Miércoles 19 de junio de 1996

Los nacionalistas apoyan al PP e impiden que se amplíe la despenalización del aborto

CAMILO VALDECANTOS, Madrid
No hubo sorpresas. Cuatro votos de Convergència Democrática de Catalunya y uno de Coalición Canaria no bastaron para que las proposiciones de ley de PSOE e IU para ampliar un cuarto supuesto de despenalización del aborto fueran rechazadas por 176 votos en contra, 166 a favor y una abstención. 343 diputados acudieron a votar, es decir, que descontados los dos de Herri Batasuna, que nunca acuden, sólo cinco señorías faltaron en esta ocasión. Un debate ideológico, protagonizado fundamentalmente por mujeres, cargado más de expectativa que de tensión y que, al final, deja las cosas como estaban, es decir, con los tres supuestos que se despenalizaron en 1985.


María Teresa Fernández de la Vega, por parte socialista, y Cristina Almeida, por IU-IC, defendieron la necesidad de ampliar la despenalización del aborto para un cuarto supuesto cuando, en las 12 primeras semanas de gestación, la mujer acreditara conflicto personal, familiar o social grave, con determinados requisitos.

Fernández de la Vega adujo en defensa de la ampliación que se trata, fundamentalmente, de defender «derechos fundamentales de las mujeres» y, sobre todo, «el derecho a la libertad ejercida con tolerancia frente a las opiniones de los que no comparten la medida».

Para la diputada socialista es necesario «evitar las descalicficaciones y multiplicar las razones», porque, en su opinión, «en una sociedad pluralista nadie está legitimado para imponer sus propias opiniones», ni siquiera el Gobierno, dijo.

La ex secretaria de Estado de Justicia recordó que no hay elecciones a la vista y que «eso debe favorecer el sosiego» para intentar un acuerdo sobre la ampliación de los supuestos de interrupción voluntaria del embarazo y argumentó que el Código Penal de mínimos que acaba de entrar en vigor refuerza, todavía más, la necesidad de evitar cualquier clase de condena penal para el aborto.

Cristina Almeida subió a la tribuna a defender la proposición de su grupo. Almeida no habla, literalmente vocea, pese a la alergia, que según dijo le acechaba durante la jornada de ayer. La diputada de IU, en tono acalorado, se lamentó de tener que abordar este debate «después de 14 años» cuando hubiera sido posible, dijo, que el anterior Gobierno socialista hubiera aprobado este texto con anterioridad.

Almeida evocó la figura de Francisco Tomás y Valiente, cuando siendo magistrado del Tribunal Constitucional firmó un voto particular en la sentencia que declaró constitucional el aborto, en la que, según dijo, trataba de oponerse «a la falta de respeto a la libertad de las embarazadas».

Almeida, transitó con su desparpajo habitual por caminos populistas: «No hay nada peor que un embarazo no deseado. No hay nada peor que un niño no deseado» porque, martilleó en el micrófono, «no va a tener la protección ni de quien lo lleva dentro». En otro momento y durante la réplica, llegó a decir que «la maternidad no es lo que nos cabe aquí dentro», sino el fruto de una decisión responsable.

Para oponerse a la toma en consideración de las dos proposiciones de ley, subió a la tribuna la diputada Mercedes Fernández, que en nombre del PP y formalmente templada y reflexiva, argumentó que no era oportuno tomar en consideración los proyectos porque no son «acordes con la demanda de la sociedad actual».

Su posición se basó fundamentalmente en este argumento. Según ella, la sociedad española acepta mayoritariamente la despenalización actual y no manifiesta ninguna necesidad de ampliarlas.

Manuel José Silva, diputado de Convergència i Unió, dijo que hablaba en nombre de los cinco diputados de su grupo que pertenecen a Uniò Democrática de Catalunya; recordó que su grupo había dado libertad de voto a sus diputados y anunció el voto en contra asegurando que las muchas deficiencias técnicas del proyecto podrían convertir el asunto «en año y medio en una cuestión de orden público».

Fue el único varón que intervino en el debate porque la representante de Esquerra Republicana de Catalunya, Pilar Rahola, apoyó las posiciones de PSOE e IU. Aun así, dijo que hablaba no en nombre de todo el Grupo Mixto, sino en el de su partido, ERC, y en el del Bloque Nacionalista Galego.

Al final, los votos de PSOE e IU sólo consiguieron que se le sumaran cuatro de Convergència, uno de Coalición Canaria y tres del Grupo Mixto.


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