El Rey recuerda
emocionado la reconciliación de las "dos Españas" en las
primeras Cortes democráticas
Don Juan Carlos destaca que "juntos, defendiendo la democracia",
se acabará con el terrorismo
EL PAÍS, Madrid
Buen balance de los primeros 25 años de monarquía
constitucional. El Rey así lo atestigua al recordar, anoche, ante
las cámaras de TVE, los cruciales momentos vividos durante el cuarto
de siglo transcurrido desde la muerte de Franco. De ellos, recuerda emocionado
el inicio de la andadura: "La sensación que tuve, en la elección
de las Cortes democráticas, es que ahí estaban las dos Españas
y que era una España reconciliada. Fue impresionante". Ahora, afirma,
comparte con los españoles la preocupación por el problema
del terrorismo. "Juntos, defendiendo la democracia, conseguiremos resolverlo",
augura.
El rey Juan Carlos, en una
fotografía de archivo (Efe).
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Desde un despacho del que se ha eliminado el tapiz de fondo que toda España
vio en la noche del 23-F, don Juan Carlos analiza a lo largo de 45 minutos
sus primeros 25 años como Rey de España. La Reina, el Príncipe
y las Infantas participan también en esta entrevista, que anoche
emitió La Primera bajo el título Don Juan Carlos, 25 años
de reinado.
El monarca comienza detallando su contradictoria sensación de
que los 25 años se han hecho, a la vez, largos y cortos, "dependiendo
de los temas". Pero lo que resalta don Juan Carlos es que le han servido
para "querer y servir más al pueblo español", desde que juró
su cargo. De ese día, 22 de noviembre de 1975, recuerda: "Sabía
lo que quería decir, lo que esperaba es que me entendieran. Por
eso estaba muy preocupado y lo pasé muy mal esa noche [la víspera].
Descansé poco rato; leía y releía; ponía una
palabra, volvía a poner otra. Lo hablaba con la familia, con la
gente de la Casa, con todos. Y luego ya opté por decir: ahora lo
hago yo y me quedo solo porque si no retocaré demasiadas cosas".
Lo que deseaba transmitir con nitidez era su voluntad de convertirse en
"el Rey de todos los españoles". "Yo sabía que eso no era
fácil en esos momentos", prosigue, "pero creo que se consiguió
y al cabo de los años se ha visto que el resultado no ha sido malo".
Un proceso difícil
Asegura que era consciente de "lo difícil que iba a ser" la transición.
"Sabía desde el principio que una monarquía no podía
ser sin que fuera democrática. Ahora, ¿cómo? Eso no
lo sabía". La incógnita la despejó con la ayuda de
dos personajes clave: Adolfo Suárez y Torcuato Fernández
Miranda. "Acerté en las personas", señala don Juan Carlos.
Del primero destaca: "Pensaba que podía ser bueno, porque había
servido en el anterior régimen, conocía bien los entresijos
de la política diaria y al mismo tiempo tenía la ambición,
la lealtad y el afán de ayudar a crear una cosa nueva y llegar a
hacer que España fuera una democracia. Tenía confianza en
Adolfo como presidente del Gobierno, aunque sé que en ese momento
no fue bien recibido. Él lo sabía, pero a pesar de eso luchó,
trabajó, y sobre todo con lealtad a España, con lealtad a
mí".
De Torcuato Fernández Miranda, el artífice jurídico
de la transición, el Rey recuerda que, en su propósito de
"no hacer cosas que fueran realmente contra España", aquél
siempre le tranquilizó diciendo que "la ley se cambia con otra ley".
Entre los tres pusieron en marcha el proceso de conversión de la
dictadura en democracia, con la concesión de una amnistía
-"era necesaria en aquellos momentos"-, la legalización de los partidos
y la redacción de la Constitución. "Tuve varias conversaciones
con Adolfo en las que los dos estábamos de acuerdo en que tenía
que haber un consenso general. Fue un trabajo fantástico (...) Mi
idea era que nadie se sintiera excluido, que fuera realmente nuestra Constitución.
Ha durado 22 años y espero que dure mucho más porque es una
buena Constitución", rememora.
El Rey revive de forma emocionada la constitución de las primeras
Cortes democráticas: "Fue impresionante porque la sensación
que tuve es que ahí estaban las dos Españas y que era una
España reconciliada. Eso me dio una gran fuerza y una satisfacción
interior muy grande para seguir trabajando".
Una vez sentadas las bases para una verdadera democracia, don Juan Carlos
se impuso la tarea de explicar y hacer creíble el nuevo sistema
político ante los foros internacionales: "Las principales razones
de tantos viajes que hicimos la Reina y yo al principio del reinado", señala,
"fue tratar de hablar con muchos Gobiernos, en muchos países, a
muchos periodistas, a todos los sectores, de lo que queríamos hacer,
de lo que quería hacer el Gobierno español, la monarquía,
y de lo que queríamos que fuera España. Lo aceptaban, pero
a veces dudaban porque no tenían una gran confianza en la monarquía
y en lo que se iba a hacer, pero a medida que fueron pasando los años
y vieron que no sólo había una Constitución, sino
también una alternancia en los poderes políticos, que el
país iba adelante, que la economía mejoraba y que esto iba
rodando poco a poco, la gente fue creyendo mucho más. Y ahora tengo
que decir que España tiene un nombre que muchas veces nosotros mismos
no nos lo creemos aquí".
Del momento actual, opina: "El problema más serio y más
grave que tiene España es el terrorismo, pero juntos, defendiendo
la democracia, conseguiremos resolverlo".
Un capitán golpista originó
el retraso del mensaje televisado la noche del 23-F
EL PAÍS, Madrid
Un capitán golpista testarudo fue el causante de la tardanza
de don Juan Carlos en leer el mensaje tranquilizador para los demócratas
en la noche del 23-F. En la entrevista que anoche emitió La Primera,
don Juan Carlos explica la causa de uno de los episodios más controvertidos
de la asonada de 1981.
"Yo sé que en el 23-F se me criticó por no salir unas
horas antes ante las cámaras diciendo lo que tenía que decir
o lo que quería decir. Pero la verdad es que aunque ahora, al cabo
de los años, sea un poco grotesco, el capitán que había
tomado la televisión no se quería ir y resulta que el capitán
era de caballería y amigo del marqués de Mondéjar,
y entonces el marqués de Mondéjar le llamó y le dijo:
'Oye, haz el favor de dejar que salgan los cámaras. Ah, sí,
mi coronel, no se preocupe'. Los cámaras al final llegaron tarde,
pero llegaron, y encima vinieron dos porque yo no me fiaba de que al salir
no les iban a parar y entonces mandé una por un camino y otra por
otro"...
"Las Fuerzas Armadas", prosigue, "obedecieron a su jefe porque les ordené
que se mantuvieran tranquilos. Que una pequeña parte quiso echar
por tierra nuestras ilusiones, nuestro trabajo, nuestra incipiente democracia,
eso es otra cosa. Pero en el resto hubo tranquilidad total"...
Don Juan Carlos, capitán general de las Fuerzas Armadas, resalta
la cuestionada imagen de los cuerpos militares al comienzo de la transición
y el reconocimiento de que gozan actualmente. "Al principio no eran bien
miradas por el pueblo en general, pero ahora están muy bien miradas
porque, aparte de todo lo que han hecho y cómo se han comportado,
han apoyado en misiones de ayuda humanitaria cuando ha habido una catástrofe:
en Iberoamérica, en Europa, en Bosnia-Herzegovina, en Kosovo, en
tantos sitios (...). He comprobado", concluye en Rey, "que el Ejército
español es el mejor recibido por la población civil de los
diferentes países"...
La decisiva influencia de la familia
EL PAÍS, Madrid
El papel de Franco, la influencia de su padre, don Juan, desde el exilio
de Estoril (Portugal), el apoyo constante de la Reina, el orgullo por la
preparación del Príncipe, la estabilidad familiar de las
infantas... El entorno de don Juan Carlos ocupa una parte de la entrevista
televisada ayer, en la que también intervienen doña Sofía
y sus tres hijos.
"Mi general, ¿quiere que haga algo en concreto?", narra don Juan
Carlos que le preguntó al dictador en 1963, ya casado con doña
Sofía. "No. Que le conozcan los españoles", le respondió.
Un consejo similar recibió el entonces Príncipe de don Juan
de Borbón. "Desde pequeño", cuenta, "mi padre nos hablaba
de lo que les decía su padre, el rey Alfonso XIII, a él y
a sus hermanos: acordaos de que la familia real y sobre todo el Rey tiene
que ser un nómada en su país. Era otro indicio de la necesidad
de viajar por toda España", actividad que llevan realizando él
y la Reina desde hace 25 años.
"La Reina y yo siempre hemos tratado de estar cerca de la gente", señala.
Doña Sofía asiente y recuerda su presencia en Soria tras
el accidente que este verano costó la vida a 22 menores en un autobús
escolar: "Se hace lo que se puede para estar. Es lo único que se
puede hacer". La Reina comenta también que la educación del
Príncipe y las infantas ha sido "cosa de dos". "Lo hemos tratado
de hacer así para ayudarles, ponerles en condiciones de que se encuentren
a sí mismos y se puedan valer por sí mismos".
El Príncipe corrobora: "Les debo la formación que he tenido,
el entorno familiar y el cariño que he disfrutado toda mi vida",
y también la infanta Cristina: "Desde pequeños, los Reyes
nos han inculcado el cariño, una dedicación y un respeto
hacia España. Lo hemos ido aprendiendo desde la niñez, incorporándolo
a nuestra propia personalidad y desarrollándolo según somos
cada uno de nosotros". La infanta Elena interviene: "Tengo una familia,
pero no por eso voy a dejar de hacer mis labores institucionales", dice.
El Rey se refiere después a la labor actual del heredero, de
quien asegura que le ayuda "muchísimo en el trabajo". "Me da muchas
ideas como joven, que yo necesito porque con la edad también hay
que ayudarse de los jóvenes. Estoy muy orgulloso de él como
hombre, como hijo y como heredero". Don Felipe cuenta: "Dedico mucho tiempo
a temas como medio ambiente, voluntariado, que me relacionan con la juventud.
Muchos de mis viajes al extranjero tienen una relación directa con
la política exterior y de promoción de España y luego,
obviamente, me gusta dedicar mucho tiempo a conocer el país, a conocer
personas relevantes de determinadas áreas y de las comunidades autónomas.
De esa manera me conocen también ellos a mí".
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