EL PAÍS
, Madrid
El secuestro de Cosme Delclaux Zubiria supone ya el número 76 de las acciones de este tipo cometidas por la banda terrorista ETA desde 1970. Casi medio centenar de las víctimas estaban relacionadas con el mundo empresarial.La policía liberó en su momento a cinco de ellos.
Este secuestro coincide con el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, en poder de ETA desde hace más de 300 días, y que presuntamente persigue el acercamiento de los presos etarras a cárceles del País Vasco.
La última liberación de un secuestrado por ETA fue la del empresario guipuzcoano José María Aldaya el pasado 14 de abril, tras 341 días de cautiverio y después de pagar, al parecer, un rescate de más de 100 millones de pesetas. Este secuestro fue precedido por el del ingeniero Julio Iglesias Zamora, sobrino del industrial Ángel Iglesias, presidente y gerente de la empresa donostiarra Ikusi, ocurrido en 1993, y que fue puesto en libertad, tras 117 días de cautiverio, después de pagar entre 500 y 800 millones de pesetas.
El primer secuestro de la banda terrorista fue el de Eugenio Beihl, cónsul honorario de la República Federal Alemana en San Sebastián, en protesta por el proceso de Burgos. Fue liberado tras 25 días en cautiverio.
El empresario que abrió la lista de industriales secuestrados fue Lorenzo Zabala Suinaga, en enero de 1972. Fue liberado a los tres días. Los siguientes secuestrados fueron el constructor Felipe Huarte, y José Luis Arrasate.
Secuestrados y muertos
El 18 de marzo de 1976, ETA mató a Angel Berazadi tras secuestrarle y pedir un rescate de 200 millones de pesetas. El 20 de mayo de 1977 fue encontrado el cadáver del empresario Javier Ibarra y Berge, a quien ETA secuestró y por el que pidió un rescate de 1.000 millones. También fueron secuestrados en la década de los 70 Ignacio Iturzeta, Luis Iturregui Iglesias, Jacinto Zulaica, José Elicegui Gurruchaga, Georges Roucier, Jesús Molero Guerra, Victorino Magdaleno Ibáñez, Serafín Apellániz Pagola, José Luis Calvo Casas y Francisco Jáuregui.
En 1980, ETA secuestró y mató a Alfredo Ramos Vázquez, modesto propietario de un bar. Un mes más tarde, José Garavilla permaneció secuestrado cuatro días y ETA exigió 200 millones para devolverle la libertad.
José Lipperheide estuvo un mes secuestrado, desde el día 5 de enero de 1982, y su rescate costó unos 150 millones de pesetas. Saturnino Orbegozo fue secuestrado durante 16 días, y rescatado por la Guardia Civil el 14 de noviembre de 1982 sin pagar los 600 millones que exigía ETA.
En 1983, ETA llegó a exigir 1.200 millones por la liberación del empresario Diego Prado y Colón de Carvajal, quien estuvo dos meses secuestrado. En 1988, secuestró a Emiliano Revilla, cuya familia pagó, presuntamente, más de 1.000 millones de pesetas.
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