Negociaciones después del 3-M
El ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, insistió ayer que el Gobierno no pondrá ningún obstáculo para que el PP logre conformar un Ejecutivo estable con los nacionalistas, pero destacó que toda negociación autonómica tiene unas fronteras, límite que el PSOE tuvo en cuenta en su momento

El Gobierno advierte al PP que la cohesión territorial no puede ponerse en peligro


El Ejecutivo, preocupado porque se ceda a reivindicaciones autonómicas que se negó a dar



JOSE MARIA BRUNET Madrid
El Gobierno advirtió ayer al PP que la negociación sobre cuestiones autonómicas tiene su límite en que se mantenga la cohesión territorial de España. El ministro de la Presidencia en funciones, Alfredo Pérez Rubalcaba, manifestó que a juicio del Gobierno, "la única hipótesis razonable" es que el PP forme un Ejecutivo presidido por José María Aznar, pero también señaló que la negociación que lleve a acuerdos con los nacionalistas ha de tener en cuenta la necesidad de mantener la cohesión del país.
Rubalcaba tuvo que hacer ayer múltiples equilibrios dialécticos para explicar la posición del Gobierno ante las conversaciones que el PP está sosteniendo con los nacionalistas de CiU, PNV y Coalición Canaria. Por un lado, el Gobierno considera que ésta es la vía adecuada para que el PP, como partido más votado en las recientes elecciones, le sustituya en la dirección del país. Pero, por otro lado, ayer demostró por vez primera que, sin querer interferir en la negociación entre el PP y los nacionalistas, observa con atención, y con alguna preocupación, la posibilidad de que los populares forjen con sus interlocutores acuerdos que los propios socialistas se habían negado a sellar en su momento.
El ministro fue preguntado sobre la actitud del Gobierno ante el diálogo emprendido por el PP con los nacionalistas, y en concreto sobre cuál sería su reacción si los populares alcanzasen pactos sobre materias que los socialistas no pudieron resolver, como un nuevo estatuto para los gobernadores civiles, o su supresión, el desarrollo de un modelo policial diferenciado en Cataluña, o la regulación de la financiación autonómica con el traspaso de un porcentaje del IRPF superior al 15 por ciento. Rubalcaba precisó que no en todos los casos el Gobierno socialista pudo resolver estas cuestiones, sino que en alguno de ellos no quiso hacerlo.
"Hay veces --afirmó el ministro portavoz-- en que uno no logra encontrar un acuerdo, porque lo que le piden sencillamente no le parece razonable. Por tanto, admito que hay cosas que no pudimos resolver, porque igual no encontramos la solución. Pero hay otras que, con toda claridad, no quisimos resolver porque nos parecía que se pedían cosas que no estaban dentro de la concepción de lo que nosotros entendíamos como proceso autonómico".

No pondrán obstáculos


Rubalcaba quiso subrayar inmediatamente que, a pesar de lo anterior, el Gobierno no va a "poner ningún tipo de obstáculo, ni de china en el camino de quien está trabajando en este momento para conseguir un Gobierno estable". Para enfatizar sus palabras, agregó que "desde luego, no lo vamos a hacer porque se llegue a acuerdos con los partidos nacionalistas moderados, que es una fórmula que a nosotros nos pareció buena para los intereses generales de España, y que nos sigue pareciendo buena".
Las matizaciones de Rubalcaba tienen especial relevancia a la vista del compromiso que el día anterior le pidió el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, al presisdente del Gobierno en funciones, Felipe González, en el sentido de que los socialistas no van a descalificar a posteriori a los nacionalistas si se halla una fórmula para aproximar posiciones con el PP e impedir la convocatoria de nuevas elecciones. Algunos dirigentes socialistas han insistido estos días en que el pacto entre el PP y CiU en pro de la gobernabilidad no puede hacerse a cualquier precio. Ayer fue el presidente de la Junta andaluza, Manuel Chaves, quien hizo unas manifestaciones en este sentido, abogando, por ejemplo, por el mantenimiento de la caja única de la Seguridad Social.
Así, Rubalcaba manfestó ayer que "nuestra posición no va a recordar en absoluto, ni se va a poder comparar en absoluto con la que otros partidos políticos tuvieron en relación con el pacto --entonces entre el PSOE y CiU-- hace tres años".
Ello no impidió que precisase igualmente que hay "límites" en la negociación en materia autonómica. "Los límites del proceso de transferencias a las comunidades autónomas --dijo--, han sido siempre los que marcan la cohesión territorial. Aquello que afecte a la cohesión entre comunidades autónomas, nos parece que no es bueno para el desarrollo de la Constitución. No digo nada nuevo. Esos son los límites con los que ha trabajado el Gobierno. Y es verdad que en función de esos límites, o de cómo los hemos entendido, a veces se ha dicho no a algunas peticiones de las comunidades autónomas, porque entendíamos que no estaban en el contenido estatutario, y que podrían alterar la cohesión interterritorial, que es algo que, desde luego, el Gobierno y el partido socialista van a defender siempre".
Pese a todo, el ministro portavoz insistió en que "dicho esto, que tiene un carácter general, respecto a los contenidos concretos, a lo que está en este momento encima de la mesa, quiero ser estrictamente respetuoso y prudente, y no quiero interferir". Rubalcaba afirmó que el Gobierno no valorará esos eventuales acuerdos hasta que, en su caso, se produzcan.
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