50 muertos en una nueva ofensiva de la guerrilla en Colombia

Colombia vive una horrible pesadilla. Cuando se cumplen ocho días desde que comenzó la ofensiva de la guerrilla en el país, autoridades y la prensa estiman que la cifra de muertos se acerca al centenar y medio. La jornada del viernes dejó 21 soldados, 4 policías y 25 guerrilleros muertos. El panorama es tan dramático que el Ejército, a través de uno de sus mandos, admitía que la situación es de guerra,
Rebeldes de las FARC, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, atacaron el viernes un destacamento militar en el Guaviare, departamento selvático del sur del país donde en las últimas semanas se produjeron masivas manifestaciones de cocaleros en protesta por la intención del Gobierno de fumigar sus cultivos.
La arremetida guerrillera dejó un saldo de 21 muertos entre los soldados de un cuartel de la localidad conocida como La Carpa, a 350 kilómetros de Bogotá. En esa misma ofensiva fueron 25 los guerrilleros que murieron. Sin embargo, la cifra podía aumentar porque la oscuridad de la noche y el terreno selvático dificultaban las tareas de evacuación.
Mientras, Bogotá volvía a vivir la incursión de los grupos insurgentes. En esta ocasión, el enfrentamiento entre guerrilleros de las FARC y policías se produjo cuando los agentes se dirigían a un retén que la guerrilla montó en las cercanías de San Cayetano, a 50 kilómetros al norte de la capital. Cuatro policías murieron en los enfrentamientos.
A su vez, miembros del Ejército de Liberación Nacional ELN - grupo guerrillero liderado por el cura español Manuel Pérez, asesinó a Pedro Márquez, director de investigaciones de la Fiscalía General en Rioacha, al norte del país.
El mismo grupo dinamitó un tramo del oleoducto Caño LimónCoveñas, el más importante del país. Como consecuencia de esta acción, al menos 8 mil barriles de petróleo se derramaron y se corre el peligro de que el crudo llegue al lago Maracaibo, provocando una catástrofe ecológica.
Ante esta situación el Gobierno de Samper reconoció que no cuenta con suficientes efectivos para combatir a la guerrilla, a pesar de que tras la arremetida de la semana pasado el presdente aseguró que la situación estaba controlada.
Los guerrilleros de las FARC tienen aún en su poder a 67 soldados que se llevaron como «prisioneros de guerra» en el ataque en el Putumayo.
El secretariado de las FARC ha anunciado su deseo de liberar a los retenidos a una comisión internacional. Para ello ha propuesto la mediación de la Cruz Roja Internacional y de Costa Rica, país que aloja las reuniones entre miembros de la guerrilla y de la Comisión de Reconciliación Nacional en busca de una solución negociada al conflicto. Funcionarios de este país se han desplazado hasta Bogotá, pero según el buró de las FARC en México, el Gobierno de Samper «no acepta la mediación internacional».
RECLUTAS.
Por otro lado, ayer se conoció el fallo de una juez que pide que el Ejército retire a los soldados de remplazo de las zonas de conflicto. La resolución se produce tras un recurso judicial presentado por los padres de 20 reclutas que no ven a sus hijos preparados ni militar ni psicológicamente para ir a una guerra. A lo que un portavoz del Ejército replicó que en la institución «no hay soldaditos de plomo».
La resolución coincide con el alistamiento de 11.000 soldados, muchos de ellos menores, que se trasladarán a centros de formación para su posterior envío a las zonas de conflicto. Samper también ha propuesto la puesta en circulación de «bonos de guerra» para sufragar el conflicto.
La guerrilla también colocó ayer cuatro bombas en oficinas de Cali. Tres de los artefactos fueron desactivados pero el cuarto estalló e hirió a una persona.


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