Aznar augura un Presupuesto «difícil» para 1997 y pide a los españoles que aguanten un par de años



Madrid. S. N.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró ayer que los Presupuestos Generales de 1997 serán difíciles y reconoció que se producirá una «reorganización» en gastos sanitarios porque, «no parecía lógico, por ejemplo, que el gasto farmaceútico en España sea el más elevado del mundo industrializado». Según Aznar, los españoles deberán «aguantar» un par de años la política de ajustes con el objetivo de cumplir los requisitos de la UE.

«Tenemos que cumplir los requisitos de la Unión Europea a finales de 1997. Tenemos que pasar el examen en la primavera de 1998, y luego el país necesitará esa traquilidad y esa estabilidad que precisa»", indicó el jefe del Ejecutivo que realizó estas manifestaciones en una entrevista concedida a Onda Cero. Pese a ese panorama de ajustes y estrecheces, Aznar afirmó que no observaba razones para que se produjeran en un futuro cercano movilizaciones sindicales, para lo que alegó, como colchón atenuante, que en todo este espacio de tiempo «seguirá abierto con los agentes sociales. En la vida del país todos tienen que hacer esfuerzos para estar en la primera división europea».

Aznar garantizó que la Sanidad no se privatizará y seguirá siendo pública. En este sentido, afirmó que aunque su Gobierno quisiera no podría ponerla en manos privadas, «pero es que además, no se va a hacer»."Sin embargo, sí se refirió al plan de privatizaciones de empresas públicas «que servirá de instrumento –según Aznar– para hacer una economía más competitiva y crear más empleo». En este punto mantuvo que el mantenimiento del empleo en empresas privatizadas dependerá de los nuevos gestores, y no del Ejecutivo. Aznar mostró, no obstante, su confianza de que a corto y medio plazo aumentará el empleo en esas empresas.

No quiso extenderse en la contestación a las acusaciones vertidas por el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Joaquín Almunia, contra la política económica del Gobierno, alegando que «sería muy fácil empezar por Suiza o Málaga» (en referencia a los turbios casos protagonizados por Otano y Montaner). Por ello, Aznar aconsejó al PSOE que antes de nada «cuide su huerto».

Tras señalar que la economía funciona bien porque hay menos paro, más confianza de los inversores extranjeros y más capacidad ahorrativa en los españoles, insistió en la teoría de que con el cambio de Gobierno se ha recuperado las ganas de hacer cosas. «Cuando un Gobierno no está pendiente de los tribunales y se concentra en lo que tiene que hacer, se va germinando optimismo», indicó.

Finalmente, destacó que los acuerdos con Convergencia y Unión funcionan bien y van avanzando y explicó que Jordi Pujol en ningún momento le había hablado de revisar la Constitución puesto que lo único que hizo fue plasmar «sus reflexiones» sobre el hecho diferencial catalán.

Los papeles del CESID

Respecto a la desclasificación de los «papeles del CESID» solicitada por varios jueces, dijo que él dará su opinión al Consejo de Ministros cuando el Gabinete debata esa cuestión, precisando que el Gobierno, «como es su obligación colaborará con la Justicia». No obstante pospuso cualquier adelanto sobre la decisión del Ejecutivo a que éste cuente con todos los datos solicitados. También volvió a reiterar que su deseo es que en el «caso GAL» se pase página «cuanto antes», determinando los tribunales las responsabilidades que existan. Aclaró, además, que detrás de este deseo no oculta «ninguna operación extraña», sino la aspiración de que España pueda concentrarse en otras cosas de cara al futuro.

Sobre el futuro de RTVE afirmó desear una radiotelevisión pública al servicio del ciudadano; sobre su presente dijo estar muy preocupado pues su situación financiera que «es lamentable y calamitosa».



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