Domingo 22 de septiembre de 1996

Hallados 3 kilos de heroína en el avión del presidente de Colombia

PILAR LOZANO, Bogotá
Un alijo de más de tres kilos de heroína fue hallado el viernes por la noche en el avión oficial dispuesto para el viaje del presidente Ernesto Samper a la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York, y puso de nuevo en ridículo a Colombia y a su cuestionado mandatario. Unidades antinarcóticos hallaron 14 paquetes de la droga en el portaequipajes delantero del aparato, perteneciente a la Fuerza Aérea, tras una llamada telefónica anónima al servicio de inteligencia del Ejército. El embajador de EE UU negó que su país tenga nada que ver con el asunto. Entretanto, la ofensiva guerrillera iniciada el jueves en el norte, noroeste y noreste está afectando también a las grandes ciudades colombianas.



Un soldado vigila el avión de Samper poco
después de encontrarse el alijo (Reuter).
El avión ya había sido sometido a la minuciosa inspección de rigor y se encontraba en un hangar en el aeropuerto militar de Catam, en Bogotá, cuando una llamada anónima al servicio de información de la Fuerza Aérea obligó a realizar un nuevo registro de última hora. Fue fácil para los expertos antinarcóticos encontrar el alijo, repartido en 14 bolsas y camuflado en la parte delantera del avión. El revuelo fue inmediato. El comandante de la Fuerza Aérea y el director general de la Policía iniciaron la investigación. Nadie se explica quiénes y cómo lograron burlar las medidas de seguridad del aeropuerto. El ministro de Justicia, Carlos Medellín, aseguró que tras esta acción criminal están manos oscuras que sólo buscan «enlodar el nombre del presidente». Samper decidió no suspender el viaje que tenía previsto realizar a Nueva York y voló ayer en un avión de línea regular en compañía de cinco de sus ministros. Samper dijo que se trataba de una «acción indignante y canalla» y que no debía descartarse ninguna hipótesis en la investigación del suceso.

Mientras, la guerra no cesa. Trece de las 32 provincias de Colombia han sido golpeadas desde el jueves por la subversión. La mayor virulencia se registró en las de Antioquia y César. Para el comandante del Ejército, general Harol Bedoya, «son sólo actividades que buscan distraer a la fuerza pública». Pero los resultados dicen otra cosa: sólo el jueves hubo 15 muertos, 44 vehículos quemados, seis atentados a entidades financieras, incluida una en Cartagena. Y quedó claro que la violencia llegó ya a las grandes ciudades: la foto de un dispensario en Cali -tercera ciudad del país- completamente acribillado por disparos, es la imagen que ilustra hoy el caos de Colombia. Varios colegios de esta población fueron evacuados tras llamadas que anunciaban atentados terroristas. El presidente Samper anunció ayer que si persistía la violencia guerrillera iba a movilizar a los reservistas del Ejército.

Las carreteras siguen siendo un objetivo militar para la guerrilla. El Ejército lleva dos días bombardeando en el municipio de Mutatá, en Antioquia, para tratar de abrir de nuevo el tránsito por la vía que une la zona bananera de Urabá y Medellín. El control de la guerrilla sobre la importante vía continúa desde hace una semana. El jueves, en la autopista de la costa, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) montó un retén y detuvo 30 vehículos. Quemaron 14 camiones grandes cargados de carbón.

En Colombia, el 95% del transporte se hace por vía terrestre. Se dice que la guerrilla tiene incidencia en un 30% del transporte del país. Utilizan varias formas de control: la intimidación directa -envío de fax a las empresas ordenando la suspensión del servicio y anunciando castigos a quien no cumpla- y los puestos de control de los guerrilleros en la ruta.

La guerra tiene angustiado a todo el país y ha hecho olvidar al narcoescándalo que destapó la profunda relación que existe entre política y narcotráfico. ¿Guerra total o diálogo?, es hoy el interrogante que genera el debate. Muchos creen que la clase dirigente habla sólo el lenguaje de las armas y el futuro es la guerra civil total.

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