Viernes 20 de septiembre de 1996

El ministro del Interior se muestra deseoso de poder llegar a un final dialogado de ETA

JESÚS DUVA, Madrid
Jaime Mayor Oreja, dirigente del PP y ministro del Interior, lo dijo ayer: «La palabra diálogo a mí no me da miedo». Incluso se mostró esperanzado en que algún día se pueda alcanzar la paz y llegar al «deseado» artículo 10 del Pacto de Ajuria Enea, que precisamente habla del final dialogado del terrorismo. Hace sólo unos meses se podría haber levantado una tremenda polvareda política si un ministro del Interior hubiera sugerido la posibilidad de dialogar con ETA. Más insólito hubiera sido que el pronunciamiento procediera del PP.


Jaime Mayor Oreja, ayer, durante la
presentación del libro (Efe).
Mayor Oreja lo hizo ayer con absoluta normalidad, apenas 24 horas después de que el jefe del Gobierno, José María Aznar, se entrevistase con Xabier Arzalluz, presidente del PNV.

«El mundo de ETA, HB y KAS está en decadencia», aseguró el ministro en un acto celebrado en Madrid en el que, junto con el periodista de la cadena SER Iñaki Gabilondo, actuó como presentador del libro Negociar con ETA , de Carlos Fonseca. El acto contó con la asistencia del secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxà; el director general de la Policía, Juan Cotino, y el ex ministro del Interior José Luis Corcuera, del PSOE, así como Jonan Fernández, líder del movimiento pacifista Elkarri, y el diputado del PNV Iñaki Anasagasti.

Mayor lamentó que aún falte «un gran trecho» que recorrer antes de que pueda llegarse al final dialogado del terrorismo. En su opinión, «hay que seguir prestigiando el diálogo y el acuerdo entre los partidos democráticos» de Euskadi como forma de diseñar un escenario político que permita poner en práctica el «deseado» artículo 10 del Pacto de Ajuria Enea.

Según el ministro, «la degeneración y decadencia» de ETA y su entorno será mayor cuanto más unidos estén los partidos democráticos. Mayor proclamó que cuando se logre un «proyecto común» entre los demócratas de cara a la pacificación de Euskadi, el fenómeno de la violencia terrorista «no tardará en desaparecer». Y sintetizó sus propios deseos al recordar que el periodista José María Portell, asesinado en los años de la transición por ETA, soñaba con escribir un libro titulado La paz ha llegado a Euskadi.

Mayor se mostró partidario de que en la tarea de pacificación de Euskadi se trabaje desde el Gobierno central con una actitud de lealtad y desde los partidos vascos mediante un proyecto común compartido. En posteriores comentarios, expresó su satisfacción porque el PP y el PNV estén sabiendo superar «una discrepancia o una desavenencia en un momento dado», lo cual entiende que «tiene más valor que el propio acuerdo» alcanzado al inicio de la legislatura.

Por su parte, el alcalde de Vitoria, José Angel Cuerda, pidió ayer a la sociedad y a las instituciones vascas «generosidad sin límites» para promover el fin de la violencia en Euskadi, donde en su opinión hay «un clima ciudadano insostenible», informa Cristina Angulo .

Cuerda pide amnistía

Cuerda presentó en el Ayuntamiento su propuesta de pacificación, que aboga por una solución negociada al conflicto a través de siete puntos que incluyen el acercamiento de los presos, la transferencia al Ejecutivo autónomo de las competencias en materia penitenciaria y la petición a ETA y a su entorno del cese de las acciones violentas para «propiciar una amplia amnistía que ponga fin a tantos años de conflicto». Pero el alcalde de Vitoria, que pretendía discutir su propuesta en el pleno de hoy, viernes, retiró su moción ante el rechazo del PP y PSE.

El libro Negociar con ETA explora los contactos, negociaciones y tomas de temperatura entre la organización terrorista y los sucesivos Gobiernos socialistas desde la ruptura de las conversaciones de Argel en 1989 hasta la reciente llegada del PP al poder. Estos encuentros han estado protagonizados por tapados que han actuado como intermediarios del Gobierno, resuelto desde siempre a no implicarse públicamente en estas maniobras.

El último intento de diálogo entre el Gobierno del PSOE y ETA, por mediación del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quedó aparcado el pasado mayo con la llegada de Mayor Oreja al ministerio. Personas que participaron en aquella operación consideraron que la vía iniciada a través de Pérez Esquival era «muy seria».

El titular de Interior interpreta que la ausencia de atentados sangrientos de ETA durante los últimos cuatro meses está relacionada con los golpes policiales asestados durante este tiempo a la organización, destacando la captura en Francia de su número tres , Julián Atxurra Egurola, Pototo, así como la captura de un comando que planeaba varios asesinatos en Galicia, entre ellos el del presidente de la Xunta, Manuel Fraga.

Altos mandos de la lucha antiterrorista que acompañaban al ministro del Interior dejaron entrever su sospecha de que ETA está planeando iniciar en breve una campaña criminal en Vizcaya. Según estos jefes policiales, la dirección de la organización terrorista está preocupada por la posibilidad de que se le escape de las manos el control de los grupos afines que promueven algaradas callejeras en las ciudades del País Vasco.

Mayor, que tiene la impresión de que en la dirección de ETA no hay ahora «movimientos» internos significativos, se mostró muy satisfecho del acuerdo de cooperación jurídica antiterrorista que acaba de alcanzar el Gobierno español con las autoridades de Bélgica. El ministro belga de Justicia, Stefaan De Clerck, viajará el próximo martes a Madrid.

El Gobierno estudia la posibilidad de trasladar de Canarias a presos de ETA

J. D. ,Madrid
Diversos partidos políticos y organizaciones pacifistas del País Vasco están intentando convencer al Gobierno para que traslade desde las cárceles de Canarias a otras de la Península al grupo de presos de ETA que hay actualmente en el archipiélago. El Gobierno está estudiando esta posibilidad, pero aún no ha adoptado ninguna decisión firme, según fuentes penitenciarias.

Dirigentes de la oposición y de otros grupos sociales consideran que podría ser «un gesto positivo» trasladar a prisiones de la península a la decena de presos que hay en la cárcel del Salto del Negro y otras de Canarias. ETA se refiere habitualmente al Salto del Negro como emblema palpable de la política de alejamiento iniciada durante el mandato del socialista Enrique Múgica en el Ministerio de Justicia.

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, clausuró ayer tarde la primera reunión mantenida por el actual director general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, con todos los responsables de las prisiones españolas. Mayor insistió en que no hay un plan referido a los 500 presos de ETA y que la política referida a este colectivo se hará desde «la individualidad y la transparencia».

El ministro aseguró que la huelga de hambre que mantienen desde hace una semana 13 presos de ETA está resultando «un fracaso espectacular», igual que las movilizaciones de apoyo a estos internos que se están produciendo en diversas capitales europeas. «Pierden el tiempo», sentenció el titular de Interior.

Sobre la evolución del secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, en manos de ETA desde el pasado mes de enero, Jaime Mayor Oreja dijo que «es imposible saber qué hará» la organización terrorista. «Confío en que no se llegue», añadió, «al extremo de la tragedia irreparable en este secuestro».

España pedirá a Caldera más firmeza contra ETA en Venezuela

JUAN JESÚS AZNÁREZ ,Caracas

La detención por la Interpol en mayo pasado de tres miembros de ETA en Venezuela, en cumplimiento de la solicitud de extradición de la Audiencia Nacional española, no sólo causó un serio conflicto diplomático entre los gobiernos de Caracas y Madrid, todavía sin cauterizar, sino también la interrupción de la cooperación de los servicios de espionaje de los dos países. De hecho, el agente español del Cesid en Venezuela aún no tiene acceso a sus colegas venezolanos.

Invitado por el Rey, el presidente de Venezuela, Rafael Caldera, llegará mañana a España en una visita oficial durante la que está previsto abordar, entre otros asuntos, las diferencias surgidas hace cuatro meses por el asunto de los etarras.

Según un alto funcionario de Caracas, España manejó torpemente el proceso de solicitud de detención previa a la extradición de los etarras, al no presentar a las instancias políticamente adecuadas la petición de la Audiencia Nacional y canalizarla por niveles de rango inferior, que la hicieron llegar a la Interpol.

Las detenciones sorprendieron en altas instancias del Gobierno venezolano. Formalmente, quizás no haya nada reprochable en la tramitación diplomática, pero al tratarse de un asunto tan delicado, debía hacerse a través de otros conductos más altos. Molestó en Caracas el manejo político poco hábil y pasos que fueron interpretados como un intento de actuar a la chita callando.

Asunto complejo

Fuentes venezolanas opinan que el mismo día en que se recibió el oficio de la Audiencia Nacional, elevado a la correspondiente dirección general de la cancillería de Venezuela por el embajador español, Aurelio Pérez Giralda, debía haberse solicitado una entrevista personal con el ministro de Asuntos Exteriores, dado lo complejo del asunto.

Por su parte, Teodoro Petkoff, de 64 años, titular del ministerio económico Cortiplan desde abril, jefe guerrillero hace 30 años, es rotundo: «Yo aseguro que ETA no constituirá aquí una base de operaciones».

La colonia vasca en Venezuela es poderosa e influyente. Su centro en Caracas publicó cartas contra las extradiciones y el Ejecutivo de Rafael Caldera, entre otras consideraciones judiciales, difícilmente podía secundar las entregas. Eso le habría acarreado un problema más a su gestión y creado tensiones en la coalición que le sustenta, donde figuran fuerzas de la izquierda y ninguno de los dos grandes partidos tradicionales. Un total de 29 etarras llegaron en la década de los ochenta a Venezuela, desde Francia o el Magreb, en traslados concertados entre España, Francia y Venezuela.

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