¡Pura vida!


He aquí una de las expresiones más comunes entre los costarricenses. Con ella se trata de reflejar alegría, bienestar, conformidad, satisfacción...

He mostrado, a menudo, extrañeza cuando manuales y profesores de español, modernos inquisidores de la lengua, han arremetido contra el pura vida y lo han condenado a la hoguera de la heterodoxia linguística.

Por mi parte he defendido a capa y espada esta popular exclamación, poseedora siempre de mis simpatías personales. Y he encontrado argumentos técnicos suficientes para justificar esta postura. Me explico.

El Diccionario de la Real Academia Española (vigésima primera edición, 1992, pág. 1481), en el artículo VIDA, acepción 19, dice: "Fig. Cualquier cosa que origina suma complacencia." La pura vida sería, pues, el pleno bienestar, la máxima satisfacción, la pura complacencia... Y María Moliner (Diccionario de uso del español) explica también así el vocablo vida: "Se aplica como nombre calificativo... a algo que causa mucho placer o bienestar: ¡Esto es vida!"

Por otro lado, una expresión muy popular en algunas regiones españolas, de chipén (excelente, de superior calidad), registrada igualmente por el DRAE, proviene del caló o gitano chipén /vida/. Y no debe olvidarse el dicho, castellano castizo, vida y dulzura (recuérdese el refrán Mientras dura, vida y dulzura), del todo equivalente a nuestro pura vida

Decididamente doy mi apoyo entusiasta a esta expresión costarricense y hago votos porque pronto ingrese en el léxico oficial académico. ¿Cómo lo ven? Y ustedes dirán. ¡Pura vida!






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