de concretarse, puede considerarse como ''un golpe de estado''.

Sin embargo, analistas estiman que la Presidenta trata de 'salvar la cara' políticamente, y que a la larga terminará aceptando lo que ocurra en el Legislativo.

El más contento

El más contento con esta situación es el presidente del Congreso, Fabián Alarcón, que todo indica sería electo sin problemas como Presidente Interino de Ecuador hasta el 10 de agosto de 1998, fecha en la cual deberá entregar el poder a un ecuatoriano previamente elegido en unos comicios cuya fecha deberá fijar el Tribunal Supremo Electoral.

Alarcón aplaudió la declaración del asesor de Arteaga diciendo que ''hace parte de la democracia tener opiniones contrarias pero no desconocer una decisión libre y soberana del Parlamento''.

Al comienzo de la tarde de ayer en una conversación con un grupo de corresponsales extranjeros entre los que estaba este enviado especial de EL TIEMPO, el actual presidente del Congreso anunció que el Legislativo elegirá ''mañana (hoy) mismo'', y sin demoras, al nuevo Presidente Interino y Constitucional de Ecuador.

Alarcón es conocido en Quito como 'el cinturita' por su enorme habilidad como político.

De hecho, el partido de este ex alumno del Liceo Cervantes de Bogotá, el Frente Radical Alfarista (FRA), tiene tan sólo dos miembros en el Parlamento.

No obstante, Alarcón ha sido electo tres veces presidente del Congreso y mañana, según lo previsto, nuevo Presidente del Ecuador.

Todo indica que la batalla por el poder en Ecuador ha llegado a su fin.

Importante ha sido en este difícil proceso el papel de los militares ecuatorianos que en todo momento conservaron su neutralidad y lejos de convertirse en factor de perturbación, ayudaron con sus gestiones mediadoras a una sociedad civil que, incapaz de resolver sus conflictos políticos por si sola, acudía insistentemente a ellos como única instancia de solución.

Lo otro que queda claro en este último capítulo de la crisis política que vivió este país, es que se trató de una guerra entre las más altas cúpulas del poder. El pueblo, satisfecho ya su objetivo principal: la caída de Bucaram, prefirió dedicarse a mojar, con bombas y baldes de agua, a cuanto paisano se atreviera a circular por las calles, manteniendo viva así una de las tradiciones más antiguas de estos días de Carnaval.


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