M. G.
, Madrid
El Congreso fue escenario anoche de un aperitivo del debate sobre la integración de España en la OTAN previsto para los próximos días 13 y 14 de noviembre. Una interpelación urgente de Izquierda Unida (IU) sirvió para mostrar el amplio respaldo parlamentario con que cuenta el paso que se dispone a dar el Gobierno: al menos, el 90% de la Cámara, porcentaje que corresponde a la suma de escaños del Partido Popular, PSOE y Convergència i Unió (CiU).
La postura de IU, contraria a la integración, sólo fue compartida por el Bloque Nacionalista Galego. El Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria, socios del Gobierno de José María Aznar, prefirieron no pronunciarse, aunque podrían sumarse a la mayoría en la decisiva votación del día 14.
IU, consciente de estar en minoría, ha conseguido no obstante alterar los planes del Gobierno: la interpelación de ayer dará lugar a una moción en la que el grupo que lidera Anguita exigirá la convocatoria de un nuevo referéndum. Se votará en el pleno del Congreso el día 12, la víspera de que José María Aznar pida el apoyo de las Cortes a la plena integración.
El apoyo de CiU a la incorporación de España a la estructura militar no impidió que su portavoz, Joan Miquel Nadal, recriminase al ministro de Defensa, Eduardo Serra, haber consensuado este asunto solamente con el PSOE, olvidándose de las minorías nacionalistas que dan soporte al Gobierno. Este olvido se subsanará parcialmente hoy jueves durante la entrevista entre Aznar y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol.
El debate, devaluado en un hemiciclo casi vacío, sirvió para que Eduardo Serra, que ayer ejercía de presidente en funciones (por la asistencia de la mayor parte del Gobierno a la Cumbre Hispano-Lusa y la luna de miel del vicepresidente Francisco Álvarez Cascos), desmintiera que la plena integración en la OTAN suponga la nuclearización de España. En respuesta al diputado de IU, Willy Meyer, Serra aseguró que esta decisión no altera las condiciones aprobadas por el Congreso en el otoño de 1981, entre las que figuraba la no adquisición de compromisos que supusieran la instalación o almacenamiento de armas atómicas en territorio español.
El portavoz del PP, Arsenio Fernández de Mesa, recordó que la desnuclearización de España no fue consecuencia del referéndum de la OTAN, sino de una decisión tomada en tiempos de UCD y agregó que, desde el punto de vista jurídico, el Gobierno ni siquiera necesita el apoyo de las Cortes para integrar a España en la estructura militar de la OTAN.
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