González espera la llamada de Aznar para iniciar de inmediato el traspaso de poderes


El presidente en funciones quiere dejar cerrado el relevo durante este mes



ROSA PAZ

MADRID. -- Felipe González espera a que José María Aznar le llame para preparar el relevo en la presidencia del Gobierno y en los ministerios, una vez que él mismo le expresó el domingo al líder del PP su disposición a darle "las mayores facilidades" para el traspaso de poderes. Personas cercanas al presidente en funciones explicaron a "La Vanguardia" que, después de que González tomara la iniciativa una vez conocidos los resultados electorales, lo lógico es que ahora sea Aznar quien se ponga en contacto con él para empezar a trabajar.
Al líder socialista le gustaría que se aprovechara para ello este mes, a finales del cual han de constituirse las nuevas cámaras, para facilitar así que el "aterrizaje" del nuevo presidente en la Moncloa sea lo más suave y fácil posible. Por ello, considera que sería bueno repetir el modelo que él mismo utilizó en 1982 con el ejecutivo saliente de UCD e iniciar la transmisión de poderes con Aznar y "con las personas que designe" lo antes posible. Esa sería, a su juicio, la mejor manera de que el relevo se produzca de la manera más ordenada y "más leal".

Descanso en el campo


No obstante, después de dar instrucciones a su gente para preparar ese traspaso de poderes, Felipe González se fue ayer al campo a descansar de la dura e intensa campaña electoral que ha realizado. Al menos hasta mañana, en que deberá regresar a Madrid para presidir aún otro Consejo de Ministros.
Ha aprovechado también estos dos días porque supone que la llamada del ganador de las elecciones no se producirá de inmediato, ya que es consciente de que el PP tiene ahora que afrontar la dura negociación con los nacionalistas catalanes para asegurar la investidura.
El propio Felipe González parece haber puesto su granito de arena para que eso sea así. Pidió el lunes a Jordi Pujol que vote afirmativamente la designación parlamentaria de Aznar como jefe del Ejecutivo, aunque sea en la segunda votación. Y lo hizo dándole garantías de que la actitud del PSOE ante ese apoyo no se parecerá en nada a la que mantuvieron los populares en la pasada legislatura con el nacionalismo catalán por haber pactado con los socialistas. Un mensaje similar le transmitió al presidente del PNV, Xabier Arzalluz, más reacio aún a pactar con el Partido Popular.

Negociación con CiU


González lo dejó además bien claro en la conferencia de prensa que ofreció el lunes. "Nunca verán en mí una actitud de esas de preguntar cuánto cuestan esos votos", afirmó. Dijo también, en esa línea, que jamás agitará "conflictos o tensiones interterritoriales" porque le parecen "una temeridad". Fue a la vez un anuncio de que su oposición será "responsable" y un reproche a la actitud del PP en los últimos años.
Esta actitud de González no responde sólo a un sentido de responsabilidad por la estabilidad política. En contra de lo que parece creer Aznar, es además un reflejo del interés del PSOE porque los populares formen gobierno cuanto antes. Más cuando sabe que ejercerá su poder con la precariedad que le da la mayoría relativa de 156 diputados. No obstante, algunos dirigentes socialistas creen que el PP aún no sabe cómo tiene que negociar con CiU. "Creen que con Pujol las cosas se solucionan sacando la tarjeta Visa --comentaba uno de ellos a este diario-- y no se dan cuenta de que no todo se compra, que la negociación es política y, por tanto, mucho más complicada." A los socialistas les preocupa ese hecho, porque quieren que el PP gobierne y se queme, para volver a recuperar el poder, y también porque saben que si Aznar no resuelve favorablemente su investidura se abre una etapa más inestable, que puede acabar por obligar a una repetición de las elecciones. Una hipótesis que desean evitar.
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