Jueves, 17 de enero de 2002

Shakira triunfa en Madrid al presentar su disco 'Servicio de lavandería'

La cantante actuó anoche en La Riviera

FERNANDO MARTÍN | Madrid 

Es una megaestrella en Colombia, país en el que, desde que apenas levantaba medio metro del suelo, encandilaba a los niños de los colegios, adonde la llevaban para que bailara la danza del vientre. Esta curiosa habilidad, que le viene sin duda a través de su herencia paterna, la mantiene, convirtiéndola en uno más de los puntos de interés que posee esta joven pequeña, de melena larga y salvaje y estampa rockera. Ayer consiguió concitar la atención de medios de 24 países, que desplazaron a sus enviados a una sala de medio aforo a orillas del Manzanares para ver hasta donde puede llegar la colombiana.

Anoche era la quinta vez que Shakira, sus padres y su novio, Antonio De La Rúa, aparecían por España. El motivo de una visita tan larga había sido la grabación del vídeo de su segundo sencillo, el tema Te dejo Madrid. Por cierto, nadie, ni siquiera ella, pudo explicar con un poco de credibilidad a qué se debía el haberle dedicado una canción a la capital de España. Shakira, escurriéndose como un pez, contestó a quien le preguntó: "¡Cómo no dedicarle una canción a una ciudad tan bonita como Madrid!". Que es como no haber dicho nada. El caso es que dicho vídeo se grabó en una habitación del Hotel Ritz, en calles céntricas de Madrid y, principalmente, en la plaza de toros de Aranjuez. Allí, la réplica se la daba un torero encarnado por un modelo español desconocido. Después de tanto ajetreo laboral, parece ser que a la joven colombiana apenas le han quedado fuerzas para pasear por la noche madrileña, a excepción de una ocasión en la que Shakira y el hijo del ex presidente argentino, Fernando De La Rúa, salieron a cenar.

Anoche, los aledaños, las puertas y hasta algunos rincones de la sala estaban adornados con lavadoras de atrezzo, conforme al título del último disco de Shakira: Servicio de lavandería. Este título viene, según su autora, de este último período vivido por la cantante, que ha sido de "autolavado, limpieza y purificación". La sala está atiborrada de público y de periodistas, que apostaban sus cámaras en dirección al escenario. Este había ganado espacio con respecto al resto del recinto. La compañía discográfica de la cantante parecía haber tirado la casa por la ventana y la bebida en las barras VIP era gratuíta, mientras un grupo de señoritas pasaba bandejas de sabrosas viandas. Los fans que estaban a pie de pista, en cambio, debían contentarse con pagar por bebidas sin alcohol, como avisan algunos carteles. Bueno, con eso y con la cercanía de su artista favorita.

Un tango y un velo

Por fin, el locutor Tony Aguilar introduce a la estrella, que sale rodeada de una numerosísima banda de músicos. Suenan los acordes de un tango. Un bailarín asoma por un lado. Por el otro, una joven con un velo que le cubre la cabeza sale y amaga unos pasos con el bailarín, pero lo cierto es que no les queda muy bien. Ella se quita el velo y es, naturalmente, Shakira. Menudita, aunque de proporciones armoniosas, la cantante ataca uno de sus temas nuevos en inglés, Underneath your clothes. La cosa suena a rock latino de diseño, a lo Ricky Martin. Después se adentra en el castellano con el tema Ojos así y mejora. Pero, a estas alturas, sus fans han entrado ya en fase de adoración y ella les corresponde con una exhibición de danza del vientre, hipnotizando con su ombligo a cualquiera que atreva a quedársele mirando fijamente. 

Suena otro tema de rock en el que ella se cuelga una guitarra acústica, que no le pega demasiado, para finalizar interpretando la versión en inglés de Suerte, el explosivo single que ha hecho explotar de éxito su último disco y que en la lengua de Shakespeare se llama Whenever, whenever. Cambia la lengua, pero se mantienen los sonidos andinos y ese baile tremendamente pélvico con el que Shakira capta la atención de cualquiera que tenga ojos en la cara.

Biografía de Shakira