El ataque de Anguita a Aznar por los papeles del CESID resucita las divisiones dentro de IU



Madrid. S. N.

El ataque lanzado por Julio Anguita contra el Gobierno por su decisión de no desclasificar los «papeles del CESID» ha reavivado las tensiones y divisiones internas dentro de Izquierda Unida. El sector más moderado, que representa el Partido Democrático de Nueva Izquierda, mostró su apoyo a la censura de la política económica del Ejecutivo, pero defendió su derecho a no desclasificar esos documentos aun sin compartir esta decisión.

Anguita se ha quedado solo en su andanada contra el Gobierno por no haber desclasificado los papeles del CESID, decisión en la que se permitió mencionar a Su Majestad el Rey a pesar de que, como ayer le recordaron desde las más diversas posiciones políticas carecen de sentido y están «fuera de lugar» por cuanto el Jefe del Estado no tiene capacidad de decisión en este asunto. Los primeros en desmarcarse de su postura han sido sus propios compañeros del Partido Democrático de Nueva Izquierda, cuyo portavoz, Diego López Garrido, censuró sus insinuaciones sobre el asunto y rechazó su pretensión de descargar sobre el Ejecutivo del PP responsabilidades de otros.

López Garrido señaló que a Anguita le gusta mucho la técnica de la carta abierta en los medios de comunicación y subrayó que esta es una fórmula que conduce a cometer «muchas exageraciones» como la de decir que el Estado constitucional está en peligro en España. También Juan Berga se mostró muy crítico con el contenido de esta carta, que ABC reprodujo ayer de acuerdo con la tradición liberal de estas páginas, y lamentó que la dirección de IU no les hubiera informado.

También desde el PSOE se rechazó la «salida de tono» de Anguita. El diputado Luis Yáñez señaló que «ya estamos habituados a las homilías en forma de cartas a la prensa que hace el señor Anguita». En su opinión, el coordinador de IU lo que pretende es «hacer olvidar cómo ayudó al PP, y a Aznar, a subir al poder». En cuanto a la petición hecha por IU, PNV y EA para que el presidente del Gobierno informe al Congreso de la decisión de su Gabinete, destacó que estos partidos «no pretenden aclarar la verdad ni depurar responsabilidades sino ganar posiciones políticas».

Anguita, por su parte, insistió ayer en su crítica, aunque moderó el tono. En Bilbao, insistió en que José María Aznar no debió haber hablado de los GAL en la rueda de prensa posterior a la entrevista que mantuvo en el Palacio de Marivent.

«Yo no he acusado a la Monarquía», recalcó Anguita, quien señaló que, si bien en este caso no tenía ninguna constancia de la intervención del Rey, sí había criticado en otras ocasiones al Jefe del Estado por haber hablado de cuestiones como la OTAN o Maastricht. Recordó, en este sentido, su condición de republicano confeso.

Anguita dijo que su carta abierta a los medios de comunicación, suscrita a modo particular y no como coordinador general de Izquierda Unida, se había limitado a describir la situación y había recordado la posición del PP sobre asuntos como la desclasificación de los papeles del CESID antes y después de las elecciones. En opinión de Anguita, sólo hay dos hipótesis: o que el PP mentía antes de las elecciones o que Aznar se encontró con una presión terrible que le obligó a cambiar.



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