Jueves 21 de noviembre de 1996, Buenos Aires,
República Argentina

LA SITUACION EN COLOMBIA: DIALOGO EN BUENOS AIRES CON EL NUMERO DOS DE LAS FARC COLOMBIANAS

"Nuestra guerrilla no vive de los fondos del narcotráfico"

El "comandante" Raúl Reyes llegó de incógnito a Buenos Aires · Dijo a Clarín que su grupo quiere la paz y criticó a los narcos · Advirtió que están dispuestos a continuar con la lucha armada

El "comandante" Raúl Reyes, miembro del secretariado nacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y número dos de una de las organizaciones guerrilleras más fuertes de los últimos tiempos, llegó clandestinamente a la Argentina, "de gira por Sudamérica". Se reunió con dirigentes políticos y sociales, que se negó a identificar, en un intento por obtener apoyo político. Luego de 14 años en la selva, sus actividades en el país fueron celosamente guardadas en secreto. En la charla con Clarín, estuvo siempre atento al fotógrafo, preocupado por no ser retratado de frente. -La tendencia de los movimientos guerrilleros en la región es el diálogo. ¿Por qué las FARC continúan la lucha armada? -Las FARC luchan por el poder, pero también insistimos en la necesidad de encontrar un acercamiento entre las partes para hallar una solución. Y no hemos encontrado receptividad en los gobiernos.

-Dicen querer la paz, pero lanzan en agosto un ataque que deja más de 100 muertos. ¿No es una contradicción? -No, porque el gobierno ni siquiera está dispuesto a desmilitarizar las zonas que pedimos para sentarnos a dialogar. Mientras eso no ocurra, las FARC seguirán desarrollando todos los planes políticos y militares que crea necesarios.

-¿Entonces atacan para llegar a la negociación desde una posición de fuerza? -No podemos entregar las armas hasta tener garantías de que el gobierno esté dispuesto a conversar sobre bases sólidas.

-¿Cuáles son esas bases? -El reconocernos como fuerza beligerante, dejar de acusarnos de narcotraficantes y demostrar voluntad de diálogo.

-¿No le parece un objetivo absurdo a esta altura de los tiempos? -Nuestro objetivo es la toma del poder, pero no desestimamos ninguna salida política que tenga a la paz como objetivo.

-¿En la hipótesis de que tomen el poder, qué régimen se proponen construir? -Primero queremos abrir espacios democráticos, real libertad y equitativa distribución de la riqueza. Pero de no ser así seguiremos luchando para construir un verdadero socialismo.

-Según el gobierno y el ejército ustedes se financian con fondos del narcotráfico. -Las FARC no trafican droga y nos oponemos abiertamente al narcotráfico. Lo que hay en Colombia es una guerra informativa para desprestigiarnos, acusándonos de ser el tercer cartel de la droga.

-¿Pero tienen relaciones con el narcotráfico a partir de la coincidencia en las zonas en las que operan? -No, de ninguna manera. Con esa estrategia de vincular guerrilla con narcotráfico, intentan obtener el apoyo de los Estados Unidos. Con esta excusa el ejército se está armando con aviones y sofisticado armamento, no para combatir el narcotráfico, sino para luchar contra nosotros.

-¿Y para ustedes qué hay que hacer con los narcos? -El problema del narcotráfico es político, social y económico. No se debe resolver con las armas. Se tiene que subsidiar a los campesinos y combatir a los verdaderos narcos. Esa política tiene que comprometer a los países productores de hoja de coca y a los consumidores, entre ellos los EE.UU., el principal país consumidor.

-En eso coinciden con Samper... -No, porque Samper utiliza el tema del narcotráfico para aparecer como víctima, cuando fue electo con dinero del Cartel de Cali. Sólo el 12 por ciento de lo producido por el tráfico queda en Colombia y el resto se lava en EE.UU. Pero ¿qué hacen ellos contra los narcos? -¿Llegarían a una alianza con los narcos con tal de tomar el poder? -No, las FARC no tienen ningún tipo de compromiso con los narcos.

-Pero sin embargo les cobran "impuestos"... -No a los traficantes, sino a los que van a comprarles la hoja de coca a los campesinos. Eso es lo que nosotros llamamos impuesto para la paz. Lo que hacemos es asesorar a los campesinos para que les paguen el precio correcto. Nunca les hemos dicho que deben sembrar coca, pero tampoco les podemos decir que no lo hagan si no tienen otro modo de subsistencia.

-¿No es una contradicción mantener soldados y empresarios secuestrados? Son prácticas prohibidas en una guerra.

-Nosotros hacemos retenciones, no secuestros. Mientras persista en Colombia el impuesto de guerra que cobra el gobierno, las FARC seguirán cobrando lo que llamamos "impuesto para la paz".

-¿Cuál es la diferencia? -La diferencia es que nosotros lo hacemos con aquellos que financian la guerra. Si están dispuestos a eso, deben estar dispuestos a financiar la paz.