ETA intenta, con una tregua trampa, que Aznar retome los contactos que González tuvo con la banda a través de Pérez Esquivel



Madrid. J. M. Zuloaga / J. Pagola.

La banda criminal ETA pretende, con el comunicado hecho público ayer en el que anuncia una «tregua» de una semana de duración, forzar al Gobierno del Partido Popular a que reinicie los contactos que el Ministerio de Justicia e Interior del Ejecutivo socialista había establecido en los últimos meses de su mandato, según han informado a ABC fuentes antiterroristas. El mediador en estos contactos era el Premio Nobel de la Paz Adolfo Perez Esquivel que, según las citadas fuentes, llegó a entrevistarse con miembros de ETA. Las fuerzas políticas democráticas rechazaron ayer la propuesta de los pistoleros al considerar que se trata de una trampa.

La propuesta hecha pública ayer por los pistoleros etarras no tiene otro fin, además del publicitario para intentar demostrar que en estos momentos tiene la iniciativa en todos los «frentes», que tratar de forzar al Gobierno del Partido Popular, que cuenta con el apoyo parlamentario del PNV, a que retome, de alguna manera, los contactos que el Ministerio de Justicia e Interior del Gobierno socialista había establecido en los últimos meses de mandato con la banda asesina.

Según las fuentes consultadas por este periódico, esos contactos se materializaron a través del argentino Adolfo Pérez de Esquivel, Premio Nobel de la Paz, que habría llegado a establecer algún tipo de «mediación» con los etarras del «aparato de interlocución» de la banda que se encuentran en Santo Domingo: Eugenio Echeveste Arizcuren, «Antxón»; Ignacio Aracama Mendía, «Macario»; y Belén González Peñalba, «Carmen».

Con estas gestiones, que se realizaron dentro del máximo secreto, el Gobierno socialista pretendía, tal y como denunció ABC en su día, la consecución de una tregua que coincidiera con la campaña electoral.

Sin embargo, todas estas gestiones fracasaron ya que, en un determinado momento, los etarras del «aparato de interlocución» se encontraron con la presencia de dos «enviados» diferentes que, en teoría, representaban al Gobierno español –el propio Pérez Esquivel y un comisario de Policía– por lo que, ante la confusión creada, decidieron dar por cerrados los contactos.

En el extenso comunicado, publicado ayer con gran despliegue en el periódico abertzale, la banda mafiosa alude a la «oferta de paz» que hizo llegar hace más de un año, al hacerse responsable del atentado contra José María Aznar. En dicha oferta, los asesinos exigían la negociación política y la autodeterminación, como condición para suspender la actividad terrorista. «El Gobierno español, que está dejando pasar una nueva oportunidad de dar pasos que conduzcan a una solución política negociada del conflicto, no ha hecho llegar a ETA ni tan siquiera el acuse de recibo oficial de la propuesta de paz», señala el comunicado hecho público ayer.

En su tono habitual, los pistoleros de ETA se permiten presentar como los defensores de la paz, y los únicos que respetan la voluntad de los vascos, de los que se erigen como representantes, mientras que culpan a los gobiernos, democráticamente elegidos, de ser los causantes de la pervivencia del terrorismo.

El comunicado, que en el despliegue que le da «Egin» va acompañado por una fotografía sobre el atentado contra José María Aznar, finaliza precisamente en clave de chantaje al nuevo Gobierno. «ETA emplaza al Gobierno del Partido Popular a que se pronuncie de manera clara y pública sobre sus intenciones para superar el conflicto entre Euskal Herria y España».

Los pistoleros anuncian que apoyan «este nuevo ofrecimiento y emplazamiento público con una suspensión de sus acciones armadas que comenzará a las 00:00 horas del 24 de junio de 1996 y acabará a las 00:00 del 1 de julio de 1996».

Aunque el Gobierno rechazó ayer, de forma tajante, la propuesta de ETA, algunas fuentes vinculadas al proceso negociador entre el Gobierno socialista y la banda criminal, celebrado en Argel en los primeros meses de 1989, creían adivinar ayer un «cierto paralelismo» entre el comunicado hecho público en «Egin» y el que en su día dio ETA, en el que anunciaba una tregua de dos semanas, a la que siguió otra de dos meses, durante la que se materializaron las negociaciones.

Estas fuentes aseguraban que «ahora, gracias a la mediación del PNV y de un personaje del que hasta ahora no tiene noticias la opinión pública, se va a abrir un nuevo proceso negociador. Lo que ocurre ahora, a diferencia de entonces, es que el general Enrique Rodríguez Galindo, que siempre había sido señalado como el principal oponente a una negociación con ETA está en la cárcel con lo que, de alguna manera, se frena cualquier posible reacción en contra por parte de la Guardia Civil».

Asimismo, las citadas fuentes subrayaban el hecho de que el comunicado de ETA se haga público cuarenta y ocho horas antes de que se reúna la Mesa de Ajuria Enea y coincidiendo con los anuncios de que en las próximas semanas se puede producir un «acercamiento selectivo» de presos de ETA a cárceles del País Vasco o de provincias próximas a esta Comunidad.

Todo esto se produce, en cualquier caso, en un momento en el que la banda ha conseguido reorganizarse tras un periodo en el que se dedicó fundamentalmente a una estrategia de «supervivencia» después de la operación de Bidart, en marzo de 1992, cuando fueron detenidos los máximos cabecillas de la banda: Francisco Múgica, «Pakito»; José Luis Álvarez Santacristina, «Txelis»; y José Arregui Erostarbe, «Fiti». Un informe de expertos antiterroristas de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso ABC, advierte que la banda está en disposición de volver al «terrorismo puro» de finales de la década de los setenta y principios de la década de los ochenta.



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