El País Digital
Sábado 
27 mayo 
2000 - Nº 1485
ESPAÑA
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España rechazó en 1999 a casi un millón de extranjeros sin papeles en sus fronteras 

Madrid se enfrenta a Berlín por el futuro fondo de refugiados de la Unión Europea 

SANDRO POZZI, Bruselas 
La policía aduanera española rechazó el año pasado en las fronteras a 960.000 inmigrantes, en su mayoría marroquíes, que intentaban entrar a través de España en territorio de la Unión Europea (UE) de forma ilegal. Siete de cada diez lo intentaron por los puestos fronterizos de Ceuta y Melilla. Así se desprende de los datos del informe anual de 1999 sobre inmigración ilegal de la UE conocidos ayer en Bruselas. El Consejo de Ministros de Justicia y Asuntos de Interior abordará el lunes en la capital belga, en el debate sobre asilo e inmigración, el alcance de un problema que sigue agudizándose. El otro punto de discusión es el futuro fondo europeo para los refugiados, en el que España y Alemania están enfrentadas. 
 
La Guardia Civil traslada para su 
repatriación a dos inmigrantes detenidos
ayer en Algeciras (J. Bienvenido).
La situación de la inmigración ilegal y de las redes mafiosas sigue agudizándose y en algunos países la llegada de trabajadores sin papeles se ha incrementado hasta un 20%. Prácticamente el 40% de los que intentan entrar en la Unión Europea sin documentos lo hacen apoyados por estas redes clandestinas, con documentación falsificada e itinerarios muy bien descritos para afrontar con éxito las distintas etapas del viaje.
 
 

Pero el obstáculo principal es entrar. España fue en 1999 el país de la UE que mayor número de rechazos realizó en la frontera, casi un millón, según datos facilitas por el Gobierno a través de la representación permanente en Bruselas. Siete de cada diez lo intentan por los puestos fronterizos de Ceuta y Melilla. Se estima que 180 personas cada hora intentan cruzar los puestos aduaneros de las dos ciudades autónomas con la excusa de que quieren entrar para hacer compras y estar en territorio español por unas horas, como explicaron expertos en la materia. Pero los agentes los rechazan porque temen que se queden en España.
 
 

Fuentes de la Comisión Europea calificaron estas cifras españolas de "creíbles, aunque quizá algo exageradas", debido a la facilidad con la que los ciudadanos marroquíes que viven cerca de Ceuta y Melilla pueden acceder a los puestos fronterizos españoles incluso a pie "y repetir varias veces el intento de entrar en territorio europeo". "Es probable que España haya negado la entrada a ciudadanos de terceros países un millón de veces, aunque seguramente muchas veces se ha tratado de la misma persona en días distintos porque pueden llegar hasta la frontera sin ningún problema y sin recurrir a las mafias", subrayaron.
 
 

Esas mismas fuentes confirmaron que España es el país que más inmigrantes rechaza en frontera, bastante por delante incluso de países como Italia, que en los primeros cuatro primeros meses de este año 2000 ha negado ya la entrada a 120.000 inmigrantes, principalmente albaneses y kurdos.
 
 

50.000 detenciones
 
 

En 1999 la policía realizó también 50.000 detenciones por estancia ilegal en el país. Fueron en su mayoría inmigrantes procedentes de Marruecos, pero también de Colombia, Ecuador, China y Rumania.
 
 

El problema de la inmigración ilegal lo comparten otros países europeos. Al otro flujo migratorio procedente de los estados magrebíes por la ruta del Mediterráneo se le suman los yugoslavos, albaneses, rumanos, iraquíes y turcos sin documentos. En Alemania se realizaron ese mismo año 40.000 detenciones, las mismas que en Holanda y Bélgica, 43.000 en Austria, 50.000 en Italia, en Francia 47.000 y en Grecia 182.000. Los Quince creen que la clave para contener los flujos migratorios está en combatir a las mafias en las fronteras y en los puntos de partida.
 
 

El Consejo de Ministros debatirá el lunes sobre las líneas directrices que dará a la Comisión Europea para negociar con Marruecos, Rusia, Sri Lanka y Afganistán acuerdos de readmisión de inmigrantes irregulares. España quiere que se impregne el futuro acuerdo con "la fuerza de la Comunidad" y no se quede en un simple convenio en el que se primen los pactos bilaterales, porque tiene problemas para que Rabat cumpla los compromisos cerrados con Madrid sobre la materia. Francia no ve necesario ir tan lejos.
 
 

España tiene, en cambio, menos problemas de refugiados. El número total de solicitudes de asilo planteadas en 1999 se sitúa tan solo en 9.000, en su mayoría argelinos, colombianos, rumanos, cameruneses y armenios. La magnitud del problema es mucho mayor en otros países de la UE como Alemania, con más de 100.000 solicitudes. El Reino Unido, con 70.000 demandas, fue el país en el que se registró el incremento mayor; Holanda recibió 40.000, Bélgica, 35.000, Francia, 30.000 y Austria 20.000. Las demandas de asilo en España representan el 2% del total de la UE. Si se hace la comparación tomando como referencia el número de habitantes, Bélgica es el país con mayor número de solicitudes (3,5 por mil), seguida de Holanda y Austria (2,5 por mil). En España se sitúa en el 0,2 por mil.
 
 

El Gobierno alemán pide que se le resuelva el problema estableciendo un reparto de la carga por personas entre los Estados miembros y llevándose así una gran parte de la totalidad del fondo de refugiados propuesto por la Comisión Europea, dotado con 216 millones de euros, de los que 166 están destinados a financiar proyectos de atención a los asilados. España, que propuso que se creara ese fondo para reducir el déficit de las finanzas alemanas con la UE, se opone ahora a que se considere este sistema de reparto y pide que se doten en la misma proporción las acciones estructurales y las ayudas destinadas a medidas de emergencia. Madrid teme que se imponga el sistema de asilo alemán. 

El PSOE rehúsa negociar una reforma precipitada de la Ley de Extranjería 

MIGUEL GONZÁLEZ, Madrid 
El PSOE no entrará a negociar la reforma de la Ley de Extranjería que pretende el Gobierno por considerarla precipitada, según anunció ayer su portavoz en la Comisión de Justicia e Interior del Congreso, Ramón Jáuregui. "No consideramos urgente ni imprescindible la reforma de esta ley. La prudencia más elemental aconseja evaluar sus efectos antes de tomar una decisión", insistió el portavoz socialista. Frente al propósito del nuevo delegado del Gobierno para la Inmigración, Enrique Fernández-Miranda, de aprobar la reforma en octubre o noviembre, y hacerlo además por consenso, Jáuregui advirtió de que lo "razonable" es esperar a final de año para hacer un balance del funcionamiento de la ley.
 
 

El PSOE comparte la opinión de los más de 300 juristas que han pedido al Gobierno una moratoria en la reforma hasta que se puedan evaluar sus verdaderos efectos. Además, el portavoz socialista acusa al Ejecutivo de estar embarcado en una "operación propagandística cargada de alarmismo" con el objetivo de justificar una reforma que el PP no logró aprobar en la pasada legislatura.
 
 

La cifra de casi 127.000 extranjeros acogidos ya al proceso de regularización, aunque supera con creces la prevista por el Gobierno, "no es dramática", según Jáuregui. A su juicio, es bueno que legalicen su situación todos los inmigrantes que viven en España y, además, el porcentaje de extranjeros "sigue siendo bajísimo en comparación con otros países europeos". 

El Gobierno descarta por ahora presentar un proyecto de ley 

LUIS R. AIZPEOLEA, Madrid 
El Gobierno ha renunciado a priori a presentar por su cuenta un proyecto de ley para reformar la Ley de Extranjería aprobada en diciembre de 1999. Con el fin de lograr el mayor consenso posible con los partidos y las comunidades autónomas, pondrá sobre la mesa de negociación cinco puntos "cardinales", en palabras del ministro portavoz, Pío Cabanillas, para modificar la ley por consenso. Si finalmente lograse el acuerdo, optaría por promover conjuntamente una proposición de ley en el Parlamento. Sólo en caso de discrepancia optaría por un proyecto de ley.
 
 

El Consejo de Ministros aprobó ayer, como había anunciado, un informe sobre la reforma de la Ley de Extranjería que presentó el titular de Interior, Jaime Mayor. El Consejo puso de manifiesto su preocupación por la situación del fenómeno inmigratorio, especialmente en Canarias. El ministro portavoz, Pío Cabanillas, confirmó ayer, al finalizar el Consejo de Ministros, que las cifras de petición de inmigrantes para acogerse al procedimiento de regularización extraordinaria, que se abrió el 21 de marzo y concluirá el 31 de julio, se han disparado. Cabanillas precisó que el Gobierno espera más de 200.000 peticiones.
 
 

Cinco puntos "cardinales"
 
 

El ministro adelantó también los cinco puntos "cardinales" de la oferta negociadora del Gobierno sobre la reforma que pretende. Insistió en dos aspectos fundamentales previos: la urgencia de la reforma y el intento de consensuarla. Las conversaciones con partidos y comunidades autónomas se iniciarán de forma inminente. El primero de estos cinco puntos de la reforma, acordado ayer por el Consejo, es evitar "que se difumine la distinción entre el inmigrante legal e ilegal", como sucede en el texto vigente, con el objetivo de fomentar la legalidad y alinearse con los acuerdos de la Cumbre europea de Tampere, según precisó el ministro portavoz. El segundo punto consiste en salvar la judicialización del régimen de visados poniendo dificultades a la presentación de recursos en los casos de denegación. Cabanillas recordó que en 1998 se otorgaron unos 600.000 visados y se denegaron otros tantos. "Estamos hablando de algo de una enorme importancia en volumen y contenido", precisó.
 
 

El control del flujo de inmigrantes es el tercer aspecto propuesto para la reforma. "La ley vigente no deja claro que la Administración tenga una potestad real de controlar esos flujos". El informe recoge finalmente la necesidad de evitar la "regularización permanente creada con la actual ley" y la necesidad de analizar los actuales supuestos de expulsión de España para "no privar a la Administración de esa capacidad de sanción". 

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