EDICIÓN IMPRESA
  LUNES, 12 DE NOVIEMBRE DE 2001

 

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LAS MUJERES EN LAS CARRERAS CIENTÍFICAS 

La mayoría de las mujeres abandonan la vida académica antes de lograr un cargo
España está a la cabeza de la UE en el número de profesoras universitarias

MARTA AGUIRREGOMEZCORTA | MADRID 

La proporción de catedráticas en áreas científicas en la UE oscila entre el 5% y el 18%, y el de profesoras titulares, entre el 7% y el 36%. Un informe de la Comisión Europea relaciona la escasa presencia de mujeres en el mundo científico con su alto abandono prematuro de la carrera académica.
 

Apesar del número creciente de mujeres que optan por carreras de ciencias, éstas abandonan el mundo académico a un ritmo muy superior al de los hombres. En las carreras científicas, las mujeres suelen dejar la Universidad antes de conseguir un cargo de titular'. Así lo señala el informe Política científica de la Unión Europea. Promover la excelencia mediante la integración de la igualdad entre géneros, de la Comisión Europea, que analiza la situación de las mujeres en el ámbito científico (incluidas la ingeniería, las ciencias sociales, la informática y la tecnología).

El estudio, que no explica las razones generales de ese abandono prematuro de la vida académica y que aporta también algunos datos de países que no son de la UE, subraya la 'acusada disminución' de la proporción de mujeres en los estudios posdoctorales (donde empieza la carrera profesional), en comités científicos importantes y en la toma de decisiones políticas clave. Pero añade que, aun así, tras superar 'serias barreras' con la ayudas legales y planes especiales, las mujeres están avanzando en este terreno.

Las disciplinas sociales y biológicas son las que tienen mayor presencia femenina, mientras que ésta es escasa entre los químicos, físicos e ingenieros. Cuanto más valorada es una disciplina (por ejemplo, la física teórica), menor presencia de mujeres hay, dice el estudio.
Pocas catedráticas
El sector público es el ámbito donde suelen trabajar más las científicas, principalmente en las universidades. En estas instituciones, cuanto más alto es un puesto en la jerarquía, menor es el porcentaje de mujeres que lo ocupan, según el informe. De esta manera, el número de catedráticas es muy bajo (entre el 5% y el 18%) en los países comunitarios, sin variaciones considerables en las distintas disciplinas.

En la Universidad española, esta presencia es del 13,2%, sólo por debajo de la de Finlandia (18,4%), Portugal (17%) y Francia (13,8%). En el caso de Portugal, el estudio explica que la razón se debe, entre otras cosas, a que los científicos que trabajan en las universidades cobran salarios bajos, por lo que los hombres se decantan por las carreras mejor retribuidas (como las ingenierías, Economía y Derecho). Las universidades de Suiza, Bélgica y Países Bajos son, por el contrario, las que tienen menos catedráticas (con porcentajes inferiores al 6%).

Según el informe, en la mayoría de la UE, el número de catedráticas se mantuvo estable durante los años ochenta y empezó a registrar un aumento lento, pero constante, a principio de los noventa. Por término medio, los porcentajes de éstas en los Estados aumentan cada año a un ritmo de entre el 0,5% y el 1%.

Las cifras de profesoras titulares (entre el 7% y el 36%, según el país) y asociadas (entre el 12% y el 45%) son superiores que las de catedráticas. Pero en ningún país se equipara a la presencia de los hombres en estos cargos. Sólo Portugal (36% de titulares y 44% de asociadas mujeres) supera a España en este apartado (35% titulares y 31% asociadas).

Las carreras con más chicas son las de Ciencias Médicas (en España, el 70%), mientras que en las de Ciencias Naturales no llegan a la mitad del total de alumnos. En Matemáticas e Informática, salvo excepciones como Italia y Portugal (con un 48%), el número de alumnas cae hasta el 25%; y en las ingenierías y Arquitectura, el 15%. En ambos casos, España está algo por encima de la media.

El ámbito científico tampoco se salva de las desigualdades salariales por sexo. Así, la remuneración de las investigadoras es inferior a la de sus compañeros hombres. Y pone como ejemplo un reciente informe en el Reino Unido que concluye que en todos los niveles de la jerarquía universitaria de ese país las mujeres ganan menos. En 1998, la diferencia salarial entre el personal docente masculino y femenino de las instituciones

de EE UU eran del 9,4% entre los catedráticos y del 6,2% entre los titulares. El análisis añade que las mujeres suelen tener más contratos de corta duración en los centros de investigación y universidades de la UE que los hombres.
 


 
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