Los inversores en Cuba acusan a Aznar de «tensar la cuerda hasta romperla»

MAURICIO VICENT , La Habana
La comunidad de empresarios españoles en Cuba reaccionó ayer martes con indignación y temor a la retirada del plácet al nuevo embajador. Un importante hombre de negocios español con inversiones en la isla descalificó la política del Ejecutivo que preside José María Aznar hacia Cuba y aseguró que, con su torpeza, el Gobierno español «ha llevado las relaciones hispano-cubanas a un extremo de tensión que, sin duda, puede afectar a los empresarios».

Fuentes del grupo hotelero Sol-Meliá, una de las empresas inversoras extranjeras más importantes en el sector turístico cubano, mostraron su «desconcierto» por la política del Partido Popular, al que acusaron de haber «tensado la cuerda tanto, que se ha roto».

«No entendemos dónde quiere llegar el Gobierno español con su política. No entendemos a quién beneficia romper los lazos que unen, tanto en lo humano como en lo económico, a los dos países», dijo un alto ejecutivo de la compañía hotelera. La misma fuente añadió que el enrarecimiento del clima político y la excesiva tensión de las relaciones, como la que existe en el momento actual, acaban por afectar los intereses de los empresarios.

«No es lo mismo resolver un problema cuando hay un respaldo institucional, que cuando uno esta desamparado por su propio Gobierno», decía uno de los participantes españoles en el seminario Programa de Oportunidades de Negocios, que organiza y financia la Unión Europea, y que casualmente se celebra en estos días en el Hotel Meliá Cohiba de La Habana. A dicho encuentro asisten medio centenar de pequeñas y medianas empresas europeas, de las cuales 20 son españolas. La mayoría no habían estado nunca antes en Cuba pero, al igual que a los inversores más veteranos, la noticia tampoco les pilló de sorpresa.

«Se veía venir», comentaba uno de ellos en los pasillos del hotel durante las sesiones de trabajo. Ninguno quería dar su nombre, pero la mayoría coincidía en que el resultado de la política de Aznar sólo beneficiaba a aquellos sectores más recalcitrantes del exilio cubano, como Jorge Más Canosa, pero no a los intereses españoles.

Desembarco

La actitud del Gobierno de Aznar les resulta a los inversores españoles en la isla aún más sorprendente si se compara con el desembarco de empresarios europeos, como pudo comprobarse en la reciente Feria Internacional de Comercio de La Habana, donde no hubo representación oficial del Gobierno español que respaldase la presencia de las 450 firmas de nuestro país que asistieron a la feria.

Uno de los empresarios españoles que ganaron una medalla en la feria comentó entonces que el Ejecutivo que preside Aznar «está perjudicando con una falta de visión increíble un mercado que los empresarios españoles se han trabajado durante mucho tiempo, lo que abre huecos para que entren otros países».

Y esos resquicios están siendo bien aprovechados por empresarios como el francés Noel Adrian, directivo de la empresa francesa Pernod Ricard, que acaba de hacerse con los derechos de distribución en todo el mundo del ron cubano Havana Club. «En estos momentos hay que ser vivo. El futuro de Cuba está próximo y las plazas que no se ocupan hoy, mañana serán de otro», explica el directivo francés.

Todo apunta a que la opinión de Adrian es compartida por el Gobierno británico, que acaba de ampliar su oficina comercial en Cuba, al tiempo que la Commonwealth Development Corporation ha constituido este año un fondo de inversiones de 20 millones de dólares para proyectos e inversiones en la isla caribeña.

También Francia acaba de ampliar en 20 millones el techo de cobertura de sus operaciones de exportación con garantía de azúcar, que ahora asciende a 160 millones de dólares, con lo que supera a la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación.

La isla mantiene una deuda con España de 72.956 millones de pesetas

S. HERNÁNDEZ , Madrid
La deuda comercial que Cuba mantiene con España es de 72.956 millones de pesetas, según se recoge en el informe de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE) perteneciente al año 1995. En esta cifra se incluye el capital impagado y la refinanciación de atrasos. CESCE es la entidad aseguradora pública que tiene el monopolio asegurador del riesgo político de las operaciones comerciales de España en el extranjero. El total del riesgo asumido por CESCE por cuenta del Estado con Cuba a esa misma fecha era de 94.267 millones, pero parte de la deuda no está vencida.

Cuba comenzó a tener problemas para devolver sus créditos comerciales en el año 1982. Logró refinanciar sus créditos en mejores condiciones, pero en 1986 se declaró en suspensión de pagos y se sumó a la lista de 65 países que han tomado este camino en los últimos 20 años.

Desde ese momento, España, como el resto de los países acreedores, no ha vuelto a conceder créditos comerciales al régimen de Castro a medio y largo plazo. Tan sólo se conceden créditos a corto plazo (365 días) que se devuelven en su totalidad y que se cortan automáticamente en cuanto no se devuelven las cantidades fijadas. Anualmente se conceden créditos de esta modalidad por valor de 50 millones de dólares (unos 6.300 millones de pesetas) que se pagan en su totalidad. Además, a Cuba se le concedió una línea de ayuda humanitaria por valor de 40 millones de dólares.

También Cuba es un cliente exterior para los créditos de Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD). En este apartado a Cuba se han destinado no más allá del 4% de los créditos totales de España a los países en desarrollo. Cuba se ha beneficiado de unos 20.000 millones desde el año 1977 cuando se pusieron en marcha estos créditos.

Entre enero y septiembre pasados, las empresas españolas han puesto en marcha inversiones valoradas en 1.426 millones de pesetas, el triple que en el mismo periodo del año 1995. Las inversiones están dirigidas a empresas instaladas en Cuba, mayoritariamente del sector turístico.

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