Encantados de ser diferentes
Una filóloga sevillana recopila los pintorescos
nombres de pila que escogen en la República Dominicana
MIGUEL ÁNGEL ORDÓÑEZ ,
Santo
Domingo
Dominicanos en una tienda
de Santo Domingo (P. Arceo).
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El señor Fatule, dominicano descendiente de palestinos, tuvo en
1937 la idea de tributar su mejor creación, sus hijos mellizos,
a dos personajes cercanos a su corazón. Con el frontal rechazo del
párroco del barrio, nominó a sus vástagos Hitler y
Mussolini. La polémica gustó tanto en la Embajada italiana,
que el Duce envió a su admirador dos retratos autografiados. Fatule
aportaba así su granito de arena a una revolución en la onomástica
dominicana que superaría rápidamente su excentricidad. En
vísperas de la II Guerra Mundial, pronto se multiplicaron los Mussolini
(López), Hirohito (Reyes), Winston (Ramírez) o Roosevelt
(Camilo), y se retomaron nombres de héroes decimonónicos
como en el caso de Odónel (Gómez) y Garibaldi (García).
"El dominicano está alucinado por un afán de destacarse
de los demás, y llevar un nombre no tradicional encamina hacia esa
conquista", opina la escritora dominicana Aída Bonelly para explicar
la profusión de nombres curiosos como Expreso (Valdés), Meningitis
(Rodríguez), Válvula (Sánchez), Monitor (Pérez),
Etcétera (Vásquez), Gerssi Suéter (García)
o Albania Urss (Díaz).
¿Excepciones a la regla habitual? En absoluto. "A partir de mediados
de siglo empieza todo un boom de nombres rarísimos", casi
siempre sensibles a las situaciones del país, considera la filóloga
sevillana María José Rincón, que decidió realizar
su tesis doctoral sobre el tema tras recalar como funcionaria en el registro
del consulado español en Santo Domingo.
Rincón ha podido constatar en su estudio una gran variedad de
nombres únicos con las ideologías, la toponimia y el santoral
católico como fuentes básicas ligeramente adulteradas.
Es habitual bautizar al nacido con el nombre del santo del día,
con la nota pintoresca de la utilización únicamente de denominaciones
religiosas del santoral como nombre simple -Nuestra Señora (Rodríguez),
Virgen (Gómez), Santa Inés (Peguero), Beata (Sánchez)...-
o combinadas con resultados poco "ortodoxos": Santa Warquidia, Santa Iluminada,
Santa Bileysi, Santa Perla, Bellanire Virgen, Pura Inmaculada, Virgen Liselot,
Virgen Librada o Pura Virgen. Al echar mano del calendario con el santoral,
también aparecen nombres como Epifanía de Jesús, Corpa
y Corporina (por el Corpus Christi) e incluso un Nolaborable (Pérez).
Entre los toponímicos más usuales, María José
Rincón ha identificado algunos llamativos: Hiroshima Malvina, Amauris
Hirlanda, Betty Bolivia, Lucy Thania, Numancia Alsacia Antioquía,
Nayrobis, Somalia Migdalina, Bilmania Edelmira, Katiuska Hanoi (Medina).
En ese gusto por la singularidad cabe citar también que el dictador
Trujillo puso a sus hijos nombres de personajes de la ópera Aída:
Ramfís y Radamés. Periodos convulsos de la historia dominicana
han dejado su huella en los registros civiles. En la época de represión
antiizquierdista conocida como los sangrientos Doce Años de Joaquín
Balaguer (de 1966 a 1978), millares de padres contestatarios, muchos obligados
a exiliarse, expresaron su protesta bautizando a sus hijos con nombres
de ídolos o lugares comunistas: Hochimín (Castillo), Chernichevski
Ulianov (Reyes), Martcila Luidmilova, Wanda Soviesky (Paredes), Lucienne
Marlenin (Rodríguez), Vladimir Ivannof (De los Santos de Jesús),
Katiuska Mercedes (León), Stalin (Pérez) o Lenin (Santos).
La crisis de las ideologías, sin embargo, empieza a notarse a
partir de los ochenta. Se abraza el culto a la hamburguesa, la crónica
rosa y la televisión: Míster (Reynoso), Usamade -mujer, por
lo de made in USA-, Usmail -porque el niño fue recibido como
tan buena noticia como los paquetes o dinero que enviaba un familiar por
el correo americano, US Mail-, Nasa Yvelisse, Daily, Meyvi Esperanza, Girling,
Disneya, Monitor (Pérez), Pelusa María -por el Pelusa
Maradona-, Gary Cooper (González), Nakin Col (Severino), Michael
Jordan (Ramírez), Emmy Geraldine, Rubby Kristal, Minellys -por Liza
Minnelli-, Leidi Laura, Gilda Cristina, Scarlet (Infante), Heidi (Tolentino),
Masiel (Almonte), Karina (López).
En el mismo sentido se registra una explosión de Diana a raíz
de la retransmisión televisiva del matrimonio de Lady Di con Carlos
de Inglaterra, o Grace, Estefanía y Carolina, coincidiendo con la
muerte de la princesa de Mónaco. Asimismo, en el archivo de petición
de visas de la legación española en el país aparece
una Hillary nacida en el 94, así como varios que coinciden con el
esplendor de sus portadores como Jacqueline, Imelda y Onasis. |