El País Digital
Lunes 
5 junio 
2000 - Nº 1494
ESPAÑA
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ETA asesina a un concejal del PP en Vizcaya 


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ETA asesinó ayer de un disparo en la cabeza al concejal del PP de Durango (Vizcaya) Jesús María Pedrosa, de 57 años, un veterano de la política municipal que también militaba en el sindicato nacionalista ELA. Pedrosa, que había rehusado llevar escolta pese a haber recibido amenazas del entorno de ETA, es la quinta víctima mortal tras la ruptura de la tregua y el octavo concejal del PP asesinado. El lehendakari Juan José Ibarretexe ha convocado para hoy paros silenciosos ante las instituciones vascas y se sumará a los actos de repulsa que promuevan el PP y ELA. Por su parte, el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, reclamó ayer que las bases del PNV exijan a sus "enloquecidos dirigentes" que rompan con ETA.

NAIARA GALARRAGA, Bilbao 
ETA volvió ayer a atacar al corazón del Partido Popular, 21 días antes de que se cumplan dos años del último asesinato de un representante público de la formación conservadora. El concejal popular de Durango (Vizcaya) Jesús María Pedrosa Urquiza, de 57 años, casado y padre de dos hijas, fue asesinado a las 13.20 de ayer en una céntrica calle de esa localidad, de la que era edil desde 1987. Pedrosa, quien no llevaba escolta por decisión propia, iba a realizar su ronda de poteo diaria cuando un activista le disparó un único tiro en la cabeza. El concejal asesinado era uno de los cuatro que el PP tiene en Durango, una ciudad de unos 23.000 habitantes, que queda a medio camino entre las tres capitales vascas. Además de al PP, Pedrosa estaba afiliado al sindicato nacionalista ELA, al igual que su esposa, Mari Carmen Hernández, y su hija Ainhoa (la otra se llama Estíbaliz), según recordó ayer el secretario general de la central, José Elorrieta.
 
 

Una ambulancia de la asociación de ayuda DYA acudió de inmediato al lugar de los hechos y después se le sumó una unidad medicalizada del Servicio Vasco de Salud. Durante media hora hicieron todo lo posible por reanimarle, según explicaba un testigo veinteañero junto a las cintas con las que la Ertzaintza acordonó la zona. Todos los intentos de reanimarle resultaron infructuosos. Una hora después, un sacerdote le daba la extremaunción.
 
 

Pedrosa, primer concejal del PP asesinado tras la ruptura del alto el fuego etarra, es el octavo edil popular que mata ETA en cinco años y medio. Como la última vez, en el asesinato del veterano antifranquista y fundador del Foro Ermua José Luis López de Lacalle, la banda eligió un domingo para actuar. Ayer era la hora del aperitivo, una costumbre diaria para el edil del PP. "Era cliente nuestro, venía a menudo. Era muy, muy conocido en el pueblo. Por lo visto venía para aquí", recordaba el dueño de una cafetería situada enfrente del lugar donde quedó tendido el cadáver.
 
 

Uno de los testigos presenciales del atentado era familiar de la víctima. Según su declaración, el pistolero era un hombre joven, vestido con ropas oscuras que actuó a cara descubierta, según fuentes de la investigación que cita la agencia Efe. El autor del disparo huyó a pie por una calle que hace esquina con el lugar donde cayó muerto el concejal y se montó en las inmediaciones en un coche blanco. Dentro le esperaba, según el mismo testigo, otro joven vestido también de oscuro. El Departamento vasco de Interior rehusó ayer dar su versión de los hechos, aunque la televisión vasca ETB informó de que el delegado del Gobierno, Enrique Villar, había comentado a un familiar del concejal que el asesino había sido reconocido..
 
 

La última víctima de ETA era un hombre de costumbres fijas. Dedicado en exclusiva a las tareas municipales tras abandonar la empresa en que trabajaba por razones de salud, cada día hacía la ronda por los mismos bares. Ayer por la mañana había acudido a presenciar una competición de baloncesto tres por tres en la plaza Ezkurdi, según explicó una amiga que se encontró allí con él.
 
 

Múltiples amenazas
 
 

Esta mujer de mediana edad, quien, como el resto de los amigos y conocidos del edil prefiere que su nombre no sea publicado, dijo que, una vez concluido el partido, Pedrosa dejó el lugar y se marchó hacia su casa, situada a un kilómetro de distancia.
 
 

El concejal cayó asesinado a mitad de camino. No quería que un escolta policial o un guardaespaldas privado le tuviese que acompañar a todas partes. Tuvo protección durante un tiempo, antes del alto el fuego de septiembre de 1998, cuando ETA se fijó en los concejales del PP como objetivos preferentes. Pero, tras una temporada, pidió que se le retirase, explicaron a las puertas de la casa de la víctima varios compañeros de partido. Como el resto de los representantes municipales del PP de Durango, había recibido múltiples amenazas.
 
 

El Día de los Inocentes de 1998, apenas tres meses después de que ETA declarase su tregua, miembros de Gestoras pro Amnistía se concentraron frente a su casa. Subieron a su piso, un tercero, y le dejaron una carta en la que le acusaban de ser el responsable de la dispersión de los presos de ETA. También colgaron allí el tradicional monigote de los inocentes con la leyenda "Pedrosa, tú no eres inocente".
 
 

Los compañeros de poteo de Pedrosa deambulaban ayer como perdidos entre el lugar del atentado y el domicilio del edil. "Nunca hablábamos de política, sino de lo que surgía", explicaba una señora a las puertas de la vivienda. La familia se afanaba estos días por preparar la boda de la hija mayor con el hijo de un militante del PNV de la localidad. Será el día 22, celebración de Santa María Magdalena. Precisamente así se llamaba el barrio donde se cometió el crimen. La familia ha decidido mantener la fecha de la boda "porque la vida sigue".
 
 

El lugar donde Pedrosa recibió el disparo es un cruce de cuatro calles, una de las cuales enlaza directamente con la salida hacia la autopista A-8 Bilbao-Behobia. Muy cerca está la estación de Renfe, que la Ertzaintza inspeccionó. Fuentes de la lucha antiterrorista apuntaron ayer que es probable que los activistas pertenezcan a un grupo del comando Donosti. El comando Vizcaya recibió un duro golpe en enero pasado, después del Cuerpo Nacional de Policía desbaratase un intento de atentado contra una patrulla de la Guardia Civil.
 
 

El también concejal del PP del Durango Juan José Gaztañazatorre figuró como posible objetivo de los terroristas en la documentación incautada en abril de 1998 tras la detención allí de Gorka Fraile, acusado de pertenecer a un comando legal (no fichado) de ETA. Fraile ingresó en prisión pero ahora está en libertad provisional a la espera de juicio, según confirmaron a Europa Press fuentes penitenciarias.
 
 

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, fue uno de los primeros en acudir junto al cadáver. A pocos metros del cuerpo, cubierto por una sábana, se fundió en un abrazo con un edil popular de Durango. Iturgaiz hizo "un aviso a navegantes" dirigido a los nacionalistas: "A los fariseos que vengan ahora a dar pésames y dar la mano, [decirles] que ahora necesitamos que rompan sus pactos con ETA y con HB".
 
 

El delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, recordó en referencia a la seguridad de Pedrosa que "sólo se puede escoltar a quien quiere ser escoltado". El cadáver quedó tendido en la acera hasta que pasadas las cuatro de la tarde el juez ordenó su levantamiento.
 
 

Iturgaiz encabezó la delegación del PP que acudió a casa de la víctima a visitar a su viuda. Cuando salieron, y una vez llegó el lehendakari, Juan José Ibarretxe (ambos no se cruzaron), subieron al piso representantes del Gobierno vasco y la alcaldesa de Durango, la peneuvista María Pilar Ardanza. Por la tarde llegaron el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y el vicepresidente primero, Mariano Rajoy. José María Aznar visitará hoy a la familia.
 
 

El Ayuntamiento de Durango celebró un pleno extraordinario por la tarde. La corporación está integrada por tres concejales del PP, además de Pedrosa; nueve de la coalición PNV-EA; cinco de Euskal Herritarrok y tres socialistas. Toda la corporación, salvo EH, condenó "firmemente" el crimen y calificó al edil muerto de "servidor de Durango". La alcaldesa prefería ayer "no plantearse" si mantendrá el pacto de gobierno que tiene con EH.
 
 

Concejales de EH asistieron al pleno. Su portavoz, Javier Arbeo, leyó otra nota en que dijo "lamentar" la muerte de Pedrosa y se comprometió a trabajar por la paz. Cuando Arbeo tomó la palabra, los representantes del PP y el PSE abandonaron la sala.
 
 

El Ayuntamiento convocó una concentración silenciosa a las ocho de la tarde, invitó a la ciudadanía a unirse a todas las movilizaciones de protesta y declaró tres días de luto oficial. Antes del pleno, la Ertzaintza obligó a disolverse a un grupo de simpatizantes de EH que se había concentrado ante la casa consistorial. Centenares de ciudadanos recibieron anoche el féretro en el Ayuntamiento, donde ondeaban la bandera de España y la ikurriña , entre gritos de "asesinos" y "libertad". 

Ocho ediles del PP

EL PAÍS, Bilbao 
Jesús María Pedrosa es el octavo concejal del Partido Popular que asesina ETA, nómina macabra que abrió el 23 de enero de 1995 un pistolero del comando Donosti cuando disparó un tiro en la nuca de Gregorio Ordóñez. El entonces portavoz popular en el Ayuntamiento donostiarra comía con sus colaboradores en un bar de la Parte Vieja de San Sebastián.
 
 

Hasta julio de 1997 la banda no volvió a matar a un edil popular. El día 10 de ese mes secuestró y asesinó fríamente al cabo de 48 horas al concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, en un crimen que conmocionó al mundo. Desde entonces se aceleró la sangría: José Luis Caso (edil de Rentería, asesinado el 11 de diciembre de 1997), José Ignacio Iruretagoiena (Zarautz, 9 de enero de 1998); Alberto Jiménez Becerril (asesinado con su esposa Ascensión García Ortiz en Sevilla el 30 de enero de 1998), Tomás Caballero (edil de UPN-PP, muerto en Pamplona el 6 de mayo del mismo año) y Manuel Zamarreño (sustituto de Caso en Rentería, asesinado el 25 de junio de 1998, en el último atentado mortal de ETA antes de que declarase su tregua unilateral).
 
 

Todos ellos fallecieron, como Pedrosa, tiroteados por uno o varios activistas, menos Iruretagoiena y Zamarreño, que murieron destrozados por sendas bombas. La banda fracasó en otros intentos de asesinar a ediles del Partido Popular vasco durante los años 1997 y 1998.
 
 
 

  • Desde que ETA diese orden a sus comandos, el pasado mes de diciembre, de volver a actuar, el edil tiroteado ayer es la quinta víctima mortal y el segundo político asesinado, después del dirigente del PSE Fernando Buesa. 
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