El País Digital
Lunes 
18 septiembre 
2000 - Nº 1599
 
INTERNACIONAL
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Fujimori se retira y convoca elecciones en Perú 

El presidente abandona tras destaparse que su jefe de espionaje sobornó a un diputado de la oposición 

LAURA PUERTAS, Lima 
El presidente peruano, Alberto Fujimori, sorprendió ayer a su país al anunciar la convocatoria de elecciones generales, en las que él no tomará parte. Un Fujimori con aspecto tenso realizó su anuncio al dirigirse por radio y televisión a su país, el sábado por la noche (madrugada de ayer, hora peninsular española), después de dos días de absoluto silencio sobre un escándalo que implicaba a su poderoso asesor y responsable de sus servicios de espionaje, Vladimiro Montesinos. Así, el dirigente latinoamericano más veterano, después de Fidel Castro, anunciaba una sorprendente retirada de la que aún no se conocen sus claves. Un vídeo que muestra a Montesinos sobornando a un diputado, supuestamente difundido por militares, ha sido el detonante. 
 
Una joven ofrece una rosa a un oficial de policía 
frente al Palacio de Gobierno el sábado por la 
noche en Lima (Ap).
Lo dijo el congresista Henry Pease: "Primero tuvo que renunciar Fujimori para que se vaya Montesinos". Esto da una idea de cómo estaban las cosas en el Gobierno del presidente peruano, Alberto Fujimori.
 
 

Sorprendiendo una vez más a tirios y troyanos, Fujimori resolvió con su dimisión la crisis política más severa de sus 10 años de gobierno. Habían pasado 48 horas desde que el congresista opositor Fernando Olivera difundió un vídeo en el que se presentaba a su más cercano colaborador y jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos, en un acto de presunto soborno.
 
 

Fuentes del entorno presidencial dijeron a EL PAÍS que Fujimori tomó la decisión solo. Sorprendió a todos: a los militares, a sus ministros y colaboradores más cercanos, así como a la oposición. Una hora antes de difundir en televisión y radio su dimisión reunió a un grupo de sus ministros y amigos personales en el palacio de Gobierno para que conocieran la decisión, que calificó de irrevocable. Sus ministros estuvieron en desacuerdo, pero no había marcha atrás.
 
 

Fujimori sorprendió, sobre todo, a los militares, lo cual es inédito, pues siempre consultó todo con ellos a través de Montesinos. Los ministros siempre se enteraron después de los asuntos clave, como, por ejemplo, el golpe del 5 de abril de 1992, que les fue comunicado una vez producido.
 
 

Militares sin defensa
 
 

Lo sucedido dejaría sin defensa alguna a los militares y a Montesinos por futuras acusaciones sobre corrupción y violaciones de los derechos humanos. En el peor escenario, los viejos guardianes del fujimorismo esperaban negociar un cierto tipo de impunidad amparados en la absoluta mayoría en el Congreso, de la que se hizo Fujimori comprando tránsfugas luego del proceso electoral que no le otorgó el respaldo mayoritario de los peruanos. Aunque el mecanismo del diálogo con la oposición le fue impuesto a Fujimori por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Administración estadounidense de Bill Clinton, a resultas del viciado proceso electoral de abril de 2000, de todos modos el Gobierno buscaba hacer concesiones durante el mismo para terminar de legitimarse y culminar su mandato en el año 2005.
 
 

Ello permitiría contar con un mecanismo de salvaguardia para las acusaciones que vinieran. Ahora, en cambio, la situación perfila un Congreso donde los fujimoristas serán clara minoría. Esta indefensión es lo que más preocupa a los militares, sorprendidos por la decisión de Fujimori, según dijeron a EL PAÍS. La misma fuente dijo que había que esperar las próximas 48 horas para vaticinar una estabilidad en los siguientes meses. Sintomáticamente, éste es el único anuncio trascendental de Fujimori que no ha contado con el automático respaldo de las Fuerzas Armadas. Sintomático es, asimismo, que hasta anoche no se conocía el paradero de Montesinos.
 
 

En un mensaje de sólo seis minutos, Fujimori convocó a elecciones generales, en las que, "demás está decirlo, no participará quien habla". Anunció, además, la desactivación del sistema de espionaje nacional.
 
 

Fujimori dijo en su discurso, sin perder la sonrisa, que, después de una profunda reflexión y una evaluación objetiva de las circunstancias, había tomado la decisión de terminar su Gobierno.
 
 

"Es mi obligación moral como presidente de la República tomar una decisión ante esta situación que, además de frenar el proceso de recuperación económica, atenta contra las legítimas expectativas de progreso de los mismos peruanos", dijo Fujimori.
 
 

El mandatario no fijó la fecha para las próximas elecciones. Tampoco precisó el paradero de Montesinos. Se refirió indirectamente a él calificando de "grave" la denuncia de soborno en la que está implicado y expresando que su postura es "clara y tajante", y no es otra que la de "respaldar una severa investigación para determinar responsabilidad ante la ley".
 
 

Finalmente, Fujimori agradeció profundamente a quienes votaron por él y pidió comprensión a sus partidarios. "Confío en que el pueblo peruano sabrá con madurez continuar el camino del progreso. En ese camino estaré yo hasta siempre identificado con el pueblo".
 
 

Un diario especulaba el sábado con que la difusión del vídeo era un acto de venganza del Ejército por el destape del caso del tráfico de armas a la guerrilla colombiana, en el que Montesinos aparecía como héroe y artífice y se responsabilizaba a mandos militares. Los vídeos los mandaba grabar el propio Montesinos, supuestamente, para mantener controlados a los sobornados. 

"En costa, sierra y selva, el Chino ya cayó"

L.P, Lima 
"No renunció, el pueblo lo sacó", coreaban miles de peruanos en diferentes puntos del país, poco después de conocida la noticia sobre la convocatoria de nuevas elecciones anunciadas por el presidente peruano, Alberto Fujimori. El país andino celebró así el inicio del fin de la era Fujimori.
 
 

En Lima y en provincias, gente de todos los estratos sociales, adultos y jóvenes, incluso niños, se reunieron en las calles para expresar su entusiasmo por el anuncio de Fujimori, hecho público dos días después de difundirse un vídeo donde su asesor presidencial aparece sobornando a un parlamentario.
 
 

En la capital peruana las principales concentraciones se realizaron en el centro histórico de Lima, frente al Palacio de Gobierno, y en el distrito residencial de Miraflores. La población portaba banderolas, carteles y pitos y lanzaba vivas por "el retorno a la democracia"; otras personas acompañaron las marchas desde sus automóviles en caravanas con el sonar de sus bocinas, los brazos en alto en señal de triunfo y coros de "Viva el Perú, abajo el dictador".
 
 

Algunos se reunieron para entonar el himno nacional, mientras que los principales medios de comunicación interrumpieron su programación para dar paso a ediciones extraordinarias sobre los acontecimientos.
 
 

En los alrededores de la plaza Mayor de Lima, donde se congregaron más de tres mil personas, la policía formó un estrecho cordón de seguridad frente al Palacio de Gobierno para evitar cualquier exceso de la ciudadanía que festejaba emocionada la renuncia de Fujimori. No hubo provocaciones, sólo expresiones de alegría entre los miles de manifestantes.
 
 

La casa presidencial estaba a oscuras y sin mayor movimiento, presumiéndose que Fujimori permanecía allí con su hija Keiko Sofía, la primera dama de la nación.
 
 

Las celebraciones se prolongaron hasta altas horas de la madrugada de ayer en diversos puntos del interior del país. En Cusco, Arequipa, Iquitos, Piura, Tacna y Trujillo, entre otras ciudades, la población también salió a las calles para celebrar lo que consideran el retorno a la democracia en el país. Hubo una frase coreada hasta la saciedad: "en costa, sierra y selva, el Chino ya cayó".
 
 

La demanda de los manifestantes en todo Perú fue una sola: sanción a Montesinos y recuperación de la institucionalidad democrática. 

El discurso del adiós
El presidente Fujimori, en su 
comparecencia en televisión (Ap).
Ésta es la parte central del discurso pronunciado por Alberto Fujimori a la nación:
 
 
 
  • "Fuerzas e intereses políticos que no aceptan, ni aceptarán, quedarse al margen por cinco años más, fuerzas e intereses que representan políticas de gobierno distintas a la nuestra, pretenden un cambio de Gobierno en el más breve plazo. Es mi obligación moral, como presidente de la República, tomar una decisión ante esta situación que, además de frenar el proceso de recuperación económica, atenta contra las legítimas expectativas de progreso de los peruanos. A pesar de haber sido elegido por una mayoría ciudadana, no quiero constituirme en factor de perturbación y, menos, en obstáculo para fortalecer el sistema democrático. Por ello, tras una profunda reflexión y objetiva evaluación de la coyuntura, he tomado la decisión, primero, de desactivar el Sistema de Inteligencia Nacional, y, en segundo lugar, de convocar en el inmediato plazo posible a elecciones generales, medida esta última que espero sea acogida y entendida en su real contexto por los organismos competentes. En esas elecciones generales, demás está decirlo, no participará quien habla, sino todos aquellos que se sientan capaces de ejercer la Primera Magistratura o las funciones congresales. El pueblo, estoy seguro, sabrá, con prudencia, escoger el mejor destino."
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