Negociaciones después del 3-M
Finales de abril. Ese es el plazo máximo que se ha fijado el Partido Popular para que su líder sea investido presidente del Gobierno. Además, los populares no quieren que José María Aznar sea elegido de cualquier forma. Debe ser en la primera votación para no dar signos de precariedad

Aznar quiere ser investido en primera votación para no dar la imagen de gobernar en precario


El PP advierte que si el acuerdo es inestable habrá elecciones en poco más de un año



CARMEN DEL RIEGO Madrid
El tiempo de negociación para llegar a acuerdos con los nacionalistas será largo. De eso es consciente el PP, pero de sus conversaciones con CiU, PNV y Coalición Canaria se desprende el interés de los populares para que la investidura no se prolongue eternamente y que pueda haber nuevo presidente del Gobierno antes de mayo, y además sea elegido en primera votación.
La fecha simbólica de "antes de que acabe abril" para despejar el panorama político la basa el PP, según fuentes conocedoras de las negociaciones, en que la tranquilidad de los mercados y el mundo económico que hay en estos días es fruto del convencimiento de que se va a llegar a acuerdos, pero que una prolongación de las negociaciones puede provocar un nerviosismo en el sector económico que pondría en peligro el cumplimiento de los requisitos de Maastricht. Pero además, según las mismas fuentes, Aznar tiene especial interés en que su investidura pueda salir en la primera votación, como ocurrió en 1993 con la investidura de Felipe González, apoyada por CiU. Que la votación se produjera a las 48 horas o en una segunda ronda de debate, lo único que produciría sería un gobierno en precario, que posiblemente no permitiría mantener la legislatura más allá de un año o poco más, advierten los populares.
Ayer mismo, Aznar, en una cena con más de 2.000 militantes del PP de Madrid, organizada para celebrar el triunfo electoral, habló del horizonte temporal y de los objetivos que se ha fijado.
"Hay un mandato claro de gobierno para un horizonte bien conocido: superar los retos de la integración europea". El plazo puesto por Europa para el cumplimiento de los objetivos de Maastricht vence, oficialmente, a finales de 1997 y constituye una de los objetivos irrenunciables que se ha fijado el propio Jordi Pujol. De hecho, el presidente de la Generalitat, de cuya decisión depende que Aznar sea investido, no ha ocultado en el recién iniciado tira y afloja negociador que el candidato a la presidencia del Gobierno debe hacer profesión de fe europeísta, frente a aquellos sectores del PP más euroescépticos, para quienes los objetivos de convergencia no son tan prioritarios. Aznar cubrió ayer con creces este objetivo.
En el encuentro con los militantes madrileños del PP, Aznar abogó por "un entendimiento leal dentro del país para subirse al tren de la integración europea sin retrasos ni fracasos", lo que a su juicio "exigirá de todos generosidad y ambición histórica". Aunque en su intervención no habló explícitamente de los pactos ni de las negociaciones que se están llevando a cabo, dio a entender que la responsabilidad de todos los partidos los permitirán, ya que la sociedad, incluida la catalana, piden esos acuerdos. El presidente del PP afirmó que "es la hora de la responsabilidad compartida, dentro y fuera del gobierno" y que "la sociedad, dentro y fuera de Cataluña, ya se ha adelantado a pedirla".
En el PP se ve con bastante satisfacción la marcha de las negociaciones con los nacionalistas para llegar a acuerdos, aunque no será hasta la semana que viene cuando se empiece a trabajar sobre documentos negociadores concretos, que incluirán materias como la política europea, la económica, la de bienestar, el proceso autonómico y el pacto antiterrorista. Los interlocutores del PP aprecian una gran predisposición al acuerdo, con posturas muy flexibles en todos los temas, incluidos el autonómico, por lo que nadie descarta llegar a pactos, aunque todos indican que habrá que esperar a que se llegue a la negociación concreta para ver hasta dónde está dispuesto a llegar el PP.
En estos capítulos entrarían algunas reivindicaciones de CiU que el PP estaría dispuesto a estudiar, entre las que figuran ampliar el tramo de cesión del IRPF a las comunidades autónomas, que los nacionalistas catalanes sitúan en el 30 por ciento. Otro tema susceptible de acuerdo sería el despliegue de los Mossos d'Esquadra o la negociación sobre la cesión de las competencias sobre costas, que también reclama CiU.
Copyright La Vanguardia 1995
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