Domingo 7 de julio de 1996 Veinte años de la política a través de 73 autores

Una cuidada edición recoge la 'Memoria de la Transición'
de EL PAÍS

JOAQUÍN PRIETO , Madrid
A los 20 años justos del nombramiento de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, que fue la clave para iniciar el desmontaje de la dictadura franquista, un nuevo libro se suma a la no muy abundante bibliografía existente sobre la transición. Su contenido apareció semanalmente en EL PAÍS, desde el otoño de 1995 hasta el pasado mes de abril, y tuvo un éxito inmediato que no dejó de crecer hasta la finalización de la serie. Como respuesta al interés mostrado por los lectores, Memoria de la Transición se publica ahora en forma de libro, en una cuidada edición de Taurus.


Cuando España se aproxima al fin de siglo, envuelta en la duda de si alcanzará el grupo de cabeza de la Unión Europea y en plena digestión de un cambio de Gobierno, puede resultar ilustrativo leer los documentados y reveladores reportajes sobre la muerte de Franco, la coronación del Rey y el comienzo de la reforma política o sobre las conspiraciones que derribaron a Suárez y el consiguiente golpe de Estado del 23-F; o los relatos de las primeras elecciones democráticas, la legalización de las fuerzas políticas, el consenso económico bajo el primer Gobierno democrático y la elaboración de la Constitución.

A eso se suman relatos y análisis sobre problemas como la construcción de las autonomías, la ruptura entre el partido socialista y los sindicatos o la guerra sucia contra el terrorismo. Todo ello invita a zambullirse en las realidades de un pasado tan próximo y en la reflexión sobre la solidez del puente tendido desde entonces.

Este documento acerca de las bases de la España actual es una obra colectiva. Un conjunto de 73 autores fue convocado por EL PAÍS para contar la historia de la transición. Los periodistas escribieron los reportajes que integran este libro.

Pero la obra recoge, además, las colaboraciones de prestigiosos historiadores: Raymond Carr, Paul Preston, Santos Juliá, Javier Tusell, Charles Powell, Juan Pablo Fusi, Edward Malefakis y Antonio Elorza, entre otros. Las aportaciones de todos ellos, junto con las de sociólogos, politólogos y diferentes expertos, completan el análisis de los últimos 20 años.

La movilización de esfuerzos continuó con el intento de que protagonistas destacados aportaran su testimonio en primera persona. Desde los que ejercieron papeles importantes en los últimos años del franquismo, como Laureano López Rodó y Gonzalo Fernández de la Mora, hasta las figuras capitales de la transición, como Suárez, Felipe González, Santiago Carrillo, Manuel Fraga, Jordi Pujol o Xabier Arzalluz.

Incluso Alfonso Armada, uno de los actores principales del intento de golpe de Estado del 23-F, en 1981, concedió las que probablemente sean las declaraciones más reveladoras que se han producido hasta ahora acerca del problema golpista. El libro recoge, asimismo, la última entrevista del capitán general Manuel Gutiérrez Mellado.

Y si en muchos casos se trata de conservar la memoria, en otros el interés despertado responde al deseo de enterarse de lo que apenas conocen. El director de EL PAÍS, Jesús Ceberio, destaca en el prólogo que 10 millones de españoles, más de la cuarta parte de la población actual, no habían nacido cuando murió Franco; y otros 11 millones con derecho a voto apenas guardan de esa época recuerdos infantiles. Para esas nuevas generaciones puede resultar difícil entender por qué no había libertades y qué hubo de ocurrir para el cambio de rumbo.

La dictadura no tenía salida. Lo que sucedió después tuvo mucho que ver con el arte de la transacción, que demostró la viabilidad del pacto entre los reformistas procedentes del sistema autoritario y la oposición democrática, y marginó a los radicales de los dos bandos.

La protección del Rey a la estrategia reformista impulsada por Suárez y el apoyo prestado a su política por dirigentes comunistas y socialistas tuvieron su prueba de fuego en la renuncia a pedir cuentas de lo que había sucedido durante la dictadura. Eso permitió resolver problemas históricos.

El espíritu de la amnistía llegó lejos. El día 9 de diciembre de 1977 salió de la cárcel el último preso de ETA. Pero un nuevo atentado rompió aquella posibilidad de poner fin a ese terrorismo. Y hoy sigue siendo el gran problema pendiente.

Al cabo de casi 700 páginas, Santos Juliá deja dicho que el legado de la transición consiste en que «la democracia goza entre los españoles de más consistente y elevada legitimidad que nunca; y a la vez, la política sufre el mismo rechazo de siempre (...) Recuperar, no la legitimidad de la democracia, que nadie discute, sino el prestigio de la política es quizá la mayor cuenta que dejaron pendiente los años de la transición».

La publicación de este libro ha respetado el orden en que se planificó cada capítulo, incluido el contrapunto irónico de la serie Suspiros de España , que se debe íntegramente a Maruja Torres, y los artículos breves de muchos escritores. La obra aporta también un índice de nombres que permite seguir a lo largo del texto las principales trayectorias individuales.


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