Un
pueblo 'pesca' a un traficante de inmigrantes
Vecinos
de Fuerteventura se echan al mar para capturar al patrón de una
patera
JOSÉ
MANUEL PARDELLAS |
Santa Cruz de Tenerife
Las
Salinas es un pequeño pueblo de pescadores, con apenas 20 casas,
a unos 17 kilómetros de Puerto del Rosario, la capital de Fuerteventura.Aquí,
en el municipio de Antigua, termina la carretera que enlaza con Caleta
de Fuste. Los habitantes de este lugar saben mucho de inmigración
irregular.
A
las siete de la tarde del domingo, Aurora Hernández, propietaria
del restaurante Los Caracolitos, estaba con unos niños en el exterior,
cuando observaron en el mar un bulto que se acercaba a la costa. Inmediatamente
alertaron al Teléfono Único de Urgencias, 112, y a otros
vecinos.
El
grupo dirigió los faros de un coche hacia el lugar al que se aproximaba
lo que ya se vislumbraba como una patera, cargada con un nuevo grupo de
irregulares africanos.
Todos
ellos fueron testigos, indignados e impotentes, de cómo el patrón
'les gritaba, los agarraba por la pechera y los lanzaba al mar por la borda'.
Los inmigrantes, 16 en total, intentaban resistirse y gritaban, 'probablemente
porque no sabían nadar'.
Cuando
el patrón quiso huir ya fue demasiado tarde. Las olas del fuerte
temporal que embestía la costa encallaron en las rocas la quilla
de la barcaza, de unos seis metros de eslora, y le impidieron maniobrar.
Fue
en ese momento cuando varios hombres se metieron en el agua y se abalanzaron
sobre él. Para impedir su huida le amenazaron con lanzarle varias
piedras. Así permanecieron hasta que llegaron los efectivos de la
Policía Local y de la Guardia Civil.
El
patrón, Aziz Tofiki, de 27 años y nacionalidad marroquí,
iba bien equipado para la travesía: llevaba un chaleco salvavidas
reflectante, de color rojo, e iba armado con un cuchillo de 'enormes dimensiones',
que, según los vecinos, no utilizó en ningún momento.
Varios
testigos afirman haber visto, mientras esperaban a los agentes, cómo
el patrón seguía gritando a los inmigrantes: 'Les hacía
el gesto de llevarse el dedo a los labios para que no hablaran'.
Muchos
de los irregulares sufrían hipotermia. 'La poca ropa que tenían
estaba totalmente mojada'.
No
es la primera vez que a este tranquilo pueblo de Fuerteventura llegan inmigrantes
irregulares. 'En otra ocasión sólo pudimos rescatar tres
cuerpos flotando por culpa de esos patrones', comenta indignada una vecina.
Hace
sólo dos fines de semana, unos pescadores observaron 'cómo
un barco grande descargaba algo, aunque hasta el día siguiente no
aparecieron ropas y zapatos entre las rocas'.
La
Guardia Civil informó de que cada uno de los inmigrantes subsaharianos
(de Sierra Leona, Somalia y Togo) había pagado por el viaje desde
las costas de Marruecos 800 dólares (unas 150.000 pesetas).
Aziz
Toufiki permanece detenido, acusado de un presunto delito contra los derechos
de los ciudadanos extranjeros. En el pueblo creen que sólo han hecho
lo que debían. 'Ojalá algún día también
seamos noticia por una cosa positiva', suspira Aurora Hernández. |