Azoteas ecológicas

Getafe, un municipio de la Comunidad de Madrid, promueve los tejados-jardín, que reducen la contaminación

FERNANDO NEIRA , Getafe
Cualquier año de éstos, algún piloto despistado que sobrevuele Getafe Y todo ello debido a la última y sorprendente iniciativa del Ayuntamiento metropolitano sureño: promover la instalación en los tejados de la ciudad de unas modernísimas cubiertas ecológicas que aprovechan el agua de la lluvia para mantener una frondosa vegetación sin necesidad de riego. De momento, y para predicar con el ejemplo, Getafe (143.000 habitantes) ha instalado en el recién estrenado edificio consistorial una de esas azoteas verdes.

La iniciativa es pionera en toda España. No es que el tejado del Ayuntamiento sea a estas alturas un vergel, pero habrá que darle tiempo: el visitante ha de conformarse, por ahora, con 6.800 ejemplares (270 metros cuadrados) algo escuchimizados de sedum, unas plantitas crasas y resistentes con algún parecido con los cactus. Crecerán. «Habría sido más bonito y divertido plantar tomates o rosales», bromea el director de los servicios técnicos municipales, Armando García, «pero eso sí que habría que regarlo».

El invento de la «azotea aljibe ecológica», que tal es su nombre completo, nació hace dos años en la Escuela de Ingenieros Agrónomos. Su funcionamiento, poco más o menos, es como sigue: la cubierta se reviste con baldosas de hormigón poroso, que filtran el agua de lluvia a un depósito (aljibe) de entre cinco y diez centímetros de grosor; se colocan las plantas y, entre ellas y el agua, una lámina de geotextil (fieltro); por fin, el agua sube por capilaridad y el vegetal echa a crecer sin ningún tipo de cuidado añadido.

Con tan agrestes techumbres se pretende, en el futuro, colaborar a mantener húmedo el ambiente y reducir la contaminación y los ruidos en la ciudad. «Esto de los tejados ecológicos es como lo del durito que pedía Lola Flores a cada español cuando le pilló Hacienda», matiza Armando García. «Un durito no es nada, pero muchos duritos son un dinero». Por eso Getafe quiere extender el sistema, aún en fase de perfeccionamiento, a otros puntos de su zona urbana. «Lo pediremos cada vez que se construya un edificio público de cierto tamaño y, si la actuación es privada pero de envergadura también», corrobora el concejal de Medio Ambiente, Santos Vázquez (PSOE).

Las azoteas ecológicas, en construcciones nuevas, no tienen por qué salir demasiado caras. La del Ayuntamiento getafense ha rondado los 20 millones de pesetas, poco más que la sobria cubierta que en un principio se proyectó. Por lo pronto, la semana pasada la visitaron, picados por la curiosidad, 60 arquitectos e ingenieros matriculados en un curso sobre cubiertas del Ministerio de Fomento. © Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid
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