Nueva Izquierda juzga el resultado de IU como una "derrota sin paliativos"


Anguita se instala en el inmovilismo y dice que dimitirá si se cambia de estrategia



JOSEP M. ORTA

MADRID. -- El líder de Nueva Izquierda (NI), Diego López Garrido, fue ayer bien claro en su valoración del 3-M tras la reunión que la presidencia federal celebró el pasado martes. El dirigente renovador definió los resultados electorales de Izquierda Unida (IU) como "una derrota sin paliativos" y añadió que en democracia "los partidos y sus dirigentes son juzgados por los votos que reciben en los comicios". Mientras, Julio Anguita no sólo insistió en la autocomplaciente versión que al respecto comparte con el sector mayoritario de la presidencia federal, sino que aseguró que si en algún momento la mayoría de la coalición opta por cambiar la estrategia política, él dejará de ser el coordinador general.
La valoración electoral de la corriente renovadora de IU diverge radicalmente de la formulada por Anguita. Los seis votos de los representantes de Nueva Izquierda se opusieron a la valoración de la presidencia federal, defendida por 26 votos favorables y no contradicha por las dos abstenciones registradas. Nueva Izquierda no está de acuerdo con que el análisis de los resultados de las elecciones legislativas se desvincule del correspondiente a las elecciones andaluzas, pues "la estrategia andaluza se fijó en función de la del resto de España".
Para la corriente crítica de la coalición, los ciudadanos progresistas enviaron el pasado domingo el mensaje de que "IU ha seguido una mala línea, tiene una mala organización y ha equivocado la estrategia". Según López Garrido, el pueblo derrotó el domingo "el discurso de las dos orillas", que ha llevado al desencanto de la gente por la imposibilidad de alcanzar acuerdos con nadie. Añadió que "con el fundamentalismo de Maastricht estamos aislados". Y aún consideró que "una fuerza que se sitúa a un lado mientras todas las demás están en el otro acaba sin pintar nada".
López Garrido abogó también por que en la coalición se "abra un debate a fondo" y matizó que no es la corriente quien lo propone, sino "los ciudadanos con los resultados del 3-M". El dirigente renovador cree que ahora no es el momento de pedir responsabilidades políticas, pero que ello sucederá en su momento y él defiende que entonces se exijan "sin límites".
López Garrido se brindó a mantener debates con Anguita "para que cada uno pueda explicar sus posiciones ante las bases". De otro lado, se mostró partidario de que Aznar forme gobierno y agregó que "no debemos plantear formas que lo impidan". Afirmó que Nueva Izquierda no es partidaria de unas elecciones anticipadas y valora positivamente que el PSOE pase a la oposición por cuanto ello ha de permitir un cambio en sus relaciones con IU.
La convocatoria de Nueva Izquierda fue un éxito de asistencia que contrastaba con sus intervenciones en el seno de la presidencia de IU. Cuando avisaron a Anguita de que López Garrido iba a intervenir por segunda vez, decidió no entrar en la sala por que "su discurso ya lo conozco".
En su propia explicación a la prensa de la reunión que la presidencia mantuvo el martes, Anguita lanzó una advertencia: "Hay una cosa que depende de mí. Cuando se cambie el discurso de IU ya no seré coordinador general", aseguró. El líder de IU subrayó el hecho de que en la sesión de anteayer nadie le pidiera responsabilidades políticas, por lo que su cargo no está cuestionado. Pero precisó: "La parte de voluntariedad que hay en el ejercicio de responsabilidad que ostento está en función del discurso. Sólo seré coordinador con esta política".
El lunes, tras doce horas de reunión de la presidencia federal con 39 intervenciones y muchos comentarios en pasillos, las críticas se acallaron pasadas las diez de la noche cuando Anguita tomó la palabra. "La respuesta fue abrumadoramente mayoritaria contra el cambio de estrategia; la línea política es la correcta", aseguró ayer Anguita tras lamentarse de que muchos de los que se quejan ante la prensa "no hablan donde tienen que hablar".
Aseguró Anguita que ahora, como siempre, "quien nos llame nos tendrá en la mesa. Y a partir de ahí estamos dispuestos a hablar en base al programa". También intentó desmontar la tesis de la pinza ("me gustaría que González me dijera en un debate eso gracioso de la pinza....") y aseguró que en su informe replicó estas acusaciones pidiendo un sólo dato "y sólo oí el silencio".
En referencia al PSOE, destacó que "pierde 18 diputados y el gobierno, por lo que sus resultados no puede calificarse de victoria" y sólo a causa de "un gran montaje" publicitario ha evitado que se presenten como una derrota.
Copyright La Vanguardia 1995
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