BOGOTA.- El gobierno y la sociedad civil colombiana no han
disimulado su asombro y preocupación por la negativa de las
guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC) a aceptar las condiciones ofrecidas por el Ejército
para permitir la liberación de 60 soldados que permanecen en
sus manos desde el pasado 30 de agosto.
Por medio de un comunicado, las FARC rechazaron el sábado la
propuesta ofrecida hace una semana por el presidente Ernesto
Samper de desmilitarizar durante once días (entre el 6 y el 16
de diciembre) un total de 14 mil kilómetros cuadrados en el
departamento del Caquetá, al sur del país, para permitir la
liberación de los uniformados.
De acuerdo con el comunicado, emitido en México, las FARC
rechazaron la propuesta gubernamental porque excluye la zona
conocida como los Remolinos del Caguán, que los guerrilleros
consideran "fundamental" para desplazarse con los
cautivos.
El delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR,
organización que mediaría en la liberación de rehenes) en
Colombia, Pierre Gassman, declaró ayer que no cree que la
organización guerrillera FARC haya dicho la "última palabra".
Sin embargo, según el ministro de Defensa colombiano, Juan
Carlos Esguerra, la decisión de las FARC cierra las puertas a
una pronta liberación de los uniformados.
Incluso personajes de la oposición, como el ex canciller
Rodrigo Lloreda, del Partido Conservador, afirman que "la
posición adoptada por las FARC es caprichosa", y consideran
que la oferta del gobierno fue generosa.
En medio del "jaloneo' entre gobierno y guerrilla, más de 100
mil personas marcharon el domingo por las calles de Bogotá
para protestar contra el secuestro. La marcha estuvo
encabezada por un grupo de madres de los 60 soldados que las
FARC mantienen secuestrados desde que asaltaran la base de
"Las Delicias" (Putumayo), en una acción que causó la muerte
de 27 militares. (AFP-EFE)