Sábado 14 de septiembre de 1996
 
 

Adolfo Suárez, premio Príncipe de Asturias por su aportación a la «concordia democrática» 

JAVIER CUARTAS, Oviedo 
El ex presidente del Gobierno español Adolfo Suárez fue galardonado ayer con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por la «trascendencia de su aportación personal a la concordia democrática entre los españoles, que se proyecta como ejemplo en el ámbito internacional». Su candidatura fue promovida por un amplio número de personalidades de todos los ámbitos y contó con el respaldo, entre otros, del presidente del Gobierno, José María Aznar; de su antecesor en el cargo, Felipe González, y del ex secretario general del Partido Comunista de España Santiago Carrillo. 
 
 
Adolfo Suárez (EL PAÍS).
El galardón, dotado con cinco millones de pesetas y una escultura de Joan Miró, lo entregará el Príncipe de Asturias, el próximo noviembre, en Oviedo
 
 

Adolfo Suárez, presidente del Gobierno español entre 1976 y 1981, abulense, casado, padre de cuatro hijos y a punto de cumplir 64 años había sido propuesto por un amplio grupo de personalidades -los dos últimos presidentes del Gobierno de la nación, varios presidentes de comunidades autonómas, todos los ministros que colaboraron con el ahora galardonado, así como Julián Marías, Pedro Laín Entralgo, Enrique Fuentes Quintana, Sabino Fernández Campo, Jesús Polanco, Juan Tapia, Luis María Anson, Antonio Mingote, Fernando Lázaro Carreter y Santiago Carrillo, entre otros muchos-, en consideración a «su ejemplar comportamiento político en la fundación de nuestra democracia, su irreprochable conducta personal y su contribución decisiva a una constitución para todos los españoles, elaborada desde el consenso». Se destaca también en su figura la «defensa de los valores democráticos en España en el contexto de una sociedad dispuesta al diálogo, la tolerancia y el olvido de pasadas divisiones».
 
 

Aunque la decisión se formalizó finalmente como expresión de la volunta unánime del jurado, las deliberaciones estuvieron marcadas por una enconada y muy apretada diferencia entre la candidatura de Adolfo Suárez y las otras dos que resultaron finalistas: Cáritas Española y la Mesa de Ajuria Enea.
 
 

En la última votación, celebrada poco antes del mediodía de ayer, el jurado quedó dividido entre 14 miembros que votaron la propuesta de Suárez y 12 que mantuvieron su apoyo a Cáritas. Pero inmediatamente, todos los integrantes del jurado decidieron sumarse a la decisión mayoritaria plasmando así, en el acta del premio, el reconocimiento de los méritos políticos, éticos e históricos de Adolfo Suárez como expresión de un sentir unánime.
 
 

Suárez recibió la felicitación de los Reyes, que conocieron la concesión del premio en su última jornada de viaje oficial a Hungría, informa Carlos Arroyo. A la una de la tarde, cuando estaba en el centro de cría caballar de Bábolna, a unos 100 kilómetros de Budapest, don Juan Carlos pidió un teléfono móvil y, desde el picadero en el que se encontraba en ese momento, habló en términos muy afectuosos con el galardonado. Le expresó su satisfacción y la de la Reina, y le felicitó por el premio, para el que reúne todos los merecimientos, según manifestó el Rey.
 
 

Dentro de nuestro país, Sabino Fernández Campo, ex jefe dela Casa Real afirmó que el premio «es un reconocimiento casi tardío a su labor en la transición». El Gobierno, el PSOE y el PNV hicieron pública su felicitación a Suárez.
 
 

Felipe González, desde Nueva York dijo que se alegraba por ser «un premio muy merecido».
 
 

Nicolas Redondo, secretario general de UGT mietras Suárez presidió el Gobierno español dijo que «es un justo merecedor del premio, como pieza fundamental en la transición política».
 
 

Santiago Carrillo, secretario general del PCE cuando en abril de 1977 este partido fue legalizado por el Gobierno de UCD declaró que Suárez «hizo un esfuerzo personal importantísimo en un momento en el que desde hacía muchísimos años no se sabía en España lo que era la concordia». 

«Reconocimiento para todos los españoles y en especial al Rey»

J. C. ,Oviedo 
Adolfo Suárez, tras conocer el fallo del jurado, definió el premio como aquél que «más ilusión» podía hacerle y como «una forma muy importante y generosa de reconocer una parte» de su biografía política. En su opinión, «es el reconocimienteo a una forma de hacer política en la que participaron todos los españoles y de forma muy especial del Rey, quien promovió desde el principio la concordia entre todos los españoles». «La concordia», dijo, «debe ser un objetivo permanente» y la definió como «la convicción de que en política, en la vida democrática, nadie está en posesión de la verdad».
 
 

Se trata también de «un reconocimiento a una buena parte de mi biografía personal», dijo el expresidente del Gobierno, «porque he trabajado mucho por la consecución de la concordia entre todos los españoles y creo que ahí he empeñado, probablemente, los mejores años de mi vida».
 
 

En declaraciones a Radio Nacional Suárez dijo que los momentos difíciles durante su mandato «fueron muchos, unos de mayor trascendencia pública o política y otros muy pequeños, pero a lo largo del tiempo se ha comprobado que fueron decisivos».
 
 

Para Suárez «la posibilidad de que, desde discrepancias políticas profundas, fuéramos capaces, incluso, de ser amigos quienes teníamos responsabilidades políticas parece muy pequeña, pero en el transcurso de los días y los años se fue acreditando como una de las constantes más importantes».
 
 

Sobre la actitud de la sociedad española hacia su persona confesó que «se dio una situación en la que la agresividad, después de haber abandonado la vida política era muy frecuente en muchos sitios donde aparecía; ahora es todo lo contrario». 

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