El dictador Castro elogia al dictador Franco y critica al demócrata Aznar



Roma.

Fidel Castro rechazó ayer las condiciones planteadas por el presidente del Gobierno, José María Aznar, para que la cooperación de la Unión Europea con la isla caribeña dependa de avances en el proceso de reformas políticas y económicas en Cuba hacia la democratización. El dictador cubano elogió la política de Franco que, según aseguró, tuvo mucha más dignidad que Aznar al negarse a aplicar el bloqueo promovido por Estados Unidos.

«No puedo aceptar la apreciación de Aznar», dijo el presidente cubano en una rueda de prensa ofrecida en Roma a una veintena de periodistas, en respuesta a una pregunta de la agencia Efe, único medio español que asistió a la rueda de Prensa.

Castro dijo que Aznar es «muy amigo de la extrema derecha de la comunidad cubana en el exterior, que tiene una influencia grande en España. Esa relación de Aznar con la extrema derecha del exilio es fraternal, casi una hermandad». Castro dijo que por esa relación Aznar «se manifesta hostil y agresivo con nosotros, pero quiero decirle que tenemos un vecino mucho más poderoso, al que hemos resistido durante 35 años». «Somos combatientes y luchadores y no aceptamos condiciones de ninguna clase», subrayó.

Castro recordó que durante la reciente Cumbre Iberoamericana que se celebró en Chile, José María Aznar recurrió al ajedrez para señalarle que «si él (Castro) mueve pieza, España también lo haría», en referencia a hacer depender la ayuda europea a la isla con los avances en la democratización de Cuba.

«Yo le respondí que los destinos de un país no se juegan en una mesa de ajedrez. Esa filosofía no la comprendo y no la comparto», manifestó el líder cubano, que fue recibido ayer en audiencia por el papa Juan Pablo II.

Castro declaró que su Gobierno ha hecho «reformas políticas muy importantes», que no son «para volver atrás, no para hacer una contrarrevolución en Cuba, sino para perfeccionar nuestro socialismo». «En Cuba no volveremos al capitalismo», subrayó.

También, añadió, se ha hecho una apertura económica que corresponde a la realidad del mundo actual «y no nos ha ido mal, nos ha ido mejor que en otras partes», ya que se detuvo la caída de la economía «a pesar del golpe terrible de la caída del telón de acero».

«Todas las semanas nos anunciaban el fin de la revolución y ya han pasado siete años. Hemos resistido y somos más fuertes, como los cristianos en la antigua Roma también resistieron hasta que fueron reconocidos», dijo Castro para ilustrar las razones de que rechace la posición del Gobierno español.

En contraste con Aznar, Castro elogió la política del general Francisco Franco «que –según indicó– tuvo mucha dignidad al negarse a aplicar el bloqueo promovido por los Estados Unidos».

«Ni siquiera Franco cedió y supo resistir todas las presiones de Estados Unidos para sumarse al bloqueo. Y eso que entre Franco y la revolución (cubana) había grandes diferencias», agregó. «Tuvo mucha dignidad», añadió «al no dejarse persuadir, al no asociarse a las agresiones contra Cuba».

El dictador cubano criticó también al ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, por haber asegurado, según dijo Castro, que España tenía el derecho a «meterse en las cosas de Cuba porque fue territorio español».

Castro acusó a España de haber vendido la isla a Estados Unidos por «algunas monedas, no mucho más que las que pagaron los judíos a Judas». «Si después de ser una colonia de España durante 400 años, si después de una guerra de independencia que supuso tantos sacrificios, nos dicen que hay un derecho a inmiscuirse en los problemas de la antigua colonia, tuviéramos que hacer otra guerra de independencia, estábamos arreglados».

«No vamos a iniciar una guerra contra España, mucho menos cuando tenemos un vecino más poderosos del que ocuparnos», afirmó. «Somos un país plenamente independiente y no aceptamos condiciones de ninguna índole», precisó.



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