Descubren la muralla celtibérica de Numancia contra la que se topó Escipión



Soria. Nuria Fernández.

Un equipo de arqueólogos dirigido por el profesor Alfredo Jimeno ha descubierto a siete kilómetros de Soria, en Garray, bajo unas bancales de cultivo construidos por quienes habitaron Numancia, la muralla del año 133 a. C. con la que se defendían los celtíberos de los romanos y que abrigó Soria ante la campaña del general Escipión. Con este hallazgo se echa por tierra la leyenda que aseguraba que los poblados celtíberos de la meseta no poseían sistemas defensivos.

Según el equipo de la excavación, Numancia posee otro sistema defensivo todavía enterrado y distanciado del que ha aparecido recientemente, lo que significaría la tercera muralla de la ciudad. «Si esta hipótesis se confirma –señala el arqueólogo Alfredo Jimeno– la concepción y la extensión de la ciudad cambiarían y darían a Numancia una nueva interpretación».

Los restos históricos se encuentran cercados, en la actualidad, por un recinto defensivo tardo romano, que pertenece a la época de la romanización de la Península. Alfredo Jimeno ha explicado que la muralla conocida hasta ahora, que bordea la ciudad, no protegía plenamente las laderas del cerro de la Muela, en cuya cima se encontraba Numancia, «puesto que sola no cumplía la verdadera función defensiva, razón por la que era necesaria otra barrera más alejada del espacio habitado».

Rayos infrarrojos

Para ello, además de los sucesivos cortes que se han efectuado a lo largo del cerro de Numancia, el año pasado se utilizaron técnicas innovadoras en arqueología, como la fotografía aérea y los rayos infrarrojos, estos últimos empleados en la guerra del Golfo por el ejército americano. Precisamente fueron las fotografías aéreas y las prospecciones a través de «georrádar» las que han permitido el hallazgo de esta muralla numantina contra la que se topó Escipión. El tramo de la muralla que se presenta ya al exterior comprende nueve metros de forma continua, en mejor estado de conservación del que se esperaba encontrar debido a la zona de bancales que han sido labrados durante muchos años.

El equipo que trabaja en esta zona de la excavación, –compuesto por ocho personas, desde que comenzara la campaña, el pasado 5 de julio–, ha abierto cincuenta metros cuadrados y continuarán los trabajos en la línea que marca la muralla. Se acercarán por la zona norte hasta la puerta de la ciudad, con el fin de investigar la continuidad del recinto defensivo de Numancia.

Este hallazgo ha confirmado una de las principales tesis del equipo de arqueólogos y, en especial de Jimeno, quien insistía en el hecho de que «el mundo celtibérico se caracterizaba por aprovechar la defensa natural, reforzándola con la defensa artificial, razón por la que nunca hubieran hecho una muralla que no tuviera en cuenta estas características».

Arquitectura celtibérica

Lo que se puede apreciar hasta la fecha es un conjunto de piedras irregulares que obedecen a la arquitectura celtibérica. Según la documentación existente, las tribus del interior de la meseta fabricaban sus murallas con un paramento exterior y un paramento interior que rellenaban con cantos de diferentes tamaños, hasta conseguir una altura de dos metros. Los otros dos metros de altura, hasta conseguir los cuatro que solían medir las fortificaciones, se llenaban con adobe o con un paramento de tablas.

El espacio existente entre la primera muralla, que fue objeto de múltiples retoques a lo largo de los siglos, y la segunda –ahora descubierta–, que tiene un recrecimiento de adobe, sirvió en su tiempo, según Alfredo Jimeno, «para acoger a los contigentes que venían del entorno numantino a hacer la guerra».

Los responsables de este hallazgo consideran que es muy difícil calcular el perímetro de esta muralla que rodeó Numancia, por lo menos hasta que no se hayan realizado más excavaciones que verificarán si la distancia de los muros hasta el centro de las ruinas del poblado es similar desde todos los puntos del cerro.

Por otra parte, el hecho de haber encontrado un tramo de la segunda fortificación de >Numancia no va a facilitar los trabajos de búsqueda de la tercera, que, según la documentación y los estudiosos, se tiene que hallar en la falda del cerro, en las proximidades de la orilla del río Duero. Las características de las piedras y las disposición en que se han encontrado, al no tratarse de sillares trabajados y bien colocados, es lo que lleva a pensar al equipo de la excavación a que se trata de una de las murallas celtibéricas.

A pesar de las sofisticadas técnicas que se han empleado para su detección, las características del terreno dificultan las tareas de búsqueda y estudio, ya que posiblemente los agricultores de la zona utilizaron durante muchos años el pie de la muralla para formar bancales.



© Prensa Española S.A.

Volver al comienzo

Volver