Las contradicciones del comandante

Felipe González explica su visión sobre Fidel Castro y la realidad cubana

J. J. AZNÁREZ

González y Castro, durante un encuentro en 1992.
ENVIADO ESPECIAL, Montevideo
Fidel Castro siempre será el invitado más popular de cualquier foro «porque ha descubierto un truco perfecto: hace denuncias de la injusticia y declaraciones de principio. Nunca da respuestas. Así, siempre será aplaudido». Quien así habla de la infalible trampa del comandante es Felipe González, uno de los políticos que más le ha tratado. «¿No hay manera de engañarle, de asegurarle una jefatura de Estado vitalicia para que ceda?», se le pregunta a González en una reunión con informadores de cuatro medios de comunicación españoles, pocas horas antes de que se conociera la decisión de Castro de retirar el plácet al embajador español el pasado martes «Es muy difícil engañarle; ni siquiera él mismo se engaña, imagínate engañarlo desde fuera. Es un hombre de una inteligencia notable, y con una experiencia brutal. Está traumatizado por lo que pasa, sin duda, y también lleno de contradicciones internas».

González, que asiste en Montevideo al seminario Europa y Latinoamérica: dos formas de integración regional para el siglo XXI, se extiende en un descanso sobre el tema cubano, cuenta anécdotas, denuncia el régimen sin machacar a su titular, y advierte sobre los peligros que corre España si el Gobierno mantiene la actual beligerancia. «El sentimiento que tengo es que nos podemos quedar colgados de la brocha. Y, bueno, no es ningún sentimiento, tengo datos.»

González lamenta el cambio de rumbo: «Ahora, cuando todo el mundo ve que este proceso puede tener luz, pero cuando digo todo el mundo es todo el mundo. No quiero zaherir diciendo: ''Que se dé cuenta el Vaticano y no nos demos cuenta nosotros...''. El arzobispo de La Habana manda un SOS: ''Por favor, no nos metan en un camino equivocado... ahora que estamos viendo la luz''. Hombre, pensar que todo el mundo está equivocado, desde Sanguinetti hasta el Papa, y que se tiene la verdad porque lo han descubierto sus grandes especialistas en política exterior...».

¿Pero de hecho la política de su Gobierno no sirvió para mucho, se le recuerda a González «Ésa es una crítica tonta», salta González. «Y no digo que no la empleemos. Yo la empleé con Bush. Le dije: ''20 años de bloqueo, ¿qué resultados te ha dado?''. ''Ninguno'', respondió. ''¿Intentamos otra cosa?''. Se lo dije en Buenos Aires, en la toma de posesión de Alfonsín (ex presidente argentino, de 1983 a 1989)».

Se refiere también a su encuentro con Castro el pasado año en la cumbre iberoamericana de Bariloche (Argentina), todavía sin mandato de la UE, para negociar los términos de un acuerdo de cooperación. «Luego falló Castro: se volvió atrás de determinadas líneas de comportamiento que teníamos fijadas».

González piensa que tarde o temprano tendrá lugar la homologación de Cuba con el resto de las democracias latinoamericanas, respetando sus reglas. «Lo que habría que hacer es ayudar en esa dirección para que se cumplan las reglas», añade. «¿Cómo se ayuda? ¿Sobre la ayuda de un bloqueo? No conozco ninguno que haya tenido éxito. Incluido el de la dictadura de Franco, que también fue bloqueada». La fecha de homologación parece otro cantar. «¿Fidel va a dar el paso? Yo he tenido muchas conversaciones. Él comprende en la discusión claramente la necesidad de la reforma y del cambio y dice: ''Pero serán otros, no tendré que ser yo''. Que sean otros, digo yo, pero déjales».

El ex presidente español cita otra ventaja de Castro: fascina a la prensa internacional. «Es como la fascinación de los grandes republicanos con el Rey. Yo discuto con él sin ninguna limitación y veo que hace una conferencia de prensa con 1.500 periodistas en la FAO, y, bueno, ¿qué falta? Falta que alguien se levante y le diga respetuosamente: lo que usted denuncia sobre las injusticias del capitalismo es justo. ¿Pero me quiere decir usted qué han hecho para resolverlas los 70 años de imperio comunista?».

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