Montesinos protegió el narcotráfico en
Perú y Colombia
El ex asesor de Fujimori es acusado ahora por sus antiguos
socios en el negocio de la coca
La prestigiosa revista colombiana Cambio
publica hoy un trabajo de su equipo de investigación en el que descubre
las relaciones del ex número dos de Perú Vladimiro
Montesinos con el narcotráfico colombiano. Diversas denuncias de
sus antiguos socios en el negocio de la cocaína han abierto una
investigación que puede alcanzar al mismo presidente de Perú,
Alberto Fujimori. EL PAÍS ofrece un extracto del reportaje que revela
la conexión entre política y tráfico de drogas.
CAMBIO
Montesinos, con militares peruanos
en una visita a la frontera con
Colombia en marzo de 1999 (Reuters).
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El martes de la semana pasada, el máximo capo de Perú,
Demetrio Limonier Chávez Peñaherrera, El Vaticano,
fue oído en declaración juramentada en una cárcel
subterránea de la base de El Callao, donde está confinado
desde 1994. Entonces fue capturado por la policía colombiana en
la capital del Valle, donde se encargaba de entregar cinco toneladas mensuales
de pasta de coca al cartel de Cali.
El 16 de agosto de 1996, cuando fue condenado a 30 años de cárcel
después de un juicio por traición a la patria y tráfico
de drogas, aseguró que realizaba sus actividades delictivas con
la complicidad del jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) peruano,
Vladimiro Illich Montesinos Torres.
Tras el juicio, Montesinos ordenó encarcelarlo en un subterráneo,
en el que fue sometido a torturas. El Vaticano se retractó,
lo que desactivó una posible investigación, pues la entonces
fiscal general, Nélida Colán, amiga de Montesinos, desestimó
los cargos.
El poder de Montesinos recibió un duro golpe este año,
después de la segunda reelección de Fujimori. La situación
política se hizo insostenible luego de que se conociera un vídeo
que lo mostraba cuando sobornaba a un congresista de la oposición.
Montesinos, acosado por la presión interna e internacional, se refugió
en Panamá.
Regresó de forma intempestiva a Perú el 21 de octubre
asegurando que se fraguaba un atentado contra su vida. Fuentes de Panamá
declararon que Montesinos había regresado al enterarse de que las
autoridades locales lo investigaban por vínculos con el narcotraficante
panameño Boris Foguel Suengas.
Su regreso llevó al propio Fujimori a dirigir operativos de búsqueda
para capturarlo. En estas circunstancias, Demetrio El Vaticano ratificó
que Montesinos era el principal protector de los narcotraficantes colombianos
en Perú. Una filtración permitió saber que el capo
describió la entrega de 50.000 dólares a Montesinos en Lima.
El Vaticano no sólo ratificó que entre junio de 1991
y mayo de 1992 pagó a Montesinos casi 550.000 dólares, a
razón de 50.000 mensuales, sino que explicó cómo hacía
el asesor presidencial para advertirle sobre los operativos antidrogas
y cómo en otros casos impedía que éstos se realizaran.
El acuerdo de protección con Montesinos giraba en torno a una
carretera de la región de Campanilla, 500 kilómetros al norte
de Lima, que fue ampliada por los narcotraficantes y habilitada como pista
de despegue de avionetas coqueras y centro de operaciones de El
Vaticano desde abril de 1990 hasta agosto de 1992, sin que las autoridades
hicieran algo para impedirlo. Según su abogado, su defendido "ya
empezó a aportar nuevos hechos, porque está claro que el
destino de la droga era Colombia y ahora las condiciones están dadas
para que pueda declarar libre de coacciones".
El 13 de agosto de 1998 fueron decomisados 681 kilos de cocaína
en Bulgaria, propiedad de Los Camellos, y el 1 de abril de 1999, en El
Callao, otros 2.300 kilos de cocaína camuflados en un cargamento
de merluzas marcado con la figura de un camello. El embarque habría
sido comprado por Don Vicente (jefe del cartel de Los Camellos)
para enviarlo a España. Después fueron encontradas dos toneladas
más enterradas en un laboratorio. Todos estos hechos le han servido
a la DEA para adelantar una investigación sobre la conexión
de Montesinos con esa organización.
El 10 de febrero de este año, el capo panameño
Boris Foguel fue detenido en Panamá, investigado por tráfico
de drogas, junto con los colombianos Nelson Penagos Molina y Yuri Vargas
Castaño, por el asesinato de dos personas acusadas de apropiarse
de un cargamento de cocaína colombiana adquirida en Perú.
Todo parece indicar que la captura de Foguel fue posible por la delación
de Montesinos, pues la investigación adelantada en ese país
se hizo por petición de las autoridades peruanas.
En una entrevista concedida el mes pasado al diario limeño La
República, Foguel reconoció desde la cárcel que
desde 1993 Los Camellos recibían protección de altas
esferas del Gobierno peruano. "Montesinos recibía 700 dólares
por cada kilo de droga que saliera del país". Sobre la importancia
de Montesinos en esta red internacional de narcotráfico, Foguel
respondió: "¿Quién es más importante: el dueño
de la droga o aquel que permite que todo funcione? A mi modo de ver, si
él no estaba allí, esto no funcionaba".
Montesinos ha dejado muchos enemigos: "Quien no negociaba con él
el derecho a operar en la frontera, es decir, a pagarle sobornos millonarios,
era perseguido a muerte por las autoridades peruanas, hasta el punto de
que derribaban en pleno vuelo avionetas cargadas de cocaína y dólares".
El fiscal antidrogas de Panamá pidió al Gobierno peruano
que tramite la declaración de Montesinos, que, al parecer, tiene
vara alta en Panamá. En el vídeo de la captura de Foguel
se veía que un agente del servicio de inteligencia peruano estaba
al comando de la operación. Por otra parte, Montesinos registra
varias entradas a ese país durante los últimos años,
pues allí maneja parte de sus millonarias cuentas personales.
Esto explicaría por qué Montesinos huyó a Ciudad
de Panamá cuando estalló la crisis. Sin embargo, enterado
de que la DEA le estaba siguiendo con la ayuda de narcotraficantes peruanos
y colombianos, decidió regresar a Lima.
Fuentes judiciales de Ciudad de Panamá y de Lima confirmaron
que la DEA entró en contacto con Foguel y Don Vicente para convencerlos
de que declaren contra Montesinos y revelen sus vínculos con las
mafias. Los agentes estadounidenses buscan vincular a Montesinos a una
investigación por lavado de dólares y concierto para
traficar con cocaína, lo que abre la posibilidad de que sea pedido
en extradición.
Los socios del ex asesor
Según los archivos que empezaron a ser desclasificados por las
autoridades peruanas, la relación de Montesinos con la mafia colombiana
se inició en 1979, cuando ofreció sus servicios de abogado
a través de un bufete que había fundado su primo Sergio Cardenal
Montesinos.
En ese año sirvió de fiador del contrato de alquiler de
dos predios [fincas] para el colombiano Jaime Tamayo Tamayo, en los que
funcionaron laboratorios de procesamiento de coca. Otra de sus especialidades
era defender a militares de alto rango acusados de vínculos con
el narcotráfico.
Desde entonces se hablaba en voz alta de Montesinos como abogado de
la mafia. Uno de los colombianos con los que siempre se le asociaba era
con el narcotraficante Evaristo Porras Ardila, hoy recluido en la cárcel
Modelo de Bogotá.
La Comisión Parlamentaria de Investigación contra el Narcotráfico
de Brasil asegura que la organización de Porras ha operado desde
la década de los setenta en un triángulo entre Leticia (Colombia),
Tabatinga y el Alto Solimões (Brasil) y la Amazonia peruana, con
la complicidad de funcionarios como Montesinos.
De estos vínculos entre Montesinos y la mafia se sirvieron también
otras dos organizaciones de narcotraficantes. Una era la llamada Organización
Cachique Rivera, conformada por un grupo peruano de hermanos que trabajaban
con el cartel de Cali.
La otra organización era conocida como Los Camellos. Su
cabeza era el colombiano Vicente Wilson Rivera González, Don Vicente
o Antonio Roney Gómez Acosta, calificado por la comisión
como el "mayor traficante de cocaína de América Latina",
después de que le fueran decomisadas 7,5 toneladas de cocaína.
Rivera es investigado en Panamá desde 1987 por lavado de dólares.
En 1996, cuando ya era el poder detrás del trono, Montesinos
fue acusado de encubrir, con ayuda del poder judicial, a un grupo de narcotraficantes
dirigido por los hermanos López Paredes (Los Norteños), que
vendían pasta de coca a capos colombianos de la costa Atlántica
y de Medellín.
Cuentas jugosas y armas
La más reciente conexión de Montesinos con organizaciones
criminales colombianas fue el caso de los 10.000 fusiles que llegaron a
manos de las FARC el año pasado, resultado de una fraudulenta operación
de compra de armas que se hizo aparecer como una compra oficial del Gobierno
peruano al Gobierno de Jordania y que fue hecha con la bendición
del ex asesor.
Las revelaciones obligaron a Fujimori la semana pasada a reconocer que
habían encontrado cuentas del ex asesor en bancos de Suiza por 50
millones de dólares, dinero que el propio presidente admitió
que podría provenir en su mayoría del narcotráfico.
Luego, el congresista Jorge del Castillo reveló documentos que prueban
la existencia de al menos otra cuenta en las islas Grand Cayman con 3.600.000
dólares. Ya antes le habían descubierto a Montesinos una
cuenta en Panamá con un promedio anual de 2.666.000 dólares
desde 1995 y giros fijos mensuales de 17.000 dólares desde Perú
y 100.000 desde bancos de paraísos fiscales.
El tráfico de armas hacia Colombia y el hallazgo de las cuentas
suizas desnudaron un enfrentamiento entre la CIA y la Administración
Clinton. El periódico The New York Times reveló que
funcionarios del Gobierno de Estados Unidos criticaron a la CIA por su
demora en suministrar la información sobre la relación de
Montesinos con el tráfico de armas. Para tales funcionarios, la
cercanía de la CIA con Montesinos hacía inexplicable esa
tardanza.
La posibilidad de una nueva conexión entre Montesinos y el narcotráfico
surgió tras la investigación que se le sigue al hombre que
hizo posible la venta de las armas de Jordania a los militares peruanos.
Se trata del ciudadano libanés Sarkis Soghanalian, quien será
juzgado en Los Ángeles por lavado de dinero y fraude bancario. |