PILAR MARCOS
, Madrid
Jaime Paz Zamora, presidente de Bolivia desde 1989 hasta 1993, se presenta a las elecciones del próximo mes de junio con la intención de ganarlas. En 1994 tuvo que abandonar la política activa por acusaciones de vínculos con el narcotráfico que quedaron en nada. Se reincorporó a su escaño un año después. Dice que aquellas acusaciones sólo fueron una «conspiración», pero, para que no quede duda, afirma que Bolivia tiene que erradicar completamente las plantaciones de coca, porque «Bolivia no es Colombia».
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En junio de 1993, cuando sólo le quedaban dos meses para dejar la presidencia de Bolivia -que no permite más de un mandato consecutivo-, Paz Zamora dijo, en una entrevista con este diario, que competiría en las elecciones de 1997. Un año después, las cosas se torcieron. En marzo de 1994, anunció su retirada de la política activa. Volvió poco después cuando las acusaciones quedaron sólo en eso. «Fue una conjura, que se lanzó no sólo contra mí sino contra todo un movimiento (su partido, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)) y una generación de políticos, que en Bolivia conocemos como la 'generación de la democracia», afirmó ayer en declaraciones a este diario.
«Parece que querían quitarme de en medio, y la presión aún continúa». Pese a ello, él cree que tiene posibilidades de lograr un nuevo mandato, «en coalición, pues Bolivia no es un país de mayorías absolutas». Dice que, junto al general Hugo Bánzer, con quien formó Gobierno en 1989, está en las mejores posiciones de partida. No hay que olvidar que el actual presidente, Gonzalo Sánchez de Losada, no puede presentarse y que su partido, el Movimiento Nacionalista Revolucionario, aún no ha elegido candidato.
Con conjura o no en su contra, Paz Zamora no quiere que queden dudas sobre su determinación para acabar con el narcotráfico. «Bolivia tiene que hacer su mejor esfuerzo para cumplir con la erradicación total de los cultivos de coca y la lucha frontal contra el narcotráfico». Claro que mantiene su ya vieja tesis de pedir más medios para los cultivos alternativos. «Los recursos de inversión para el desarrollo de cultivos alternativos tendrán que aumentar, así como ampliarse la apertura de mercados para los productos de reemplazo».
Todo ello con un principio claro: «Bolivia no es Colombia y queremos evitarlo». Paz Zamora destaca que «la violencia y el narcotráfico no se han juntado en Bolivia» y que hay que hacer todos los esfuerzos para que algo así no ocurra nunca.
Su objetivo, como candidato a la presidencia, es que «la democracia llegue a los bolsillos de los bolivianos». Insiste en que la democracia «ya ha cumplido 14 años», «un hecho inédito en la historia boliviana». Mantiene que han mejorado muchas cosas: «Hay mejor alcantarillado, llega agua potable a más gente, la electricidad a los campos, y hay más escuelas y mejor sanidad». A cambio, «la gente tiene menos dinero, hay menos empleo y ha bajado el poder adquisitivo de los salarios».
Paz Zamora haber tenido «muy buena impresión» de la actitud del Gobierno español hacia latinoamérica. Confía en que, si vence, podrá reactivar un acuerdo de cooperación -principalmente con créditos FAD- desde España, «sobre todo para apoyar programas de sanidad y educación, de los que España tiene buena oferta». Evita pronunciarse sobre el cambio de política del Gobierno español hacia Cuba porque «cada país, en función de su Gobierno legalmente constituido, opta por las políticas que cree más oportunas». Pero sí tiene una cosa clara: «Cuba tiene que hacer serios esfuerzos, como hemos hecho todos, hacia la democracia».
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